¿Cuántas veces han oído hablar de viajes a América antes de la llegada de Cristóbal Colón? Hay expertos que señalan – y con fundadas sospechas – de que la expedición patrocinada por los Reyes Católicos no fue la primera en pisar el continente americano. Antes habrían llegado chinos, portugueses, vikingos o templarios, por nombrar sólo a algunos. Pero ninguno dio el paso definitivo hacia el descubrimiento, de ahí que Colón siga apareciendo en los libros de Historia como el protagonista de ese honor. Ello no va en contra de que de cuando en cuando se notifiquen hallazgos que ponen en tela de juicio ese estatus. Aunque en este caso concreto, las pruebas son supuestamente españolas.
Durante el pasado mes de septiembre de 2018, un excursionista encontró en un parque nacional de Utah (EE.UU.) dos monedas españolas que podrían haberse acuñado ates de la llegada de Colón a suelo americano. No se han confirmado ni el origen ni la antigüedad de estas monedas – una de plata y otra de cobre –, pero entre ellas habría una que vio la luz hacia 1660 – la primera expedición española documentada en esta zona de Utah fue dirigida por los sacerdotes Atanasio Domínguez y Silvestre Vélez de Escalante en 1776, pero nunca se acercaron al lugar donde se encontraron las monedas – y la otra hacia 1290, fecha totalmente prohibitiva para cualquier viaje previo de una expedición española a aquellos lejanos parajes.
En ambos casos (y si todo fuera real), estaríamos ante un hallazgo que desafiaría la cronología establecida para los viajes americanos. ¿Dónde están las monedas en cuestión? Al parecer se conservan en los archivos del parque Glen Canyon, en Page (Arizona). Los funcionarios del parque donde se hallaron las divisas mantienen el secretismo sobre el lugar exacto del hallazgo, sobre todo ante la posibilidad de que se encuentren nuevas evidencias o que se produzcan hurtos.
¿Pero realmente las monedas son españolas? Según las fuentes originales, fue el propio excursionista quien investigó por su cuenta el posible origen de las mismas, señalando su procedencia española. Este extremo deberá ser refrendado por expertos, que además deben datar con exactitud las monedas. Aunque ya hay voces que se muestran entusiasmadas por el asunto, como Brian Harmon, del servicio de parques.
«Esto es muy emocionante», dijo el arqueólogo al diario Deseret News. «Nunca he visto nada como esto en mi carrera».
En su opinión, es posible que hubiera cierta presencia española en esa área que no esté documentada, o que las monedas fueran intercambiadas con nativos americanos por los primeros exploradores españoles. Rory Naismith, profesor de historia medieval británica en el King’s College de Londres, arroja algo de luz al asunto, señalando otra opción bastante posible, incluso probable. Cree que las monedas pudieron ser puestas allí por un coleccionista moderno, creando así un hoax en toda regla. Se basa, sobre todo, en el gran salto temporal entre las épocas en que se acuñaron. Y la verdad es que esa opción tiene bastante sentido.
«Las monedas antiguas también eran un recuerdo favorito para los soldados que regresaban de Oriente Medio y en las dos Guerras Mundiales», señaló al Daily Mail.
Así que nos encontramos ante esa tesitura. ¿Realidad o engaño? No queda más que estar atento a próximas actualizaciones.
https://www.deseretnews.com/article/900066942/an-ancient-mystery-or-a-hoax-at-lake-powell.html