George Van Tassel y el Integraton: la historia de Giant Rock y la creación de Ashtar Sheran

A pesar de su evidente importancia en el ambiente platillista y contactista de los años cincuenta y sesenta, George Van Tassel ha sido históricamente desplazado por figuras más famosas en este ámbito, como George Adamski o Eugenio Siragusa. Sin embargo, su nombre vuelve a estar de actualidad debido a los archivos desclasificados del FBI. El creador del Integraton fue más vigilado de lo que en un principio se dijo, a pesar de que se le consideraba como un excéntrico inofensivo.

Los anales de la ufología contienen algunos nombres eminentes que auparon a esta disciplina a los focos mediáticos. Si bien fue el avistamiento de Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 el que dio pistoletazo de salida al fenómeno moderno de los ovnis, hubo posteriormente una serie de personajes que llevaron todo este asunto un poco más allá, aumentando la complejidad del mismo hasta límites insospechados. Gran parte de la atención mediática recayó en una serie de personas que, desde el mesianismo y las reuniones de curiosos y creyentes, se auparon al liderazgo de movimientos contactistas que proclamaban las buenas nuevas venidas supuestamente desde el espacio. Es en estos primeros años donde se va a poner el foco de atención, porque ahí se forja una de esas historias que no dejan indiferente a nadie, si siquiera a quienes supuestamente no tomaban en serio las palabras y las reuniones organizadas por el protagonista de estos párrafos.

George Washington Van Tassel nació el 12 de marzo de 1910 en Jefferson (Ashtabula, Ohio), siendo el segundo de cinco hermanos. El primer matrimonio de sus padres se malogró tras la muerte de Paul Russel Van Tassel, padre de George, el 12 de marzo de 1919- Posteriormente, su madre – de nombre Myrtle Adelia Payne – contraería segundas nupcias con Frank L. Hartwell en 1925, unión que hizo a George de nuevo hermano en dos ocasiones. La economía familiar fue medianamente buena hasta finales de la década de los veinte, con Frank vendiendo seguros. Ya desde muy temprana edad, George soñaba con volar, por lo que se empeñó en seguir su sueño, obteniendo una licencia de piloto en 1927, a los diecisiete años. Trabajó en el Cleveland Municipal Airport hasta los veinte, cuando decidió irse a probar suerte a California.

Se trasladó hasta Santa Mónica, donde sería acogido por su tío materno, Glen Payne, ayudándole en su taller. Es en esta etapa donde al parecer tuvo un primer contacto con un misterioso y excéntrico personaje de origen alemán que respondía al nombre de Frank Critzer, que se presentó en el taller para que repararan su Essex cuatro cilindros. Lo curioso es que pidió que no le cobraran nada. La historia de este personaje interesó tanto a tío y sobrino que ayudaron al visitante. Poco podía sospechar George sobre la importancia que Critzer tendría en su futura vida.

Giant Rock, el lugar sagrado

La historia de Frank Critzer estaba íntimamente relacionada con un lugar concreto de California. Al menos eso es lo que siempre contó Van Tassel, que recordaba con cariño a aquel extraño que apareció un día en el taller de su tío y que les contó lo que planeaba hacer en Giant Rock. Giant Rock es un bloque de gran tamaño localizado en el Desierto de Mojave, que limita con la población de Landers, California. Cubre 540 metros cuadrados de tierra y mide siete pisos de alto. Se piensa que Giant Rock es el bloque más grande del mundo, y para indígenas de la zona era un lugar sagrado, por el que Critzer se interesó y en el que se instaló en un momento indeterminado de finales de los años veinte o en 1930, año en que conoció a Van Tassel.

La historia que relató el inmigrante alemán hacía de él un buscador de metales preciosos, sobre todo oro. Según hizo saber a tío y sobrino, padecía problemas pulmonares debido a sus largas estancias en lugares húmedos en busca de estos metales, por lo que los médicos le prohibieron continuar con su actividad en esas condiciones, por lo que decidió probar suerte en otros lugares. Fue entonces cuando se interesó por aquella zona concreta de Mojave. No se sabe por qué derroteros fue la conversación, pero el extraño le cayó en gracia a Glen Paine, que le acogió y reparó su Essex totalmente gratis. Un ataque de bondad muy insólito, teniendo en cuenta la terrible situación económica que acababa de acontecer el año anterior. Y es que la Gran Depresión hizo estragos en todos los estratos sociales. Así que es de suponer que el taller también debió sufrir las vacas flacas. La generosidad de Payne llegó hasta tal punto que incluso dieron unos treinta dólares a Critzer para que volviera sin problemas a Giant Rock, con la promesa de éste de tener noticias sobre sus avances en el terreno.

