“El proyecto comenzó como una broma, en cierto modo”, explica Charles Marshall, profesor de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.). “Cuando sostengo un fósil en mi mano, no puede evitar preguntarme por la improbabilidad de que esta misma bestia estuviera viva hace millones de años, y aquí estoy sosteniendo parte de su esqueleto”, añade.
El científico indicó que fue entonces cuando comenzó a darse cuenta de que, tal vez, se podría calcular cuántos disonaurios terópodos tiranosáuridos de este tipo vivieron sobre la faz de la Tierra y, por lo tanto, responder a esa pregunta.
Marshall explica que, a partir de los datos que figuran en la literatura científica, determinaron que la edad probable de madurez sexual del Tyrannosaurus rex o T. rex era de unos 15,5 años, mientras que su vida útil máxima fue de casi 20 años. Su masa corporal ecológica era de unas 5,2 toneladas, aunque podía llegar a las 7 toneladas.
Los expertos calcularon que cada generación duró unos 19 años y que la densidad de población promedio fue de, aproximadamente, un dinosaurio por cada 100 kilómetros cuadrados. Teniendo en cuenta que la especie sobrevivió unos 2,5 millones de años, estiman que hubo una población permanente de 20.000 especímenes durante las cerca de 127.000 generaciones que vivió la especie, lo que equivale a un total de 2.500 millones de tiranosaurios.
Hasta la fecha se han encontrado menos de 100 ejemplares de Tyrannosaurus rex, y en la mayoría de los casos solo se ha podido hallar un hueso fosilizado de ellos. Asimismo, solo se han conservado 32 T. rex posjuveniles en relativamente buen estado, lo que supone cerca de uno de cada 80 millones de ejemplares que existieron.
Marshall espera que sus colegas hagan objeciones a las cifras que ofrece su investigación, si bien cree que su marco de cálculo para estimar poblaciones extintas se mantendrá y será útil para estimar poblaciones de otras criaturas fosilizadas.
“De alguna forma, este ha sido un ejercicio paleontológico sobre cuánto podemos saber y cómo hacemos para saberlo”, recalca. “Es sorprendente cuánto sabemos realmente sobre estos dinosaurios y, a partir de eso, cuánto más podemos calcular”, agrega.