La fortaleza fue erigida en 1597 por orden de Toyotomi Hideyoshi, soberano feudal del período Sengoku en que se unificó el país, y ocupaba unas 32 hectáreas. La parte del muro que se conserva, construida en dirección norte-sur y entre 1568 y 1600, mide unos ocho metros de longitud y una altura que varía de 1 a 1,6 metros, aunque cuando estaba completo mediría unos 2,4 metros.
Además, los investigadores estiman que el foso original medía al menos tres metros de ancho y 2,4 de profundidad: en su fondo, los arqueólogos hallaron piedras que cayeron del muro y azulejos dorados.
“Es el mayor descubrimiento de este siglo relacionado con la excavación en un castillo japonés“, debido a que las referencias históricas hicieron que los expertos pensaran que solo era “una residencia rodeada por un muro“, afirmó Hitoshi Nakai, profesor de la Universidad de la Prefectura de Shiga, e informan medios locales.
Sin embargo, este hallazgo indica que había un magnífico edificio y Nakai estima probable que el general Hideyoshi construyera esa fortaleza para su hijo y sucesor, Toyotomi Hideyori.