Magnetic Rose: thriller psicológico, ciencia ficción y forteanismo el un anime fundamental

Hacer justicia con un texto a creadores tan importantes como Katsuhiro Otomo y Satoshi Kon es muy complicado. Dos genios que han dejado huella en el panorama del manga y el anime con obras imperecederas como Akira, Perfect Blue o Paprika y que finalmente formaron equipo en Memories, un proyecto animado que quiso volver a revolucionar la animación. No se trató de una película, sino de tres episodios compilados, tres cortos con temáticas y personajes diferentes. A pesar de la indiscutible calidad de los tres, y de las bondades individuales de cada uno de ellos, este trabajo se centrará en Magnetic Rose, aquel que unió a ambos genios en 1995.

¿Por qué Magnetic Rose? Tras haber visionado Memories hasta en tres ocasiones en este mismo mes, y haber consultado en foros especializados, blogs, canales de Youtube o webs de críticas, existe un consenso bastante generalizado en torno a la idea de que es este corto de cuarenta minutos el que lleva sobre sus hombros el mayor peso de la obra y el que en mayor medida justifica su título. Algo en lo que incluso el propio Otomo estaba de acuerdo, tal como se puede visualizar en el making off de la cinta, disponible en Youtube.

Curiosamente, y a pesar de su importancia, es el primer corto de la trilogía, algo que sigue siendo bastante llamativo a día de hoy. Lo lógico hubiese sido dejarlo para el final, pero el trío formado por Otomo, Kon y Koji Morimoto, quien fuese el director de esa primera pieza, decidieron que estuviera en la punta de lanza, dejando en segundo lugar a Bomba Fétida y finalmente a Carne de Cañón.

Antes de adentrarnos en los entresijos de Magnetic Rose hay que mencionar que la cinta de 1995 no fue la primera experiencia de Otomo en una antología animada. Ya dirigió un corto para la cinta de 1989 Neo Tokyo, concretamente el episodio The Order to Stop Construction. En aquella primer ocasión no tenía el control creativo total, algo que sí ocurrió en Memories, ya que los relatos eran idea suya, aunque delegó en Kon a la hora de escribir el guion de la primera pieza y hacerle pequeños añadidos que fueron fundamentales para la aventura de los tripulantes de la nave Corona, dándoles mayor profundidad. Con Madhouse y Studio 4°C en la producción, Otomo introdujo ciencia ficción, humor negro y crítica social en dosis muy parecidas en cuanto a la duración, pero de igual forma legó imágenes, conceptos y cuestiones que siguen siendo objeto de debate a día de hoy, y que harían las delicias de cualquier aficionado a las cuestiones forteanas.

Antes de continuar, y como no podía ser de otra forma, desde aquí recomendamos encarecidamente ver Memories antes de continuar leyendo. Aunque no desgranaremos la trama en su totalidad, sí que habrá spoilers sobre ella. Dicho esto, continuemos.

¿Es Magnetic Rose un mediometraje de terror? Otomo es tajante al respecto: sí. El elemento espacial y cyberpunk está entretejido con una trama que bebe mucho de las historias de fantasmas y de casas encantadas. Además, Satoshi Kon añadió capas de profundidad a Heintz Beckner, uno de los personajes principales, dotando de mayor peso al mensaje que se quería transmitir en la película: la necesidad de no aferrarse a los recuerdos.

Cierto es que la naturaleza del mediometraje impide que haya un desarrollo completo de arcos argumentales para los personajes, pero Otomo, Kon y Morimoto lograron superar ese obstáculo y brindarnos a un trío protagonista bien esbozado. Aunque quizá en el caso de Miguel Costrela no haya tanto brillo, sí que lo hay en Heintz y en Eva Friedel, la soprano fantasmagórica que espera a los miembros del recolector de basura espacial Corona en el área RZ 3005, la región de Sargazos, “el cementerio del espacio”, tal como dice el capitán Ivanov. Tanto él como Aoshima, el cuarto tripulante de la nave, quedan en un segundo plano por cuestiones de espacio.

“El cementerio del espacio”. Curioso nombre. Más aun si tenemos en cuenta que Costrela menciona que solo los viejos llaman a aquella área de esa forma. En la zona ocurre algo llamativo, y es que su campo magnético causa estragos en la nave debido a su poder de atracción. Las cosas no funcionan como deben. Tal como cuentas las innumerables leyendas que se centran en el Mar de los Sargazos.

Autores como William Hope Hodgson, Horacio Quiroga, Julio Verne, Donna Tartt o Charles Fort han hecho mención a esta región del Atlántico, bien para describirla o para convertirla en un personaje en sí misma. Su fama de cementerio flotante se extendió muchísimo en el siglo XX, cuando se contaron historias sobre este mar a rebosar de algas. ¿A nadie le recuerda a aquello que Fort denominó Súper Mar de los Sargazos?

No está de más volver a poner en valor El libro de los condenados, primerísima obra recopilatoria del siglo XX sobre sucesos potencialmente inexplicables donde se aúnan desapariciones, avistamientos de seres mitológicos o criptozoológicos y eventos que posteriormente la cultura popular relacionaría con el fenómeno ovni. Entre sus páginas, Fort introdujo una variante muy curiosa de eventos forteanos: los que podrían estar conectados a la existencia de ciudades extradimensionales que pulularían por el cielo, escondidas entre las nubes.

Posteriormente, Fort expandiría sus teorías en New Lands, donde describiría la naturaleza de su Súper Mar de los Sargazos, un lugar más allá de nuestra dimensión, un plano paralelo en el cual se materializan elementos previamente desaparecidos en nuestra Tierra para posteriormente caer de nuevo en ella. Igualmente, ese universo paralelo eventualmente podría arrojar objetos procedentes de ese lugar desconocido.

