En el mundo se cometen multitud de crímenes atroces a diario, y por muchos accesos a la información de los que se dispongan, una cantidad importante de esos actos quedan en el anonimato mediático para siempre, siendo solo conocido por un número pequeño de personas, a las que ese momento concreto marca durante el resto de sus vidas. Si se pone el foco en los casos que sí tuvieron repercusión, también es posible encontrar categorías. Especialmente si se acude a los crímenes múltiples perpetrados por un mismo asesino. La lista de “celebridades” de este tipo es bastante extensa, pero el asesino que protagoniza este texto no suele aparecer en ninguna de ellas. Phantom Killer campó a sus anchas por la localidad de Texarkana hace setenta y cinco años, y precisamente durante estas semanas se están cumpliendo diversas efemérides relacionadas con él. A pesar de contar con un apodo llamativo o un modus operandi definido, hacer copado titulares en prensa nacional e internacional e incluso haber protagonizado un par de películas, sigue siendo casi anónimo en Europa fuera de ámbitos especializados. Por ello, y por su posible repercusión en el folclore americano de la segunda mitad del siglo XX, ese sí bien conocido por estos lares, se presenta aquí un esbozo de su historia.
Es mejor dejarlo claro desde el primer momento: presentar todo lo abarcable en el lapso de tiempo en el que este asesino acechó por Texarkana necesitaría todo un libro, por lo que se intentará resumir y presentar las principales bazas. Un caso en el que hubo 400 sospechosos detenidos e interrogados, muchísimos oficiales de varios estados y agencias federales, o que contó con ejercicios de metacine de poco éxito que llevaron a demandas contra el director y guionista. Los bautizados como Texarkana Moonlight Murders (asesinatos a la luz de la luna de Texarkana) fueron una serie de asesinatos que transcurrieron entre el 22 de febrero y el 3 de mayo de 1946, pocos meses después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Al asesino, apodado Phantom Killer o Phantom Slayer1., se le atribuyen ocho víctimas, cinco de las cuales murieron. Sus dos primeras víctimas, Jimmy Hollis y Mary Larey, sobrevivieron. Un primer doble crimen ocurrió cuatro semanas después, resultando con las muertes de Richard Griffin y Polly Ann Moore. El segundo doble asesinato ocurrió tres semanas después, y se saldó con las muertes de Paul Martin y Betty Jo Booker. Finalmente, casi tres semanas después de este segundo doble ataque, Virgil y Katie Starks fueron atacados en su casa, muriendo el marido y resultando gravemente herida la esposa.
El escenario de estos crímenes fue la localidad de Texarkana, ubicada en el condado de Bowie, en la frontera entre Texas y Arkansas. El censo de población de 1940 señalaba que en el lugar vivían 10.481 personas, mientras que el de 1950, posterior a los crímenes, arrojaban un número de 11.5442.. Por lo tanto, se trata de una población bastante estable, en la que posiblemente muchas personas se conociesen y compartiesen espacios públicos y privados. También es necesario señalar que los acontecimientos que tuvieron lugar en 1946 desataron toda una oleada de histeria colectiva en el lugar, como se señalará posteriormente. Los ciudadanos se armaron fuertemente y protegieron sus casas mientras las autoridades patrullaban las calles. La rumorología jugó un papel destacado en el caso, llevando a multitud de equívocos que no fueron vistos con buenos ojos por parte de los investigadores.
Tras el último crimen, y tras unos meses de vigilancia intensiva, tanto los Rangers de Texas como diversos compañeros venidos de otros condados se fueron retirando paulatinamente del lugar, para evitar que el asesino se percatara, si es que seguía allí. Mientras el caso se iba desarrollando, hubo mucho eco mediático a nivel estatal, que luego se extrapoló a la prensa nacional e internacional.
El principal sospechoso tanto entonces como ahora es Youell Swinney, un delincuente menor que estuvo vinculado a los asesinatos principalmente por declaraciones de su esposa, además de por varias pruebas circunstanciales. Después de que la esposa de Swinney se negara a testificar en su contra, los fiscales decidieron no continuar con el caso y nunca fue declarado culpable de asesinato, pero fue sentenciado por ser un ladrón de coches y falsificador habitual. Sin embargo, dos de los investigadores principales del caso creían firmemente en su culpabilidad, y el libro de 2014 The Phantom Killer: Unlocking the Mystery of the Texarkana Serial Murders del Dr. James Presley3. también señala a Swinney como el culpable de los cinco ataques.
En un pequeño apunte sobre la película que retrató aquel ambiente de histeria, se estrenó en 1976 y se tituló The Town That Dreaded Sundown. Esta cinta se basaba libremente en los hechos, a pesar de su afirmación de que “sólo se han cambiado los nombres”. Debido a que la película afirmaba que los eventos y detalle que narraba eran reales, las partes fabricadas de la película crearon gran parte del mito y el folclore en torno a los asesinatos durante varias décadas. La película de 1976 generó una secuela de 20144..
Primer ataque: Jimmy Hollis (25 años) y Mary Jeanne Larey (19 años). Viernes 22 de febrero de 1946.
Alrededor de las 11:45 p.m. Jimmy y Mary Jeanne estacionaron en una calle apartada conocida como el carril de los enamorados o de los amantes5., después de haber visto una película juntos. Se trató de una cita doble, en la que también estaban Bob, hermano de Jimmy, y su novia. Tras salir del cine, ambas parejas se separaron. El carril de los enamorados estaba aproximadamente a 15 metros de Robinson Road, en una calle sin pavimentar, no muy lejos de la última fila de casas de la ciudad. Aproximadamente a las 11:55 p.m., un hombre que llevaba una máscara de tela blanca que parecía una funda de almohada con los ojos recortados, apareció en la puerta del lado del conductor y encendió una linterna, cegando a Hollis. Creyendo que podía ser una broma, Hollis le dijo que se había equivocado de persona, a lo que el hombre respondió: “No quiero matarte, amigo, haz lo que te digo“.
El tipo ordenó a Hollis y Larey salir por la puerta del lado del conductor, y le dijo a Hollis que “se quitara [sus] malditos calzones“. Tras hacerlo, el hombre le golpeó en la cabeza dos veces con una pistola. Pensando que el agresor quería robar, Larey le mostró la cartera de Hollis para demostrar que no tenía dinero, tras lo cual fue golpeada con un objeto contundente. El agresor le ordenó que se pusiera de pie y, cuando lo hizo, le dijo que corriera. Mary Jeanne trató de huir hacia una zanja, pero el agresor le ordenó que corriera en una dirección diferente por la carretera.
