La esfinge hecha en piedra arenisca tiene cabeza de carnero y, aunque ya era visible antes de las excavaciones, recién ahora el equipo de la Universidad de Lund (Suecia) y del Ministerio de Antigüedades de Egipto logró desenterrarla por completo. Según detallaron este miércoles desde el Proyecto Gebel el Silsila, la escultura tiene unos 5 metros de largo y 3,5 metros de alto, aunque su cabeza está rota y una parte no estaba en el lugar. Además, cerca de esta se halló otra esfinge más pequeña, que se cree que fue tallada por un aprendiz.
La actividad en el taller habría sido abandonada tras la muerte del faraón Amenhotep III, acaecida alrededor del año 1350 a.C.
Estas obras no fueron lo único que encontró el grupo de arqueólogos. También se desenterró una escultura de una cobra enroscada hecha para coronar la cabeza de la esfinge y una estela. Asimismo, se hallaron un santuario destruido con escrituras jeroglíficas dedicado a Amenhotep III y partes de una escultura de halcón y de un obelisco.