Un equipo de arqueólogos y paleoantropólogos ha datado con precisión muchas de las obras de arte de la Cueva de Ardales

Gran parte de la Cueva de Ardales permaneció durante mucho tiempo enterrada entre rocas y escombros, por lo que lo único visible para los arqueólogos eran las más de 1,000 pinturas prehistóricas que adornaban sus paredes. De allí que se hiciera pasar por una caverna vinculada al arte abstracto y a las labores cotidianas. Pero entre 2011 y 2018, un equipo de la Universidad de Cádiz terminó de liberar parte de la entrada de la cueva, para acceder a las diferentes capas bajo sus pies. Fue así que hallaron un sorprendente rastro de huesos humanos que estaban apilados unos sobre otros. Lo curioso es que muchos de estos cuerpos no solo pertenecían a los neandertales que empezaron a utilizar la cueva hace 65.000 años.

Después de hacerles más de 50 dataciones de carbono, el equipo de arqueólogos descubrió que habían dos tipos de homínidos en la cueva:

  • Los neandertales, que ocuparon la cueva hace 58.000 años. Reconocidos por crear las pinturas más antiguas de la cueva, que consisten en puntos, manchas de dedos y manos.
  • Y los homo sapiens o humanos modernos, que llegaron hace unos 35.000 años, cuando la ocupación de los neandertales cesó.


Por tanto, concluyeron que la Cueva de Ardales fue utilizada como un cementerio común de forma intermitente por los primeros humanos que pisaron la Tierra. Desde el comienzo del Calcolítico, o Edad del Cobre, hasta el final del Neolítico.

Al principio los arqueólogos dudaron sobre sus hallazgos. Pensaban que era posible que ambos grupos humanos hubieran usado la Cueva de Ardales como refugio y como cementerio al mismo tiempo. Sin embargo, no había rastro de ningún artefacto doméstico. Ni de dagas, de ropa o elementos decorativos.

Lo único que resaltaba, además de la montaña de cadáveres, eran trozos de ocre. Un material bastante conocido por ser utilizado como pigmento y como material ritual a lo largo de la prehistoria. Con lo cual es un hecho que la cueva no se utilizó como un espacio habitable.

Estas capas revelaron la historia irregular de la ocupación de la cueva, comenzando desde la capa más inferior y más antigua. Los rastros de la actividad humana son efímeros y apuntan a actividades muy específicas relacionadas con el uso simbólico de la cueva”, dijo Pedro Cantalejo, investigador en la Cueva de Ardales.

Todavía hay algunos misterios enterrados bajo las rocas, pero los arqueólogos ya tienen una teoría con respecto a cómo se utilizó esta cueva durante 5000 años. De acuerdo con sus estimaciones, es probable que durante el Paleolítico la cueva fuera empleada para la producción de arte rupestre, debido a la cantidad de motivos pictóricos y la presencia de bloques de ocre fracturados. Sin embargo, en el Neolítico y el Calcolítico, la cueva dejó de ser habitada y comenzó a utilizarse como lugar de enterramiento.

Podríamos pensar que esto es raro, pero en la prehistoria los asentamientos van y vienen. A los neardentales no les gustaba permanecer mucho tiempo en regiones específicas, por lo que iban de cueva en cueva cada cierto tiempo.

Visto así, la teoría de los arqueólogos no es una locura, pero tampoco es un hecho comprobado. Así que lo único que podemos confirmar con estas primeras excavaciones a la Cueva de Ardales es que fue un cementerio en algún punto. Y gracias a eso hoy es un sitio arqueológico mucho más valioso para el estudio de la historia humana.

https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0266788

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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