La chica vio un coche viejo estacionado fuera de la carretera, pero estaba vacío y el atacante volvió a por ella, preguntándole por qué corría. Extrañada, la chica dijo que lo hacía obedeciendo sus órdenes, pero el tipo la llamó mentirosa antes de derribarla y agredirla sexualmente con el cañón de su arma. Luego, Larey huyó a pie, corriendo media milla hasta una casa cercana. Por el camino, intentó hacer señas a un coche que pasó cerca, pero fue ignorada.
Larey logró despertar a los residentes de la casa y llamar a la policía. Mientras tanto, Hollis recuperó la conciencia y logró detener a un transeúnte en Richmond Road. El conductor dejó a Hollis allí y se dirigió a una funeraria cercana donde pudo llamar a la policía. En treinta minutos, el alguacil del condado de Bowie W. H. “Bill” Presley y otros tres oficiales llegaron al lugar del ataque, pero el agresor ya se había ido. Encontraron los pantalones de Hollis a no muy lejos del lugar del ataque.
Larey fue hospitalizada por una herida leve en la cabeza. Hollis fue hospitalizado durante varios días para recuperarse de múltiples fracturas de cráneo, pero ambos sobrevivieron al ataque. Ambos dieron informes contradictorios a la policía sobre el aspecto de su atacante, ya que Larey afirmó que el hombre llevaba una bolsa blanca sobre la cabeza con cortes para los ojos y la boca, y que podía ver debajo de la máscara que aparentemente era afroamericano. Por su parte, Hollis afirmó que el hombre era blanco y tenía alrededor de 30 años, pero admitió que no podía distinguir sus rasgos porque lo había cegado con una linterna. Ambos estuvieron de acuerdo en que el agresor medía alrededor de metro ochenta de altura. Las fuerzas del orden creyeron en algún momento que ambos conocían al atacante pero le estaban encubriendo por algún motivo, quizá por miedo, cosa que nunca se demostró.
James Mack Hollis era agente de seguros. Nacido el 25 de septiembre de 1920, aquella noche sufrió tres fracturas de cráneo y estuvo ingresado durante varios días en el Hospital Texarkana (Hospital Pine Street), que a día de hoy ya no existe. Fue dado de alta el 9 de marzo. Tras lo ocurrido, y tras breves encuentros con Larey, hizo su vida y se casó, teniendo siete hijos. Al parecer, se licenció en Historia y en Administración Pública, no estando del todo claro si este último apunte es cierto. En 1971, apareció en un telefilme llamado The have killed President Lincoln, como Andrew Johnson. Murió a los 54 años, en 1974.
Por su parte, Mary Jeanne Larey se mudó con sus tíos a Frederick (Oklahoma) tras el ataque. No dormía bien y sufría pesadillas frecuentemente. Una vez que los asesinatos empezaron a relacionarse con el ataque que sufrió, Larey intentó ayudar a los investigadores, que nunca dieron total validez a su testimonio. En mayo de 1946, tres meses después, un tal Paul Burns llevó hasta su casa a la periodista del Texarkana Gazette Lucille Holland. La entrevista a Mary Jeanne Larey apareció en la edición del 10 de mayo del periódico. Larey murió en 1965 a la edad de 38 años, debido a un cáncer.
Primer doble asesinato: Richard L. Griffin (29 años) y Polly Ann Moore (17 años). Domingo 24 de marzo de 1946
Richard Lanier Griffin y su novia desde hacía poco más de seis semanas, Polly Ann Moore , fueron encontrados muertos en el sedán Oldsmobile 1941 de Griffin entre las 8:30 y las 9:00 de la mañana por un conductor que pasaba por el lugar. El testigo vio el coche estacionado en el carril de los amantes, llamado Rich Road (ahora South Robison), al sur de la autopista 67 oeste y cerca de un local nocturno llamado Club Dallas.
En un primer momento, el testigo pensó que ambas víctimas estaban dormidas. Griffin fue encontrado entre los asientos delanteros, de rodillas y con la cabeza apoyada en sus manos cruzadas, con los bolsillos al revés. Moore fue encontrada tendida boca abajo en el asiento trasero. Sin embargo, hay pruebas que sugieren que la mataron sobre una manta fuera del coche y luego la colocaron allí.
Griffin había recibido dos disparos mientras aún estaba en el coche. Ambos habían recibido un disparo en la nuca y estaban completamente vestidos. Al parecer, no hubo agresión sexual en este ataque. Una mancha de tierra empapada de sangre cerca del coche sugirió a la policía que Griffin también había sido asesinados fuera del mismo y colocado dentro. Se encontró sangre coagulada cubriendo el estribo, que además había salido por la parte inferior de la puerta del automóvil. También se encontró un cartucho del calibre 32, posiblemente disparado por una pistola Colt envuelta en una manta. No existen informes que indiquen que Griffin o Moore fueron examinados por un patólogo.
Richard Griffin nació el 31 de agosto de 1916. Era veterano de guerra, pues participó en la II Guerra Mundial. Al volver como veterano se dedicó a la carpintería, aunque también hacía trabajos como pintor. Vivía con su madre en el 155 de Robinson Courts, lugar que albergaba casas expresamente construidas para veteranos. El lugar fue demolido años después durante las obras de ampliación de varias calles. Fue visto con vida por última vez en un café hacia las 22:00 horas, junto a su hermana Eleanor, su novio J. A. Proctor, y Moore.
Por su parte, Polly Ann Moore nació el 10 de noviembre de 1928. Vivía con su prima en una pensión en el 1215 de Magnolia Street. La pensión fue demolida años después. Se la vio por última vez con vida junto a Griffin, en el mismo café.
