Se estima que el 95% de la población respira aire considerado como nocivo.
Que vivimos en un mundo cada vez más sucio es ningún secreto que vayamos a destapar ahora. Solo hay que echar un vistazo a los noticiarios para saber que el centro de tal o cual ciudad se ha cerrado al tráfico o que hay niveles altos de polución en alguna gran capital. Lo que sí que es novedoso es uno de los efectos adversos que parece acompañar a la contaminación. Si ya eran preocupantes, ahora podrían serlo aun más, ya que un estudio realizado en China arroja un dato estremecedor: existe una reducción de la inteligencia debido a la contaminación. El estudio fue llevado a cabo por un equipo internacional en el que participaron científicos de Yale, y concluye que los daños son “enormes”.
Si esto es cierto deberíamos echarnos las manos a la cabeza, ya que el 95% de la población respira en algún momento aire que se considera nocivo por diversas circunstancias. Los resultados muestran que los niveles altos de contaminación afectan los resultados en aritmética y aprendizaje de lenguas con un impacto equivalente a perder un año entero de educación. ¡Un año de escuela olvidado y perdido para siempre! Por lo tanto, vivir en una gran ciudad es aun peor de lo que se consideraba a priori.
Los investigadores agregaron que su estudio sugiere no una correlación sino causalidad directa entre pérdida de inteligencia y contaminación. La pérdida de inteligencia parece producirse por estrés oxidativo.
La investigadora Rebecca Daniels dijo a The Guardian lo siguiente: «Los hallazgos de este reporte son extremadamente preocupantes». Y no es para menos. Anualmente se achacan unos siete millones de muertes prematuras a la contaminación, y muchas de ellas tienen que ver con enfermedades neurodegenerativas, que siguen aumentando su incidencia drásticamente.
Recientemente un estudio encontró rastros de magnetita en la Ciudad de México, sustancia química que causa daño cerebral.
Hace poco tiempo se hablaba de un polémico trabajo, según el cual nos estábamos volviendo “estúpidos” cada vez más rápido. Puede que, aunque de manera imprevista, el asunto no estuviera tan desencaminado como se podría pensar en un primer momento…
