Nuevas pruebas de que los vikingos no eran unos brutos salvajes que se dedicaban simplemente a beber cerveza a grandes tragos, violar y saquear. El reciente descubrimiento de dos semillas de uva en Dinamarca apuntan a la posibilidad de que los antiguos nórdicos no se limitaran a consumir alcohol, sino que además podrían haber producido la bebida de este tipo más elaborada: el vino.
Parece que no estaba al alcance de todos los miembros de la sociedad vikinga consumir una bebida tan refinada, aunque muchos de ellos sin duda disfrutaban empinando el codo con todo tipo de alcohol que tuvieran a mano. Los estratos más bajos de la sociedad bebían cerveza, más fácil de producir en el clima del norte. Las capas más pudientes de la sociedad, sin embargo, parece que disfrutaban bebiendo vino —cuando podían conseguirlo.
La pregunta es, ¿se producía el vino localmente o era importado de Francia y otras regiones del sur de Europa? Este artículo publicado en Videnskab.dk explora estas cuestiones con entrevistas a los arqueólogos que están investigando el hallazgo de estas dos minúsculas semillas de vid. El arqueólogo botánico Peter Steen Henriksen, comisario artístico del Museo Nacional de Dinamarca y descubridor de las dos pequeñas semillas, comentaba al respecto:
“Éste es el primer descubrimiento y evidencia de viticultura en Dinamarca, con todo lo que ello implica en términos de riqueza y poder. No sabemos cómo consumían las uvas. ¿Se limitaban por ejemplo a colocar un gran racimo sobre la mesa? De todos modos es razonable creer que las usaran para hacer vino.”
El Dr. Henriksen encontró las semillas en el terreno a una distancia de unos 600 metros la una de la otra, habiendo brotado con un intervalo de entre 100 y 200 años de diferencia. El investigador mezcló la arena y el polvo del asentamiento de Tissø con agua y descubrió materia vegetal, entre la que se encontraban las semillas de vid. Las ruinas del asentamiento se ubican en la isla danesa de Selandia.
El análisis del contenido en estroncio de ambas semillas demostró que una de ellas había sido cultivada en Dinamarca, según ha indicado la profesora del Museo Nacional de Dinamarca, Karin Margarita Frei. En palabras de la profesora Frei:
“Podemos afirmar con seguridad que presenta una firma isotópica de estroncio local, lo que sugiere que podría tratarse de una uva cultivada en Selandia. Esto implica que es la primera vez que podemos decir que podría haberse elaborado vino en Dinamarca. Antes solo teníamos conjeturas, pero ahora podemos ver que realmente tenían uvas, y por lo tanto la capacidad de hacerlo ellos mismos. De repente se ha convertido en algo mucho más real.”
La suposición de que las élites disfrutaban del vino puede confirmarse por la naturaleza del asentamiento de Tissø, al que el artículo se refiere como “uno de nuestros yacimientos más ricos de la época vikinga en Dinamarca. Constituye el ejemplo de cómo una familia regia —o al menos algo semejante— ha manifestado su presencia en el mismo lugar durante un período muy largo, que abarcaría desde la Edad del Hierro tardía hasta el final de la época vikinga, entre los años 550 a. C. y 1050 d. C.”