Durante mucho tiempo se rumoreó que también hubo una agresión sexual en este doble crimen, pero los informes modernos que revisaron el caso refutan esta afirmación. La policía inició una investigación en toda la ciudad junto con la policía de las ciudades de Texas y Arkansas, el Departamento de Seguridad Pública, los departamentos de los alguaciles de los condados de Miller y Cass y el FBI, que envió a un par de agentes. Para el 27 de marzo, la policía local había entrevistado a un número determinado de entre cincuenta y sesenta testigos, incluidos clientes y empleados del Club Dallas. Para el 30 de marzo, la policía ofreció una recompensa de 500 dólares por obtener cualquier información válida sobre el caso Griffin y Moore que pudiera llevar al arresto y condena de la persona o personas responsables. No se sacó nada en claro, sino que se produjeron más de un centenar de falsos avisos.
Segundo doble asesinato: Paul Martin (17 años) y Betty Jo Booker (15 años). Sábado 13 de abril de 1946
Transcurrieron tres semanas antes de que se produjera un segundo doble asesinato. Esa noche, Betty Jo Booker (15 años) tocaba su saxofón en su concierto semanal habitual con su banda, The Rythmaires, en el VFW Club de West Fourth y Oak Street. Alrededor de la 1:30 de la mañana, su amigo Paul Martin llegó para recogerla. Esta fue la última vez que la pareja fue vista con vida. El cuerpo de Martin fue encontrado alrededor de las 6:30 de esa misma madrugada por el Sr. y la Sra. Weaver y su hijo, acostado sobre su lado izquierdo en el borde norte de North Park Road. Al otro lado de la carretera se encontró sangre junto a una valla. Le habían disparado cuatro veces: una en la nariz, otra en la cuarta costilla izquierda por detrás, una tercera vez en la mano derecha y finalmente en la nuca.
El cuerpo de Booker no fue encontrado hasta aproximadamente las 11:30, a más de 3 kilómetros del cuerpo de Martin, detrás de un árbol. Fue hallada por los miembros de la familia Boyd, junto con su amigo Ted Schoeppey, que se había unido al grupo de búsqueda. Su cuerpo yacía de espaldas, completamente vestido, con la mano derecha en el bolsillo del abrigo abotonado. Booker había recibido dos disparos, uno en el pecho y otro en la cara. El arma utilizada fue la misma que en el primer doble asesinato, una pistola automática Colt del calibre 32.
El Ford Club coupé de 1946 de Martin fue hallado a unos 4,8 km del cuerpo de Booker y a 2,5 kilómetros de su cuerpo. Estaba aparcado fuera de Spring Lake Park, con las llaves todavía dentro. Las autoridades no estaban seguras de quién murió primero. El alguacil Presley y el capitán de los guardabosques de Texas, Manuel Gonzaullas, dijeron que los exámenes de los cuerpos indicaron que ambos habían mantenido una lucha tremenda. El amigo de Martin, Tom Albritton, dijo que no creía que las víctimas hubieran discutido y que Martin no había tenido enemigos. Los investigadores barajaron la posibilidad de que ambos peleasen, quizá a la vez, con el asesino. No se supo si ambos murieron en el mismo lugar, o alguno de los dos huyó o fue desplazado hasta el lugar donde se halló su cuerpo. Las autoridades no pudieron localizar el saxofón de Booker en la escena del crimen; éste fue finalmente descubierto seis meses después, el 24 de octubre, todavía en su estuche de imitación de cuero negro, en la maleza cerca de donde se había encontrado el cuerpo de Booker.
En aquel momento, la recompensa ascendió a más de 1.700 dólares. La rumorología siguió su curso, lanzándose varias acusaciones falsas y dando testimonios que no se pudieron probar. El 18 de abril, el Capitán Gonzaullas6. emitió un comunicado durante una rueda de prensa verificando que el asesino no había sido capturado y que los rumores que circulaban entre los vecinos y en los periódicos eran “un estorbo para la investigación y dañinos para personas inocentes“. Se hablaba tanto de nuevos crímenes como de sospechosos capturados. Muchos residentes de Texarkana comenzaron a comprar armas de fuego y diversos medios de protección para sus casas. También los hubo que se mudaron a casas de familiares o que tuvieron estancias más o menos largas en hoteles, buscando estar junto a más gente. Ya desde el primer doble crimen, muchos padres comenzaron a alertar a sus hijos sobre la inconveniencia y el peligro de salir de noche, puesto que comenzaban a vislumbrarse algunas características claras sobre el asesino. Al parecer, buscaba parejas jóvenes en entornos solitarios.
En cuanto a las víctimas, Paul James Martin nació en Smockover (Kansas) el 8 de mayo de 1929. Era un estudiante de secundaria cuando murió Además, formaba parte de la Iglesia Bautista Beech Street, misma a la que pertenecía Betty Jo Booker. Acudió a la Academia Militar del Golfo en Gulfport, Mississippi, en 1945, antes de comenzar a acudir a la secundaria en Kilgore. El viernes 12 de abril, condujo hacia Texarkana desde Kilgore para pasar la noche junto a su amigo Tom Albritton. En la madrugada del 13 al 14 de abril recogió a su amiga Betty Jo Booker, siendo esta la última vez que se vio con vida a ambos. El funeral de Martin se produjo el día 16 a las 10 de la mañana, en su iglesia. Asistieron cientos de personas, entre ellos muchos compañeros de clase y jóvenes de la localidad de Texarkana.
Betty Jo Booker nació el 5 de junio de 1930. Cursaba secundaria en Texas y era miembro de la hermandad femenina Delta Beta Sigma. Tocaba el saxofón en la orquesta The Rythmaires, tanto en bailes de graduación como en otro tipo de eventos. Era amiga de Martin desde el jardín de infancia. Era una chica muy popular entre sus compañeros, y no le faltaban pretendientes. Tras su muerte, su banda de música se disolvió. Su funeral se produjo el mismo día 16 de abril, a las 14:00. No se produjo a la misma hora que el de Martin para que todos los que quisiesen pudieran acudir a ambos. Luego fue enterrada en el cementerio de Woodlawn.