A pesar de la extrañeza de la situación, al parecer Critzer era hombre de palabra, pues en 1931 ambos benefactores recibieron una invitación para acudir hasta aquel alejado enclave, donde el alemán cavó una gran habitación bajo la roca. La propiedad era del gobierno, pero aquello no frenó a Critzer, que continuó con sus prospecciones en el lugar, a pesar de estar allí ilegalmente. Las visitas de Van Tassel fueron continuas, y se prolongaron en el tiempo hasta el 24 de agosto de 1942, fecha en la que Frank Critzer murió debido a una explosión, al parecer accidental.

La Segunda Guerra Mundial fue clave para que la vida del alemán acabara de forma trágica. Al parecer, era de todos sabido que el hombre había servido en algún momento de su juventud en la Marina alemana durante la Primera Guerra Mundial. Eso, y una radio A & B dry battery Atwater Kent de 3 líneas bastaron para que fuera acusado de espía nazi, o eso pregonaba Van Tassel años después cuando se le preguntaba por Frank Critzer. El ser radioaficionado en el desierto tenía sus ventajas y sus inconvenientes, y Frank necesitó la ayuda de una antena de radio grande para poder usar su radio. Estas actividades hicieron sospechar a los lugareños, que advirtieron a la policía sobre las posibles actitudes delictivas de Frank. Una redada producida el mencionado 24 de agosto de 1942 acabó con una explosión en la cueva donde vivía el alemán, atrincherado para no ser detenido.

En aquellos años, George seguía trabajando en el sector aeronáutico, aunque acampaba cada vez que podía en los alrededores de Giant Rock. Ejerció como mecánico de pruebas de vuelo para Douglas Aircraft, como inspector para Hughes Aircraft y finalmente como inspector de pruebas de vuelo para Lockheed International, todo antes de mudarse junto a su mujer y sus tres hijas a Yucca Valley, cerca de Landers, en 1947, año en el que empezó el moderno fenómeno OVNI.

George tenía un particular interés en alquilar un aeropuerto abandonado que se hallaba cerca. Esa es al menos la versión oficial. No sabemos hasta qué punto se unió a Critzer en sus trabajos mineros, pero sí que parecía conocer la importancia espiritual de Giant Rock, donde al parecer había reuniones de jefes indios, que señalaban la naturaleza sagrada de aquella enorme roca. No parece que Van Tassel tuviera demasiados problemas con ellos, pues rehabilitó el lugar donde anteriormente vivió Critzer, y posteriormente convirtió aquello en un rancho, dejando las cuevas como almacenes para la familia. La Oficina de Administración de Tierras no le concedió los permisos necesarios para utilizar pistas de aterrizaje en aquel páramo hasta 1947.

Todo lo anterior, insistimos, sin saber absolutamente nada de las intenciones reales de George Van Tassel. ¿Tenía intención de continuar con la minería? ¿O había algo más? Siempre estuvo agradecido a Critzer, al que señalaba como buen amigo de los indígenas del lugar, al igual que al señor Charlie Reche, a quien compró el rancho de su propiedad. Si había elementos ocultos en esta extraña trama, es un absoluto misterio. Un hombre interesado en la aeronáutica, un excéntrico inmigrante alemán con fiebre por el oro y un paraje desértico y sagrado. Una combinación que tomó unos sorprendentes derroteros a partir del 6 de enero de 1952, momento en que Van Tassel dijo comenzar a canalizar mensajes de misteriosos seres.

