De acuerdo con el libro sagrado, el rey judío Ezequías (quien reinó aproximadamente entre 716 a.C. y 687 a.C.) llevó a cabo una reforma religiosa y consolidó las prácticas de adoración en el Templo de Salomón, ubicado en Jerusalén. Por su parte, el rey Josías ordenó destruir todos los lugares de culto fuera de la ciudad a finales del siglo VII a.C.
Pero, ¿cómo logró sobrevivir este templo a las rigurosas reformas religiosas de Josías?
“A pesar de las narraciones bíblicas que describen las reformas religiosas de Ezequías y Josías, hubo otros templos aprobados además del oficial de Salomón“, explicó uno de los autores del estudio, Oded Lipschits, de la Universidad de Tel Aviv.
El investigador subrayó que este descubrimiento cambia “fundamentalmente” nuestra comprensión de cómo eran las prácticas religiosas de los antiguos judíos. Los arqueólogos israelíes hallaron dentro de este templo monumental —que data del año 900 a.C.— numerosos artefactos, como figurillas de personas o animales y hasta un altar de piedra y un puesto de culto. Cabe señalar que la localidad de Tel Motza, ubicada en un fértil valle, era uno de los centros de producción y distribución de granos en aquella época.
“Parece que la construcción de este templo —y también el culto realizado en su interior— tenían algo que ver con la importancia económica del granero“, sugirió Shua Kisilevitz, de la Autoridad de Antigüedades.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Biblical Archaeology Review.
https://www.baslibrary.org/biblical-archaeology-review/46/1/4
https://www.livescience.com/ancient-jewish-temple-judah-kingdom.html