Último doble crimen: Virgil Starks (37 años) y Katherine Ila Starks (36 años). Viernes 3 de mayo de 1946
En algún momento antes de las 21:00 Virgil Starks, agricultor y soldador, estaba en su modesta casa estilo rancho en una granja de 500 acres junto a la autopista 67 este, a casi 16 kilómetros al noreste de Texarkana. Puso su programa semanal de radio favorito y su esposa Katie le dio una almohadilla térmica para el dolor de espalda. Se sentó en su sillón en la sala de estar, que estaba justo al lado de la cocina y el dormitorio. Mientras Katie estaba en su habitación acostada en la cama en camisón, escuchó algo en el patio trasero y le pidió a Virgil que apagara la radio. Segundos más tarde, mientras Virgil leía la edición del 3 de mayo de la Texarkana Gazette, dos tiros fueron disparados en la parte posterior de su cabeza desde una ventana doble cerrada a menos de un metro de distancia. Katie no escuchó los disparos ero sí oyó lo que “sonó como la rotura de un cristal“. Katie pensó que Virgil había dejado caer algo y fue a ver qué pasaba. Cuando entró en la sala de estar, vio a Virgil ponerse de pie y, de repente, volver a desplomarse. Vio sangre, corrió hacia él y le levantó la cabeza. Cuando se dio cuenta de que estaba muerto, corrió hacia el teléfono para llamar a la policía.
Lo intentó sin éxito dos veces antes de recibir dos disparos en la cara desde la misma ventana. Una bala le entró en la mejilla derecha y salió por detrás de la oreja izquierda. La otra entró justo debajo de su labio, rompiendo su mandíbula y astillando varios dientes antes de alojarse debajo de su lengua. Cayó de rodillas, pero logró ponerse de pie. Corrió a buscar una pistola que tenían guardada en la sala de estar, pero su propia sangre la cegó. Pensó que la iban a matar, así que se tambaleó hacia su habitación para dejar una nota. Mientras tanto, el asesino corrió a la parte trasera de la casa y subió los escalones hasta el porche con mosquitero lateral a través de la puerta trasera. Katie oyó que el asesino entraba por la ventana de la cocina, así que se dio la vuelta y corrió por el comedor, atravesó el dormitorio, recorrió un pasillo, atravesó otro dormitorio, y luego la sala de estar y salió por la puerta principal. Descalza y todavía con su camisón empapado de sangre, cruzó la calle hacia la casa de su hermana y su cuñado. Como no había nadie en casa, corrió hasta la casa de A. V. Prater. Prater respondió a su llamada de ayuda. Ella jadeó: “Virgil está muerto“. Luego se derrumbó.
Prater disparó un rifle al aire para avisar a otro vecino, Elmer Taylor. Taylor, junto con el Sr. y la Sra. Prater y su bebé, viajaron con la Sra. Starks al Hospital Michael Meagher (ahora Unidad de Salud del Condado de Miller) en el 503 de Walnut Street. La Sra. Starks le dio al Sr. Taylor uno de sus dientes con un empaste de oro. Ella estaba en un estado semiconsciente, desplomándose hacia adelante en el asiento delantero. Aunque perdió una cantidad considerable de sangre, no mostró signos de estar en estado de shock y su frecuencia cardíaca se mantuvo normal. El alguacil del condado de Miller, W. E. Davis, quien se convirtió en el jefe de la investigación, interrogó a la Sra. Starks en la sala de operaciones. La noticia se imprimió en la portada del Texarkana Gazette7. a la mañana siguiente, el sábado 4 de mayo: “ASESINATO EN ROCKS CITY OTRA VEZ; GRANJERO ASESINADO, ESPOSA HERIDA”. Cuatro días después, el Sheriff Davis volvió a hablar con la Sra. Starks en el hospital. Katie descartó un rumor que circulaba por la zona, que decía que Virgil había escuchado un coche rondando su casa varias noches seguidas y que temía ser asesinado.
El funeral de Virgil Starks se celebró el 6 de mayo a las 14:30, con quinientos asistentes. Fue enterrado en el cementerio de Hillcrest. Mismo en el que se inhumó a Paul Martin. Por su parte, Katie Starks se volvió a casar. Murió el 3 de julio de 1994 a los 84 años de edad, siendo enterrada junto a Virgil como Katie Starks Sutton. Su segundo marido fue enterrado a su lado, estando Katie entre los dos hombres de su vida.
La investigación y algunos eventos posteriores
Justo después del último crimen y en cuanto fue notificado, se establecieron bloqueos a varias millas al noreste y suroeste en la autopista 67 este. El alguacil Davis llamó a oficiales de toda el área para ayudar en la investigación. Al lugar acudieron dos agentes del FBI, el capitán Gonzaullas y otros Rangers de Texas, el alguacil Presley y sus ayudantes, el alguacil Jim Sanderson del condado de Little River, la policía estatal de Arkansas, la policía local, y muchos otros. En la casa de Starks, los investigadores encontraron un rastro de sangre y varios dientes. Gonzaullas, después de ver la escena del crimen, dijo no entender cómo la señora Starks no se desangró hasta morir. Sólo había dos agujeros de bala en la ventana, lo que llevó al alguacil Davis a creer que el arma era un rifle automático. Los investigadores declararon que después de que el asesino disparase sobre Virgil, esperó pacientemente tras la ventana para hacer lo propio con su esposa.
Se encontraron tres pistas en la escena del crimen. La primera fue el calibre de las balas, que esta vez era del 22. La segunda fue una linterna que se encontró en el seto debajo de la ventana desde la que Starks recibió los disparos. La última fueron huellas de sangre alrededor de la casa: huellas de zapatos en el suelo de la cocina y huellas dactilares en otros lugares. El alguacil Davis afirmó que aunque este asesinato podría no estar directamente relacionado con el Phantom porque el calibre de las balas halladas no era la misma que en los otros dos dobles asesinatos. Fueron detenidos muchos hombres que fueron encontrados por los alrededores, además de varios conductores que circulaban a esas horas. Fueron interrogados, pero no se sacó nada en claro.
La teoría no oficial entre la mayoría de los oficiales fue la que el asesino tenía una “manía sexual”. Para ello, se basaron en el hecho de que no se llevaba nada de valor de las escenas de los crímenes, sobre todo en la casa de los Starks, donde había dinero y joyas. Durante ese viernes en el que se produjo el último doble crimen, la recompensa había superado los siete mil dólares.
En la mañana del jueves 9 de mayo se notificó al alguacil Davis que la linterna encontrada en la escena del crimen de Starks – y que se había llevado el FBI – no contenía huellas dactilares. El miércoles 29 de mayo, una imagen en color de la linterna fue mostrada en la portada del Texarkana Gazett. Fue la primera fotografía en color del periódico.
