El origen de los primeros pobladores de las islas Canarias constituye un misterio. Cuando el autor y militar romano Plinio el viejo escribió sobre una expedición a estas islas mencionó las ruinas de grandiosos edificios, aunque no dijo nada de los isleños. ¿Es posible que las inscripciones dejadas por los antiguos canarios puedan contarnos algo sobre su historia?
Antes de empezar este artículo es importante recordar algo: las islas Canarias se encuentran en el Océano Atlántico, junto a la costa del África occidental. Es también importante observar que los guanches son un misterioso pueblo cuyos integrantes fueron vendidos como esclavos y/o absorbidos por los españoles.
Antonio Arnáiz-Villena, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (España), cree que los antiguos iberos eran celtas. Basándose en la obra de Herodoto ‘Historias’, el Dr. Arnáiz-Villena argumenta que los celtas (keltoi) tenían su origen en Iberia, y que la ciudad de Pirene en el país de los celtas (keltoi), mencionada por Herodoto, se correspondería en realidad con los montes Pirineos, a los que el antiguo historiador se refiere confusamente como “la ciudad de Pirene”. Esta teoría sugiere que los guanches podrían ser descendientes de los celtas.
Se han encontrado numerosas inscripciones en las islas Canarias, principalmente en las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Podrían haber sido escritas por los guanches, los habitantes originales de las islas Canarias. Su sistema de escritura se denomina Ibero-Guanche.
El origen de los antiguos aborígenes canarios constituye un misterio. Algunos investigadores creen que los guanches podrían haber emigrado desde el norte de África y el Sáhara trasladándose a las islas Canarias y la península ibérica al volverse árido el Sáhara.
Arnáiz-Villena y Jorge Alonso García creen que antiguos pescadores de Gades (hoy Cádiz, ciudad española situada cerca del estrecho de Gibraltar), podrían ser los autores de las inscripciones de Lanzarote y Fuerteventura. Basan su conclusión en dos premisas: la obra de Plutarco y la milenaria práctica de la pesca cerca de Lanzarote y Fuerteventura.
En su libro Vidas paralelas, el filósofo Plutarco habla del testimonio del comandante íbero-romano Sertorio, en el que éste informa de que dos pescadores de Gades (Cádiz) observaron que se hallaba abundante pesca en ciertas islas cercanas a la costa Africana. Algunos investigadores creen que los íberos hablaban de Lanzarote y Fuerteventura, zona de cría del atún, especie muy valorada por la antigua industria pesquera de Gades.
En el año 1980 se encontraron 280 inscripciones en las islas de Fuerteventura y Lanzarote, la mayor parte de ellas en Fuerteventura.
Según algunos investigadores, las inscripciones de las islas Canarias son inscripciones “latinas” y “líbico-bereberes”. En consecuencia, su hipótesis es que probablemente estén escritas en lengua íbera (y líbico-bereber). Estas inscripciones a menudo aparecen asociadas a pirámides en las islas Canarias (según Arnáiz-Villena).
La lengua ibera está clasificada como vasco. Forma parte de la superfamilia de las lenguas Usko-mediterráneas, y está incluida además en la familia de lenguas Dené-Caucásica.
El nacimiento de la escritura íbera data del 800 a. C. Las inscripciones íberas se escribieron hasta el 300 d. C. aproximadamente, y las encontramos en Cerdeña, la península ibérica y el sur de Francia. Algunos investigadores creen que estas inscripciones fueron plasmadas por pescadores ibéricos, aunque otros, como por ejemplo Arnáiz-Villena, opinan que grupos de africanos migraron también a las islas Canarias, ya que los textos íberos se han descubierto a menudo junto a inscripciones líbico-bereberes.
Arnáiz-Villena y Alonso García han identificado las inscripciones guanches como inscripciones latinas, traduciéndolas basándose en las lenguas Usko-mediterráneas. La traducción de las inscripciones guanches demuestra que se trataba de inscripciones funerarias o de temática religiosa. Los investigadores se refieren a esta escritura como Íbero-Guanche.
En resumen, las inscripciones de las islas Canarias fueron probablemente escritas por íberos y norteafricanos. En consecuencia, las inscripciones guanches no son un hecho aislado. Las inscripciones Ibero-Guanches habitualmente aparecen grabadas sobre rocas o en cuevas asociadas a las antiguas inscripciones líbico-bereberes. La cosa no queda ahí, ya que Thor Heyerdahl descubrió en el siglo XX las misteriosas pirámides de Güímar (Tenerife), supuestamente construidas por los antiguos guanches.