Las modernas canalizaciones venusianas

Los antecedentes personales de Van Tassel que han llevado hasta ese momento han sido descritos en la medida de lo posible, teniendo en cuenta que todo era contado por boca del propio George. En líneas generales, el ambiente que se estaba generando en torno al desarrollo de armamento atómico y la tensión entre las dos grandes potencias beneficiadas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial crearon un caldo de cultivo propicio para la aparición de mensajes mesiánicos, que tuvieron como protagonistas a toda una sucesión de seres cósmicos que se preocupaban por el equilibrio de nuestro planeta y, por extensión, del Universo. Todo este ambiente cultural está lleno de apreciaciones y recovecos que serían imposibles de incluir en estos párrafos, pero sí que se ha de tener claro que hubo determinados personajes que se erigieron como mensajeros de estas inteligencias supuestamente extraterrestres que comenzaron a hacerse ver en los cielos por aquellos años de la primera ufología, ligada a la hipótesis extraterrestre pura y dura. Desde luego, George Van Tassel fue uno de esos primeros beneficiados y líderes de movimientos contactistas.

El carácter sagrado de Giant Rock lo hacía propicio para mantener este tipo de comunicaciones, al ser un lugar con una enorme fuerza electromagnética, o eso decía George. Se trataría de un lugar señalado, como Giza o Teotihuacán, lugares de poder que formarían una red planetaria que canaliza energías que servirían, entre otros propósitos, para estos contactos. Lutbunn era el nombre de la primera entidad que se comunicó mentalmente con Van Tassel aquel 6 de enero de 1952, hito importante para su posterior vida, ligada para siempre a ese término que él acuñó, “canalización”, entendida como un contacto mental con seres extraterrestres, que se pretendía diferenciar de los actos mediúmnicos de los espiritistas del siglo anterior.

Fruto de aquellos primeros contactos fue su primer libro, I Rode a Flying Saucer, en el que relataba sus experiencias y su entrenamiento mental, supervisado por entidades como el mencionado Lutbunn y otros seres como Elcar o Totalmon. No sabemos en qué momento exacto comenzó a convertirse en un personaje del interés de curiosos y creyentes, pero debió ser muy pronto, pues en 1953 ya se celebraban reuniones semanales en las cuevas de Giant Rock para canalizar mensajes extraterrestres. Los creyentes se agarraron clavos ardiendo, que en aquellos primeros pasos de la ufología se personificaron en personas como Van Tassel, que servía como vehículo de comunicación. Los seres hablaban a través de él, o eso creían quienes asistían a sus reuniones, a tenor de los cambios de voz radicales y los mensajes que allí se dictaban. También en aquellos primeros momentos comenzó a tomar forma el proyecto nunca finiquitado de George Van Tassel, el denominado Integraton, capaz de hacer rejuvenecer a las personas y ayudarlas a acercarse a sus hermanos cósmicos.

Van Tassel ideó toda una teología en torno a sus canalizaciones, con discursos muy parecidos a los dados por otros movimientos asociados a lo que se entendía como el New Age. El sociólogo Taylor Buckner de la universidad de Berkeley descubrió que la mayoría de los miembros de estos grupos tenían antecedentes en la participación de grupos ocultistas del tipo de la rosacruz o la teosofía. Van Tassel sería uno de tantos profetas de la Nueva Era, instalado en Giant Rock. Los platillos voladores son solamente uno de los aspectos de un sistema que contiene muchos otros elementos que también maneja el ocultista moderno: conciencia cósmica, vibraciones, fuerzas satánicas, desdoblamiento astral, comunicación con los extraterrestres mediante la canalización de sus mensajes, etc.

Los seres que hablaban a través de George eran muchos, pero entre ellos había una creación que posteriormente se convirtió en famosa gracias a otro insigne contactado, Eugenio Siragusa. Se trata de Ashtar Sheran que, a pesar de la creencia general, fue introducido al panorama ufológico el 18 de julio de 1952, pocos meses después de que comenzaran las experiencias de Van Tassel. Cabe recordar que el primer contacto de Siragusa con Ashtar tuvo lugar el 30 de abril de 1962, casi una década después. Aunque esto de las apropiaciones dentro del panorama ufológico y contactista es algo que no merece mayor discusión. Si efectivamente Siragusa oyó hablar de este ente y lo usó en su propio provecho, es algo que no tiene importancia, o al menos no la tuvo – por lo menos de cara a la galería – para Van Tassel. Robert Short – o Bill Rose, como prefieran – era amigo de Van Tassel, además de editor de la revista Interplanetary News, en la que mencionó a este ser luego convertido en estrella extraterrestre allá donde las haya. Poco más se puede resumir al respecto.

