Creswell se ubica en el mismo centro de Inglaterra, y esconde una curiosidad en forma de cueva kárstica, llena de unos símbolos que fueron hallados de forma totalmente fortuita durante el pasado 2018 por un par de espeleólogos. Hayley Clark y Ed Waters no podían saber la importancia que ese descubrimiento iba a tener meses después. Y es que al parecer esta cueva esconde una entrada al inframundo. El periódico The Guardian se hace eco de esta nueva hipótesis, surgida tras el estudio de las múltiples marcas presentes en el lugar.
La superstición campaba a sus anchas por estos lares, como en tantos otros. Las formas garabateadas en las paredes de la cueva sugieren que entre los siglos XVI y XIX había quienes creían a pies juntillas en ese otro mundo preternatural y habitado por eres de todo tipo que buscaban hacer todo el mal posible. Creswell es, según afirman los estudiosos, el lugar con mayor concentración de símbolos apotrópicos de todo el Reino Unido. En cuanto a su utilidad, las marcas servían para ahuyentar el mal, protegerse contra él y esquivar desgracias.
Alison Fearn, experta en símbolos protectores de la Universidad de Leicester, ha afirmado que las letras y los símbolos eran cristianos, pero que no deberían considerarse en ese contexto, porque entonces —desde el siglo XVI hasta principios del XIX— la gente no asociaba mucho la cruz con la religión. Según Fearn, la cruz simplemente significaba “un símbolo protector” ante algo que se encontraba en la cueva, y cumplía la función de mantener ese algo alejado de la cueva… o evitar que saliera de ella. Fearn se refiere a toda una sucesión de seres feéricos que habitaban (y según algunos aun habitan) en los alrededores. Ahí caben hadas, duendes, demonios y cualquier otra criatura típica del rico folclore inglés.
https://www.theguardian.com/culture/2019/feb/15/nottinghamshire-cave-carvings-marks-scare-witches