En noviembre de 1948, las autoridades ya no consideraban que el asesinato de Starks estuviera relacionado con los otros asesinatos dobles. Creían que no se trató del mismo asesino. Pero el posterior estreno de la película que narró los eventos de Texarkana volvió a ligar todos los crímenes como obra del Phantom Killer.
Histeria y pánico
Según se iban sucediendo los acontecimientos, los crímenes causaron mayor impacto en la vida cotidiana de los residentes de Texarkana y los alrededores. Después del primer doble asesinato, algunos padres impidieron que sus hijos saliesen de casa por las noches. El segundo doble asesinato conmocionó a la ciudad, provocando que se estableciera una hora de cierre más temprano del habitual a las empresas locales. El apogeo de la histeria colectiva en Texarkana llegó después del asesinato de Virgil Starks. El Texarkana Gazette declaró el domingo 5 de mayo que el asesino podría volver a atacar en cualquier momento, en cualquier lugar y a cualquier persona.
Antes de todo aquello, en la ciudad era habitual dejar las casas cerradas sin llave, pero pronto los residentes empezaron a cerrar las puertas, a bajar las persianas, a bloquear las ventanas y a armarse con pistolas. Hubo quienes llegaron incluso más allá, y fabricaron explosivos caseros para defenderse o colocaron trampas. Algunas personas aseguraron las ventanas con bloques de madera. Las tiendas de la zona vendieron muchas cerraduras, armas, municiones y persianas. Otros artículos cuyas ventas aumentaron incluyeron cerraduras para ventanas, ganchos para puertas con mosquiteros o pestillos.
Varias empresas, incluidos cafés, teatros y clubes nocturnos, perdieron clientes. Las tardes eran animadas, pero las calles quedaban prácticamente desiertas cuando se acercaba el anochecer. Debido a la caída del volumen de negocio, las licorerías comenzaron a cerrar a las 21:30. La proliferación de armas llegó a tal nivel que Texarkana se convirtió en un lugar muy peligroso. Cada vez que llegaban al lugar, los agentes tenían que encender sus sirenas y anunciar su llegada a viva voz para evitar que un propietario nervioso les disparara. Para ir a casa de alguien, tenían que llamar con anticipación y avisar.
Durante el mes de mayo, varios vecinos creyeron que hubo más muertes, debido al sonido de sirenas provenientes de un carnaval cercano que confundieron con coches patrulla. Más de una semana después de la muerte de Virgil Starks, los departamentos de policía en ambos lados de la ciudad todavía estaban inundados de llamadas que advertían sobre merodeadores y disparos. Los oficiales revisaron diligentemente cada informe, pero todos resultaron ser falsos.
Phantom Killer: un apodo para un asesino quizá no tan múltiple
Haciendo un ejercicio recopilatorio, la apariencia del supuesto asesino múltiple solo fue trasladada a las autoridades por parte de Jimmy Hollis y Mary Jeanne Leary, los dos únicos supervivientes de un encuentro cara a cara con el atacante. La señora Katie Starks no vio en ningún momento a su atacante, por lo que no pudo dar testimonio sobre su apariencia. Al parecer, se trataba de un hombre de metro ochenta de altura, que llevaba una máscara de tela blanca que parecía una funda de almohada con los ojos recortados. Tras el primer ataque, los investigadores no pudieron sacar nada en claro sobre detalles como el color de piel del atacante, ya que Leary indicó que le parecía afroamericano pero Hollis señaló que era un hombre blanco. Partiendo de esta base, la tarea fue complicada, ya que los siguientes ataques se saldaron con las muertes de las víctimas y con una mujer que no vio demasiado.
El asesino desconocido – en el caso de que este atacante fuese el mismo que perpetró los dos dobles asesinatos y el ataque del matrimonio Starks – no adquirió su apodo hasta después de la muerte de Betty Jo Booker y Paul Martin. En la edición del 16 de abril del Texarkana Daily News, un títular decía: “Asesino fantasma elude a los oficiales cuando se presiona la investigación de asesinatos“. La historia de la portada continuó en la página dos con el título, “Phantom Slayer Eludes Police“. El Texarkana Gazette incluyó un pequeño titular el 17 de abril que decía: “Phantom Slayer sigue en libertad mientras la investigación continúa“. JQ Mahaffey, editor ejecutivo del Texarkana Gazette en 1946, dijo que Calvin Sutton, director de redacción, tenía un agudo sentido de lo dramático para las noticias, lo que le impulsó a preguntarse si no podían empezar a referirse al asesino desconocido como “El fantasma“. Mahaffey respondió: “¿Por qué no? Si el hijo de puta sigue eludiendo la captura, ¡ciertamente se le puede llamar fantasma!“8.
En cuanto al modus operandi establecido para el asesino, este arrojó varias claves a tener en cuenta9.:
- Todas las víctimas eran parejas jóvenes.
- Los ataques se producían en zonas apartadas o privadas, en el caso de los Starks.
- El calibre de las balas usadas por el asesino era del 32, aunque esto entra en contradicción con el calibre de las balas halladas en la casa de los Starks, que eran del 22. Entre los propios investigadores hubo controversias y discrepancias en este punto concreto.
- Los ataques siempre ocurrían en fines de semana, normalmente con tres semanas de diferencia y a altas horas de la noche.
- Según el capitán Gonzaullas de los Ranger de Texas, era un criminal astuto.
- La investigación barajaba una suerte de perversión sexual.
Gonzaullas declaró que él y sus oficiales estaban lidiando con un “criminal astuto que no había dejado piedra sin remover para ocultar su identidad y actividades“, y que los esfuerzos del asesino fueron inteligentes y desconcertantes. También afirmó que el hombre al que estaban cazando era un “individuo astuto que haría todo lo posible para evitar ser aprehendido“.
El Dr. Anthony Lapalla, psicólogo de la Institución Correccional Federal en Texarkana, creía que el asesino planeaba continuar realizando ataques inesperados como el de Virgil Starks en las afueras de la ciudad. También creía que la misma persona cometió los asesinatos de Virgil Starks, Betty Jo Booker, Paul Martin, Polly Ann Moore y Richard Griffin. Además, creía que la edad del asesino estaba entre los 30 y los 50 años. Dijo que el asesino aparentemente estaba motivado por un fuerte impulso sexual y que era un sádico. Afirmó que una persona que cometió los delitos era inteligente y astuta. También señaló que muchos asesinos con esos perfiles jamás eran detenidos. Según las teorías de Lapalla, el asesino sabía en todo momento lo que se estaba haciendo en la investigación y sabía que se patrullaban caminos baldíos.
