Para un investigador de lo paranormal, tal y como los conocemos, la capacidad de ver en la oscuridad es algo así como una panacea, una solución a todos sus problemas. La verdad es que nadie nos obliga a realizar nuestras investigaciones a oscuras, de hecho tampoco sabemos si, lo que para nosotros es oscuridad, para otros seres pueda ser un ambiente de perfecta visibilidad. Sea como sea la mayoría de investigaciones se llevan a cabo por la noche y esto nos trae unos cuantos problemas si queremos saber qué es lo que está pasando a nuestro alrededor.
Afortunadamente tenemos tecnología para ayudarnos en nuestras aventuras, al menos para evitarnos golpes contra las paredes.
La radiación infrarroja nos rodea permanentemente, todos los cuerpos emiten esta radiación, la cual es invisible a nuestros ojos, pero podemos captarla con cámaras termográficas y también con instrumentos de visión nocturna.
Para explicarlo de forma más o menos simple, y muy muy resumida, podemos decir que la radiación infrarroja está vinculada a la temperatura de los elementos, así un cuerpo o elemento caliente, emitirá más radiación que uno frío.
De hecho cualquier cámara digital que tengamos en casa, o incluso en nuestro móvil, puede captar la luz infrarroja, pero los fabricantes agregan un filtro al sensor para evitar que esta luz altere nuestras fotografías o vídeos.
Si observamos una cámara de seguridad por ejemplo podemos ver que tienen leds alrededor de la lente, estos leds emiten luz infrarroja que se refleja en los objetos y es captada por la cámara, la cual es una cámara normal y corriente pero simplemente no tiene ningún filtro que le impida ver esta luz infrarroja.
Este tipo de cámaras son llamadas “activas” ya que emiten luz, su alcance depende de la potencia de los leds que utilice, lo bueno de estas cámaras es que podemos utilizar reflectores extra para “iluminar” toda una habitación y obtener una visión casi perfecta. Aunque por supuesto debemos tener cuidado de colocar esta iluminación de forma que no sea captada directamente por la cámara.
El problema que suelen tener las cámaras de visión nocturna es la poca definición y calidad de las imágenes, afortunadamente existen infinidad de manuales y tutoriales que nos explican cómo remover el filtro a una cámara DSLR por ejemplo y, de esta forma contar con una cámara de visión nocturna que nos garantice una buena calidad y incluso la posibilidad de intercambiar objetivos. Si no nos atrevemos a desmontar nuestra valiosa cámara, hay empresas, con técnicos especializados, que pueden hacer esta tarea por nosotros. Y devolvernos nuestra cámara perfectamente tuneada para ver en la oscuridad.
Así que por un lado tenemos la opción de utilizar cámaras de vigilancia o cámaras digitales modificadas, digamos que esta sería la opción “económica”.
La otra opción son las cámaras pasivas o termográficas, estas cámaras no necesitan iluminación infrarroja, ya que tienen un sensor que es sensible a la radiación que emiten los cuerpos y materiales, esto es de gran utilidad para percibir las diferencias de temperatura de un ambiente, pero suele dar muchos problemas de interpretación, ya que hay muchas cosas que pueden alterar las temperaturas del aire y esto crea “imágenes” en nuestra cámara que pueden generar bastante confusión. Por eso es imprescindible acompañar a las cámaras termográficas de una cámara de visión nocturna que nos ayude a descifrar lo que ocurre frente a nosotros.
Por supuesto que existen cámaras termográficas de altas prestaciones y calidad, pero recordemos que estamos hablando de equipo técnico especializado, el cual puede llegar a costar más de 30.000€, aunque podemos contar con opciones mucho más económicas desde 500€, sacrificando, eso sí, resolución y prestaciones. De cualquier manera, para casos puntuales siempre podemos alquilar el equipo en lugar de comprarlo.
Recordemos, que es importante aprender a interpretar lo que vemos en las cámaras termográficas, dependiendo de la sensibilidad de nuestra cámara, una simple exhalación de alguien del equipo, puede hacer que registremos una forma “anómala”, esto también nos podría llegar a pasar si la lente no está perfectamente enfocada, no olvidemos que es equipo técnico y está pensado para un uso de precisión, y en manos de operadores cualificados. Y sobre todo informémonos mucho antes de adquirir una cámara de este tipo, ya que podemos encontrarnos sorpresas de todo tipo, desde no poder cambiar la batería por nuestros medios, a que no podamos exportar lo grabado en formatos compatibles y cosas por el estilo, así que, ante todo, información.
Yo sólo recomendaría el uso de las cámaras termográficas en situaciones donde los testigos hablen de sensaciones térmicas cambiantes, frío injustificado o ráfagas de aire en habitaciones cerradas. Pero tengamos muy en cuenta que estas cámaras están diseñadas para captar el calor, por decirlo de alguna manera, por lo que si lo que necesitamos ver es el frío, tendremos que emplear técnicas que mejoren la visualización de corrientes de aire frío. Una buena técnica es intentar mantener los espacios a una temperatura estable y templada. De esta forma los cambios bruscos de temperatura serán mucho más visibles en nuestra cámara.
En cualquier otro caso son más aconsejables las cámaras activas de visión nocturna, acompañadas siempre de una buena iluminación infrarroja.
Pero ante todo, no olvidemos, como decía al principio, que nada nos obliga a realizar las investigaciones a oscuras, al menos lo aconsejable es tener un seguimiento de 24 horas para poder obtener una perspectiva más amplia de los hechos y fenómenos.