El Integraton: el moderno tabernáculo

Los mensajes canalizados se sucedieron durante aquellos primeros dos años. Van Tassel, convertido en interlocutor de personajes que pilotaban naves alienígenas, advirtió a los allí reunidos de la necesidad de controlar las fuerzas atómicas con las que se estaban experimentando en aquellos momentos en el mundo. El argumento no es nada nuevo ni novedoso, sino un patrón repetido a lo largo y ancho del panorama contactista. Los mensajes de fraternidad y amor de entidades como Ashtar al parecer no eran suficientes, pues ya habían entrado en escena relatos muy llamativos sobre encuentros cercanos con estos seres, algunos tan espectaculares como los que dieron fama a Adamski, amigo/rival de Van Tassel, relación que por cierto era algo común entre líderes de estos movimientos. Públicamente no se mostraban contrarios los unos con los otros, pero los intereses particulares eran un asunto aparte. Visto que las canalizaciones no bastaban por sí mismas para popularizar aún más a George, había que propiciar un encuentro cercano. Y este tuvo lugar el 24 de agosto de 1953, tal como narró Van Tassel en I Rode a Flying Saucer.

Yo soy Solganda, y yo estaría encantado de mostrarte mi nave”. Así comenzaba la experiencia del habitante de Giant Rock, que fue despertado por este personaje, que se comunicaba, cómo no, en un perfecto inglés. Al menos en un primer momento, porque luego prefirió el manido contacto telepático, que parece que requería menos esfuerzo. Era una nave con una forma repetida en los relatos a lo largo de los años. Forma de campana y con ojos de buey cerca de la parte superior. De aproximadamente once metros de diámetro en el borde y cinco de altura, con un interior circular con una jaula en medio, a través de la cual subía un eje de un rotor a la cúpula bajo la cubierta.

Una vez dentro – con naúseas mientras caminaba hacia la nave y ascenso mediante haz luminoso incluido – comprobó que allí había más seres como Solganda, De lo acontecido allí dio fe Van Tassel en posteriores entrevistas televisivas y radiofónicas, por supuesto. Al parecer, la información recibida en aquel contacto era puramente tecnológica, incluida una fórmula matemática para viajar en el tiempo que correlaciona directamente la frecuencia con el tiempo en una relación inversa. Seguro que los argumentos de Van Tassel suenan a más de un lector. Afirmó que la tecnología descrita por los seres fue desarrollada posteriormente por la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la Armada. Con ella podían ver escenas de cualquier período histórico, incluyendo señales de televisión e incluso el propio viaje en el tiempo. También supo que había colonias extraterrestres en la Luna, y que el gobierno desarrolló tecnología relacionada con la antigravedad hacia 1956. Ante las peticiones de pruebas al respecto, las respuestas de Van Tassel eran muy elocuentes: el gobierno oculta la información y destruye pruebas. ¡Cómo no!

Pero hubo una última cuestión que sí que sirvió a Van Tassel para asentar definitivamente su posición dentro del panorama contactista: recibió instrucciones para crear su Integraton, que comenzó su construcción en 1953, apenas un año después de su encuentro con Solganda y sus congéneres. Según Van Tassel, la función principal del Integratron iba a ser el estudio científico del tiempo y anti-gravedad, e iba a servir a un propósito muy concreto: prolongar la vida humana.

«Una máquina del tiempo para la investigación básica en el rejuvenecimiento, anti-gravedad y viajes en el tiempo… para recargar energía en las estructuras celulares vivas, para lograr una vida más larga con energía juvenil… en una intersección de poderosas fuerzas geomagnéticas que, cuando se enfocan por la geometría única del edificio, se concentran y amplifican la energía necesaria para el rejuvenecimiento celular».

¿Cuál era esa intersección de poderosas fuerzas geomagnéticas? Seguro que no es difícil de adivinar: Giant Rock, aquel cacareado centro de fuerza telúrica que albergaría un edificio singular que ayudaría a la humanidad a dar el siguiente paso. Por supuesto, previas aportaciones económicas de interesados en la eterna juventud y en el conocimiento acerca de los hermanos cósmicos. Aún no se ha señalado el otro inspirador de este proyecto. Se trata de otro personaje que siempre aparece de una u otra forma en todo lo concerniente a fuerzas eléctricas o invenciones difíciles de concebir: Nikola Tesla.