Además, el doctor Lapalla indicó que el asesino podría estar llevando una vida normal, aparentando ser un buen ciudadano. Quizá el asesino no era un residente de la zona, a pesar de tener conocimiento de ella. Según sus hipótesis, todos los ataques mostraban evidencias de una planificación fría y astuta.
“Este hombre es extremadamente peligroso. Trabaja solo y nadie sabe lo que está haciendo porque no dice nada a nadie“. En un ejercicio de racismo, tristemente común en aquella época, y también en la actualidad, Lapalla no creía que el asesino fuera un hombre negro porque “en general, los criminales negros no son tan inteligentes“.
Youell Swinney
Al principio de este texto se indicó que hubo alrededor de 400 detenidos a lo largo de la investigación. Entre ellos hubo de todo: conductores que pasaban por el lugar, vecinos de Texarkana y de localidades vecinas, amigos de algunas de las víctimas e incluso algún que otro reo alemán fugado. Ese dato por sí solo hace imposible que se recojan aquí todos sus nombres, ocupaciones, testimonios o coartadas. Por ello, solo se mencionará a dos.
Henry Booker “Doodie” Tennison10. tenía 18 años cuando fue hallado muerto en su cama, en Fayetteville, Arkansas. Eso ocurrió el 5 de noviembre de 1948. Tennison asistía ala Universidad de Arkansas. Al parecer, el día 3 de ese mismo mes había comprado una lata de cianuro de mercurio que dijo querer usar para acabar con unas ratas que rondaban por su casa. Junto a él había dejado una nota con instrucciones para poder abrir una caja de seguridad. Entre otras cosas, había una nota de confesión de los crímenes de Texarkana. En ella mencionaba explícitamente a Paul Martin, Betty Jo Booker y al matrimonio Starks.
La investigación halló en el lugar muchos borradores de esa misma confesión hechos a lápiz, que luego fueron mecanografiados. Al parecer, Tennison fantaseaba con la idea del suicidio y del efecto que éste provocaría en sus más allegados. De hecho, en varios de esos borradores jugaba con la idea de identificarse como el Phantom Killer. Se tomaron sus huellas dactilares, pero las mismas no coincidían con las que se recogieron en casa del matrimonio Starks. Además, una de las notas halladas contradecía a las anteriores, desmintiendo su propia historia sobre los crímenes que supuestamente cometió.
Henry Booker Tennison había coincidido con Betty Jo Booker en sus conciertos, tocaron juntos alguna vez pero no eran amigos. Al interrogar a sus conocidos, un amigo ofreció una coartada contrastable para la noche en que se cometió el ataque de Virgil y Katie Starks. Esto, unido a todos los borradores de confesión antes mencionados, invalidaron la identificación de Tennison como el Phantom Killer. Todo quedó en un suicidio de un chico muy joven del que los investigadores declararon que quizá necesitaba atención y que no supo cómo resolver alguna situación que acabó por arrastrarle a aquel fatídico final.
Ahora llega el turno del que a la postre se convirtió en el principal sospechoso de los crímenes de Texarkana, Youell Swinney. Su identificación y detención se podría considerar casi una casualidad. Todo comenzó cuando Max Tackett, oficial de la Policía Estatal de Arkansas de 33 años, se percató de que un coche anteriormente robado en la noche de uno de los crímenes había sido encontrado abandonado en los alrededores. El 28 de junio de 1946, Tackett encontró un coche robado y vigiló para ver si alguien aparecía en el lugar y trataba de arrancarlo. Fue entonces cuando Peggy Swinney, una joven de 21 años, entró en el coche y fue rápidamente interceptada con el oficial. Ella dijo que se acababa de casar en la localidad de Sheverport pero que su esposo se hallaba en Atlanta tratando de vender otro coche robado. Este dato fue confirmado por el jefe de la policía de Atlanta, Homer Carter, que añadió que alguien intentó vender un vehículo robado a un ciudadano que se dio cuenta de la jugada y lo denunció a las autoridades. Tackett contactó con el denunciante, que dijo no ser capaz de reconocer al hombre que trató de venderle el coche robado. Sin embargo, el oficial observó que la apariencia del testigo era bastante peculiar, tanto para considerar que el sospechoso sí que le identificaría a él si le viese en algún otro lugar. Se trataba del típico vaquero que siempre iba con sombrero y botas. Tackett pidió al testigo que le acompañase a varios lugares públicos y concurridos para ver si había suerte.
Un sábado de julio de ese mismo año, Tackett entró junto al testigo a la estación de autobuses Arkansas Motor Coach, cerca de Union Station y vio como un hombre salí corriendo tras verles. Tackett persiguió a esa persona y la atrapó en una cercana escalera de incendios. El detenido dijo llamarse Youell Swinney. Al parecer, y desde el primer momento, el sospechoso indicó que no había sido detenido solo por cometer robos, apunte que despertó las suspicacias de los investigadores. Swinney verbalizó su miedo a ser ejecutado en la silla eléctrica en varias ocasiones. Cuando Peggy Sweinney fue interrogada sobre las actividades de su marido, rápidamente confesó que él era el Phantom Killer. Dijo que Youell mató a Paul Martin y Betty Jo Booker y dio detalles bastante precisos sobre ubicaciones de las posesiones de las víctimas. Una camisa con una marca de ropa sucia quizás relacionada con el caso Starks fue encontrada en posesión de Swinney, pero el vínculo no era seguro. Posteriormente, y a lo largo de varios interrogatorios, Peggy Swinney se desdijo y dio detalles contradictorios, que los investigadores achacaron a su miedo hacia Youell o por incriminarse a sí misma en un posible caso de asesinato múltiple. Por su parte Yoeull Swinney nunca confesó los crímenes.
