Proponen oscurecer el Sol con toneladas de regolito lunar lanzados desde la propia Luna para aliviar el calentamiento global

La idea de dispersar partículas en la atmósfera para reducir la entrada de luz solar y así aliviar las temperaturas no es reciente. La primera mención al respecto se remonta a 1992 y hay estudios sobre la materia de 2009 y 2012. El concepto se llama geoingeniería solar. Se trata de diseñar máquinas capaces de dispersar partículas reflectantes a la atmósfera superior para reducir la cantidad de luz solar que penetra desde el espacio, consiguiendo así enfriar la Tierra.

El material predilecto para fabricar partículas reflectantes de todos estos estudios es el azufre porque su vida útil en la estratosfera es corta. Nunca se ha pasado del plano puramente teórico salvo por algunas pruebas locales muy pequeñas realizadas por empresas como la startup Make Sunsets en 2022.

Aunque se conoce que las partículas de azufre pueden ayudar a reflejar la luz solar lejos de la Tierra y enfriar el planeta, las consecuencias no deseadas de tal acción son mucho menos conocidas y podrían ser catastróficas.

La Universidad de Utah acaba de publicar en PLOS Climate un nuevo trabajoque ahonda en esta problemática y propone una nueva solución, que teóricamente sería menos perjudicial para el propio planeta. Benjamin Bromley y sus colegas proponen oscurecer el Sol directamente desde la Luna, sin que las capas inferiores de la atmósfera se vean afectadas por el azufre. Para ello han analizado distintos materiales y resulta que hay uno que tenemos en abundancia y exactamente en el punto donde lo necesitamos: el polvo que cubre la superficie lunar.

Según los cálculos de los científicos, las partículas de regolito son tan porosas que permitirían bloquear parcialmente la luz solar si situamos una nube de ellas en el punto de Lagrange L1 Tierra-Sol. Con el tiempo, estas partículas irían consumiéndose al entrar en la atmósfera terrestre (o volverían a posarse en la Luna) y habría que repetir el proceso. Los investigadores explican que para reducir un 1,8% el calor que recibimos del Sol (unos seis días al año de Sol oscurecido, según el estudio) harían falta 54 millones de toneladas métricas de polvo lunar.

Por supuesto, el estudio no incluye un método para dispersar todo ese polvo ni mucho menos entra a calcular lo que costaría. Los investigadores apuntan a que probablemente sea más sencillo proyectar ese polvo directamente desde la superficie del satélite mediante proyectiles balísticos. Puede sonar absurdo, pero ante la falta de iniciativas reales y a corto y medio plazo para reducir emisiones de forma suficiente para paliar un problema que ya está causando estragos, cualquier idea puede ser bienvenida. Otro asunto es la logística y los plazos que harían falta para hacer algo así, cuestiones para las que probablemente no tenemos tiempo.

https://journals.plos.org/climate/article?id=10.1371/journal.pclm.0000133

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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