Las dataciones por radiocarbono revelaron que la niña murió hace unos 300 años, según el artículo publicado en la revista Praehistorische Zeitschrift. Sin embargo, esto desconcertó a los investigadores, porque los habitantes de Europa dejaron de enterrar a sus muertos en cuevas durante la Edad Media. Además, la presencia de una cabeza de pájaro en su boca también es inusual, y no se conocen otros casos similares de esta época en el continente.
Tras realizar un análisis del esqueleto, los especialistas determinaron que la menor murió cuando tenía entre 10 o 12 años. Sus huesos mostraron signos de crecimiento lento, lo que podría haber sido una consecuencia de una enfermedad metabólica. Los científicos no encontraron rastros de traumas ni otras pistas de las causas de su muerte.
Asimismo, el equipo realizó una serie de pruebas científicas y examinó los registros históricos. Los exámenes de ADN señalaron que podría provenir de un área en el norte de Polonia, posiblemente de la actual Finlandia o Carelia (Rusia). Según los registros históricos, el área fue ocupada por un ejército dirigido por el rey Carlos X Gustavo de Suecia entre 1655 y 1657, cuyos soldados a menudo viajaban con sus familias. Según los especialistas, ellos tenían la costumbre de enterrar a las personas en un bosque.
De esta manera, los investigadores sugirieron que la niña pudo haber llegado a la zona durante la guerra de 1655-1657 con su familia y murió en el lugar por causas naturales. Por lo tanto, fue enterrada en una cueva en el bosque cerca del castillo de Ojców que en aquel momento servía como guarida militar.
Sin embargo, aún se desconoce por qué fue enterrada con la cabeza de un pinzón en la boca.
https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/pz-2021-0008/html