La confesión de Peggy fue la parte más crítica del caso. Por ley, en 1946, la esposa no podía ser obligada a testificar contra su esposo, y debido a que se la consideraba una testigo poco confiable, Youell no fue arrestado por el asesinato. En cambio, con solo pruebas circunstanciales, Swinney fue enviado a prisión como delincuente habitual por robo de vehículos. El Dr. James Presley dijo en su libro de 2014 que varios investigadores en el caso Swinney dijeron más tarde que la sentencia del delincuente era efectivamente un acuerdo de culpabilidad, a pesar de que los archivos del caso indicaban que no se llegó a tal acuerdo formalmente. Swinney estaba preocupado por ser condenado a muerte por los asesinatos, por lo que acordó no impugnar el cargo de delincuente habitual y, de hecho, trató de declararse culpable a pesar de que los casos de delincuentes habituales requerían un juicio con jurado.
Hubo varias evidencias circunstanciales que se deben tener en cuenta y que podrían indicar que efectivamente Youell Swinney era el asesino:
- El automóvil en el que arrestaron a Peggy Swinney fue el mismo que desapareció en la noche de los asesinatos de Richard Griffin y Polly Ann Moore.
- Cuando Tackett atrapó a Youell Swinney en la escalera de incendios, Swinney dijo: “Por favor, no me disparen“. Tackett respondió: “No voy a dispararle por robar coches“. Swinney respondió: “Señor, no juegue conmigo. Me quiere por algo más que robar coches“.
- Cuando Youell fue conducido a un coche patrulla, le preguntó al ayudante jefe Tillman Johnson: “Sr. Johnson, ¿qué cree que me harán por esto? ¿Me darán la silla (eléctrica)?“. Johnson respondió: “No tendrás mucho (castigo). Quizás cinco o diez años. No te mandan la silla eléctrica por robar coches“. Swinney luego dijo: “Sr. Johnson, me tiene por algo más que robar coches“.
- Cuando un abogado le dijo a Peggy que su esposo estaba detenido por asesinato, ella exclamó: “¿Cómo se enteraron?“.
- Peggy llevó a los oficiales cerca del lugar donde se encontró el coche de Paul Martin. Dijo que se había adentrado en el bosque allí. Los agentes encontraron huellas de tacones de mujer en esa zona.
- La familia de Peggy y el cuñado de Youell creían que éste era efectivamente el Phantom Killer.
- La policía encontró una camisa de trabajo de color caqui en la habitación del sospechoso con una marca de lavado de la palabra “S-T-A-R-K”, que se leyó bajo una luz negra.
- En el bolsillo delantero de la camisa de trabajo, se encontró escoria, que coincidía con las muestras encontradas en el taller de soldadura de Virgil Starks.
- Youell Swinney poseía anteriormente una Colt automática calibre .32, pero la había perdido jugando a los dados.
- Mientras era acusado de asesinato, Swinney permaneció en silencio en lugar de alegar su inocencia. Peggy Swinney confesó las acciones de su esposo, revelando información muy detallada, incluida información que los oficiales ya conocían y otras que no.
Sin embargo, y a pesar de que había indicios suficientes para montar una acusación formal, hubo otra serie de circunstancias que finalmente llevaron a descartar la misma:
- Las huellas dactilares de Youell Swinney no coincidían con ninguna de las huellas en la escena del crimen de Paul Martin y Betty Jo Booker.
- Peggy Swinney se retractó de su confesión.
- Los Rangers de Texas y el alguacil Bill Presley no estaban convencidos de que Swinney fuera el asesino.
- Swinney negó ser el Fantasma y nunca hizo una confesión formal.
Los encargados del caso trabajaron en esta línea de investigación durante seis meses. Finalmente, dedujeron que Peggy Swinney mentía sistemáticamente. En la noche del crimen de Paul Martin y Betty Jo Booker, el matrimonio Swinnet dormía en un coche debajo de un puente cercano. Ese coche fue robado en la noche del crimen, pero nunca se terminó de relacionar con la muerte de los jóvenes.
Décadas después, y sin saber si se trataba de una broma enfermiza o una confesión verdadera, una mujer anónima se puso en contacto con familiares de dos de las víctimas, en 1999 y en el 2000, disculpándose por lo que había hecho su padre. No se tenía constancia de que Youell Swinney hubiera tenido una hija.
The Town That Dreaded Sundown, 1976.
Dirigida y producida por Charles B. Pierce y escrita por Earl E. Smith, la película estrenada justo tres décadas después de los crímenes se basó libremente en las fechorías del Phantom Killer. Se presentó el 17 de diciembre de 1976 pero no se estrenó hasta el día 24. Su protagonista fue Ben Johnson, que realizó el papel del Capitán J. D. Morales, un trasunto del Ranger Manuel Gonzalullas. El fantasma fue interpretado por Bud Davis. El aspecto del criminal se basó en los testimonios de Jimmy Hollis y Mary Jeanne Larey. Entre otras localizaciones, parte de la película se rodó en la propia Texarkana, contando con diecinueve extras provenientes de dicha localidad.
Lógicamente, hubo varias diferencias entre los eventos reales y los retratados en la cinta. Principalmente, los nombres de las víctimas. Otra diferencia notable es que en la película sí que había encuentros directos entre la policía y el criminal, que conseguía huir de los mismos. Según se esgrimía durante el slasher, la hipótesis de los investigadores es que los crímenes se producían cada 21 días. La cinta acababa con una persecución a pie en la que el fantasma es herido de bala en una pierna pero finalmente logra escabullirse tras las vías del tren justo antes de que uno pasase y le separase de sus perseguidores. Años más tarde, en 1976, la película se va a estrenar en la propia Texarkana, y entre la cola de los asistentes se enfocan los zapatos de alguien. Estos zapatos eran los mismos que se veían durante la última persecución, dando a entender que el asesino volvía al lugar treinta años después.
La estética del asesino, así como su fiero comportamiento hacia las mujeres que aparecían en la película, hicieron que el caso recobrase nuevos bríos e incluyera detalles que quedaron en el inconsciente colectivo hasta el presente. La relación de todos los crímenes quedó firmemente fijada desde aquel año 1976, sin haber garantías de que hubiese un solo asesino y de que todos los dobles ataques estuviesen relacionados. El Dr. James Presley señaló a Swinney, pero no pudo probar en su libro que el atacante fuese el mismo en todos los crímenes. De hecho, es posible que no se tratase de un solo criminal. Quizá alguien realizó un primer ataque y luego apareciese un verdadero asesino en la zona. Puede que algún imitador aprovechase la ocasión para atacar al matrimonio Starks, y que éste estuviese relacionado con el primer ataque a Hollis y Larey. Nunca ha terminado de quedar claro.