Más allá de las pocas pruebas que Fort aportó a respecto, lo cierto es que estas teorías calaron en parte de la sociedad del pasado siglo, sobreviviendo hasta hoy. La propia Donna Tart, en El jilguero (2013), convierte al Mar de los Sargazos como metáfora de una habitación a la que van a parar objetos desterrados de otras habitaciones. Algo muy en la línea de Fort. La mención a ese área de Sargazo en Memories no parece ser casual, y aunque se muestre alejada de las nociones aportadas por la figura del investigador estadounidense, la influencia de las leyendas está ahí.

Los miembros de la Corona responden a una llamada de auxilio muy especial: reciben una transmisión en forma de ópera de Giacomo Puccini (1858-1914). Concretamente, de Madama Butterfly (1898). Concretamente, durante la película suenan se escuchan las arias Un bel dì, vedremo y Tu, tu, piccolo Iddio. El capitán Ivanov demuestra ser alguien culto, ya que reconoce esa ópera en octubre del año 2092, que es el marco temporal en el que se ambienta Magnetic Rose.

Desde ese momento, la atmósfera empieza a tornarse siniestra y misteriosa. Costrela y Heintz se adentran en una nave varada, en bastante mal estado, y parece hallarse en un lugar limítrofe entre planos de realidad. Ambos personajes deberán determinar qué es real y qué es una ilusión. Asisten a una especie de escenificación, muy parecida en las que pueden leerse en las historias góticas sobre fantasmas y aparecidos.

La protagonista de esa suerte de obra, y la supuesta autora de la llamada de auxilio, es una mujer llamada Eva Friedel, personaje inspirado en la soprano estadounidense de ascendencia griega María Callas, la que es posiblemente la cantante de ópera más influyente del pasado siglo. En cuanto hace acto de presencia, Friedel se convierte en un enigma en sí misma.

La nave que Heintz y Costrela exploran parece una mansión de otro tiempo. Hay estatuas, elementos barrocos, fotografías o trajes de épocas pasadas. Todo muy chocante en el contexto de una nave espacial perdida. Además, el inquietante escenario visual es acompañado por la música de Puccini, que quiebra el silencio que debería reinar en el lugar. Pronto, ambos exploradores caen en la cuenta de que hay hologramas que intentan confundirles, haciendo que cada vez sea más difícil saber qué es o no real.

Hay otro elemento que emparenta este corto con las historias góticas de fantasmas: la posesión. Costrela es rápidamente atraído por Eva Friedel. Previamente ya se mostraron pequeños detalles de su carácter desinhibido y su gusto por el género femenino, por lo que el siguiente paso lógico es encontrarse a sí mismo atrapado en las redes de la atractiva cantante, que le llama Carlo. Heintz tratará de mantener a raya a su amigo, mientras lucha contra sus propios demonios en forma de la presencia de su hija pequeña, mencionada brevemente al inicio de la película.

El tristemente fallecido Satoshi Kon supo jugar con el supuesto elemento sobrenatural y la tecnología futurista para tener en tensión a los espectadores desde el mismo momento en que los recuperadores del Corona se deciden a atender la llamada de auxilio. Porque lo que parece un rescate pronto deviene en terror psicológico, en el que la Inteligencia Artificial que maneja la nave es capaz de indagar en los recuerdos de los que entran en la nave, logrando que ambos aspectos de la trama funcionen en perfecta consonancia. Kon jugaría con esta difusa línea entre lo tangible y lo etéreo en el resto de sus obras.

¿Es Eva Friedel real? ¿Por qué hay androides en forma de estatuas que pululan por las habitaciones de lo que parece una mansión? ¿Es capaz el ordenador central de la nave de bosquejar en el pasado de Heintz?

Son demasiadas cosas a tener en cuenta, y buena parte de ellas quedan satisfactoriamente resueltas, aunque otras quedan sujetas a interpretación por parte de los espectadores. El pasado de Heintz y su trágica historia familiar es un elemento añadido magistralmente por el guionista. Cualquiera puede empatizar con él en pocos minutos, y su doble lucha – contra todo lo externo que trata de engañar a sus sentidos y contra sí mismo – es capital para el desenlace.

El giro en torno a Eva Friedel es igualmente interesante. Se vale de su sensualidad para atraer a Miguel, y si bien las razones por la que acabó en aquel lugar no quedan del todo explicados, sí que somos capaces de entender sus motivaciones.

En cuanto a la entidad que maneja los hilos, es una perfecta combinación entre tecnología e imaginación. Una entidad que se erige en juez y verdugo en esta Space Ópera con toques de Cyberpunk y Biopunk (que bebe bastante de Moebius y que mangakas como Junji Ito han llevado a otro nivel), que se vale de un soporte físico en decadencia para lograr sus ambiguos propósitos, que parecen ir hacia una dirección concreta: la de atraer hacia sí a cualquier incauto que se acerque lo suficiente para así crecer y expandirse, acrecentando también en el proceso su poder e influencia.

Sin ahondar más, e invitando de nuevo a quienes lean esto a ver Memories si es que no lo han hecho ya, solo resta recomendar que escuchéis la magistral banda sonora del cortometraje, compuesta por Yoko Kanno, que cuenta con una impresionante trayectoria en cine, anime y videojuegos. Unas composiciones que le van como anillo al dedo a la obra pero que pueden escucharse de forma independiente sin perder fuerza.

https://www.animenewsnetwork.com/encyclopedia/anime.php?id=424

https://www.rottentomatoes.com/m/memories

https://www.imdb.com/title/tt0113799/?ref_=ttawd_awd_tt

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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