La basura espacial se está agolpando alrededor de nuestro planeta y cada año aumenta exponencialmente. Toda esa basura está orbitando a la Tierra a más de 25.000 km por hora y puede poner en riesgo cualquier futura misión que enviemos al espacio. Además, si esas piezas de basura colisionan con otros satélites o naves, podrían generar muchos más fragmentos y agravar aun más si cabe el problema.
“Dado que tanto los escombros como las naves espaciales viajan a velocidades extremadamente altas (aproximadamente 25.000 km/h en la órbita terrestre baja), el impacto de incluso un pequeño fragmento de escombros orbitales con una nave espacial podría crear grandes problemas”, señala la NASA, que estima que hay medio millón de escombros del tamaño de una canica y alrededor de otros 100 millones de aproximadamente un milímetro.
Abbott es coautor de un estudio publicado el mes pasado en la revista Nature, en el que él y su equipo ofrecen una novedosa solución: el uso de imanes. Abbot y su grupo de investigadores han desarrollado un campo magnético capaz de atraer esos objetos y moverlos de forma controlada para que orbiten dentro de unos límites. Poder distribuir la basura espacial en estos anillos no solo dejaría libres de residuos ciertas zonas, sino que facilitaría su posterior recolección.
“Básicamente, hemos creado el primer rayo tractor del mundo”, dijo Abbot. “Ahora tan solo es una cuestión de ingeniería para construirlo y lanzarlo”.
https://www.sltrib.com/news/2021/11/13/million-bits-space-junk/
https://www.nature.com/articles/s41586-021-03966-6
https://www.nasa.gov/mission_pages/station/news/orbital_debris.html