Obviamente, los investigadores no salieron bien parados en el argumento de la cinta, lo que llevó a varios policías de Texarkana a demandar al director por la campaña publicitaria que se hizo antes y durante la estancia de la película en cines. Incluso el alcalde de Texarkana en aquel momento, Harvey Nelson, salió a la palestra para defender a los oficiales que trabajaron en el caso y para acusar a director y guionista de dar datos inexactos o directamente falsos.
En 1978 Mark Melton Moore, hermano de Polly Ann Moore, demandó a Charles B. Pierce alegando invasión de la privacidad y pidiendo una indemnización de 1,3 millones de dólares11.. Esa petición fue denegada en 1979, pero Moore no se rindió y presentó otra demanda ante la Corte Suprema de Texas. El Tribunal Sexto de Apelaciones Civiles de Texarkana falló en favor de Pierce, por lo que nunca tuvo que pagar indemnización alguna por haber retratado libremente lo acontecido en Texarkana.
Para finalizar, se señalará que esta cinta tuvo una continuación en 2014, titulada de igual forma, aunque no se darán más detalles al respecto. Sí que es necesario sacar a colación un detalle que se ha obviado intencionalmente hasta ahora, y es que estos crímenes pudieron tener un impacto en el posterior folclore americano relacionado con las leyendas urbanas. Concretamente, no son pocos los investigadores que ven en los Texarkana Moonlight Murders una suerte de antecesor de la leyenda de El Hombre del Garfio12., una de las más célebres y que quedó tuvo una versión cinematográfica a finales de los años noventa en el slasher I know what you did last summer (Sé lo que hicisteis el último verano), basado a su vez en una novela titulada de igual forma de Lois Duncan, publicada en 197313.. También se usó una de las múltiples versiones de la leyenda para escenificar uno de los asesinatos que se producían en la película Urban Legend (Leyenda Urbana) de 1998. Quizá algún día se cuente esa historia y re haga una relación directa entre ambas historias.
Fuentes:
- Bischof, Greg: Phantom Killer’s last alleged victim shot to death 70 years ago today, Texarkana Gazette, 2016.
- Brunvand, Jan Harold: Tened miedo… Mucho miedo: Leyendas urbanas de terror, Alba Editorial, 2005. – El fabuloso libro de las leyendas urbanas, Alba Editorial, 2003.
- Malsch, Brownson: Lone Wolf Gonzaullas: Texas Ranger, University of Oklahoma Press, 1998.
- Markgraf, Matt y Hatton, Todd: Author ‘Unlocks’ the Mystery of Texarkana’s Phantom Killer, WKMS Radio.
- Newton, Michael: The Texarkana Moonlight Murders: The Unsolved Case of the 1946 Phantom Killer, McFarland, 2013.
- Presley, James: The Phantom Killer: Unlocking the Mystery of the Texarkana Serial Murders: The Story of a Town in Terror, Pegasus Books, 2014.
- Stowers, Carlton: The Phantom Menace, Dallas Observer, 2001.
Notas:
1. El FBI publicó el jueves 6 de febrero de 2020 un extenso archivo de más de 1.100 páginas de documentos sobre la investigación de los infames asesinatos de Phantom Killer de Texarkana en 1946. Entre ellas se incluyen memorandos, informes o recortes de noticias; correspondencia entre, hacia y desde las fuerzas del orden (incluido el director del FBI J. Edgar Hoover); fotografías de pruebas y evidencias, huellas dactilares y huellas de manos, mapas y diagramas; recopilaciones de pistas; y listas de sospechosos que datan de 1946 a 1949. Dejamos el enlace a continuación: https://vault.fbi.gov/texarkana-phantom-moonlight-murders
2. Información extraída del Censo de población de 1950, disponible a través de The U.S. National Archives https://www2.census.gov/library/publications/decennial/1950/population-volume-1/vol-01-46.pdf
3. Presley, James: The Phantom Killer: Unlocking the Mystery of the Texarkana Serial Murders: The Story of a Town in Terror, Pegasus Books, 2014.
4. Lo más destacado de esta secuela es que estuvo producida por Jason Blum y Ryan Murphy, además de contar con música de Ludwig Göransson, célebre ahora por componer la banda sonora de The Mandalorian, Black Phanter o Tenet.
5. Newton, Michael: The Texarkana Moonlight Murders: The Unsolved Case of the 1946 Phantom Killer, McFarland, 2013, p. 3. El libro de Newton da muchísimos detalles sobre los crímenes.
6. Gonzaullas nació en Cádiz el 4 de julio de 1891. Tras su retiro en 1951, fue consultor para películas, programas de radio y televisión. Para más información, se puede consultar Malsch, Brownson: Lone Wolf Gonzaullas: Texas Ranger, University of Oklahoma Press, 1998.
7. El Texarkana Gazette fue fundado en 1875 y actualmente es propiedad de WEHCO Media, Inc. Actualmente se distribuye en un área de nueve condados que rodea Texarkana.
8. “Texarkana Gazette special limited edition tabloid: The Phantom Killer at 50: A Retrospective“. 1995. p. 16.
9. Todas las informaciones sobre el perfil criminal fueron dados principalmente por Manuel Gonzaullas a través del Texarkana Gazette.
10. Tennison tuvo un funeral privado compuesto por familiares y amigos cercanos que se llevó a cabo en la casa de su familia en Hickory Street el sábado 6 de noviembre a las 16:00. Está enterrado en el cementerio Hillcrest en la carretera 67 oeste de los EE.UU.
11. Albright, Brian: The Phantom of Texarkana (essay). Los Angeles: Shout! Factory. (incl. with Blu-ray), 2013.
12. Para más datos sobre esta leyenda, se pueden consultar, por ejemplo, las obras del folclorista norteamericano Jan Harold Brunvand. Entre ellas, Tened miedo… Mucho miedo: Leyendas urbanas de terror o los dos volúmenes de El fabuloso libro de las leyendas urbanas.
13. Lois Duncan, fallecida en 2016, escribió novelas, colecciones de relatos, libros infantiles, poemas o ensayos, siendo una autora muy prolífica.