Para aquel entonces, Van Tassel contaba con un número de seguidores cada vez más alto. El culto que le tenía como figura central tuvo varios nombres o variantes: The Cosmic Brotherhood of Christ (La Hermandad Cósmica de Cristo), The Ministry of Universal Wisdom (El Ministerio de la Sabiduría Universal), o The College of Universal Wisdom (El Colegio de la Sabiduría Universal). A las reuniones periódicas se unió la publicación de una revista, The Proceedings Of The College Of Universal Wisdom, que comenzó a lanzarse cada dos meses. Tenía su público, y la familia mandaba ejemplares para seguir captando adeptos. Incluso parece que mandó algún que otro ejemplar al mismísimo FBI, que ya sabemos que se inmiscuyó desde el primer momento en todos estos movimientos, a pesar de su aparente falta de interés. Todo para extender su mensaje, con extractos de sus libros y mensajes canalizados de esos seres extraterrestres que buscaban que la humanidad alcanzase mayor longevidad para así conocer su verdadero potencial y poder mantener relaciones estables con otras especies intergalácticas.

Notarán que hay connotaciones religiosas en todo el asunto. No era algo ajeno a los movimientos contactistas de los cincuenta. El mesianismo de Van Tassel afloró casi desde el primer momento, desarrollando toda una teología en el que el Integraton se convirtió poco menos que en la versión moderna del Tabernáculo o el Arca de la Alianza, y el propio George en el Moisés del siglo XX. Según algunas de las tesis binomio Van Tassel-canalizadores, Adán y Eva fueron eran extraterrestres, igual que María. El nacimiento de Jesús fue vigilado y supervisado por un platillo volador, la estrella de Belén. La Nueva Jerusalén sería un segundo satélite de la Tierra. Y, por supuesto, Ashtar era el principal colaborador de Cristo. Además, las proclamas de George contenían elementos racistas muy evidentes y súplicas para que los interesados aportaran su granito de arena en forma de dólares para hacer realidad el gran proyecto dictado en su momento por Solganda.

El proyecto Integraton parecía poder acabarse en poco tiempo. Pero eso sería desperdiciar su potencial económico. En posteriores ediciones de la revista, tanto Van Tassel como los mensajeros de otros mundos pedían más donaciones para realizar modificaciones que aseguraran un mejor funcionamiento del edificio. Unas donaciones que continuaron durante décadas, que alcanzaron un valor estimado de unos 150.000 dólares, una fortuna de la que poco se sabe. Todo este entramado económico se vio reforzado con conferencias alrededor de Estados Unidos y Canadá, además de la convención anual que tenía lugar junto a Giant Rock, la conocida como Interplanetary Spacecraft Convention, que tuvo veinticinco ediciones, hasta la muerte de Van Tassel en 1978.

¿Espía comunista, desequilibrado, profeta?

Los medios más importantes, como la revista Time, se hicieron eco de estas convenciones. El Life, que cubrió la Interplanetary Spacecraft Convention de 1957, informó que ese año habían llegado 1,200 asistentes “terrícolas” a la convención, para intercambiar historias de platos voladores y con suerte observar alguna nave después de la puesta de Sol. Algunos relatos mencionan las visitas de ovnis, pero estas no eran más que el producto de la imaginación excitada de los congresistas. Siempre se alcanzaba el millar de asistentes, aunque hubo ediciones a las que acudieron más de diez mil personas.

Curiosamente, Van Tassel invitó a Adamski a la primera convención de 1953, pero la única visita de este último tuvo lugar un par de años después, en 1955. Entonces dio una conferencia de 35 minutos y la ocasión fue aprovechada por Edward J. Ruppelt, el aquel entonces jefe del Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea, para entrevistarle. Como se ha mencionado antes, los líderes platillistas procuraban no inmiscuirse en los asuntos de otros, ni mostrar signos de uniones o riñas entre ellos. Mientras se pudiera compartir el pastel, ¿para qué interferir?

Los movimientos alrededor de este hombre hicieron sospechar al FBI, como no podía ser de otra forma. Para muchos era poco más que un desequilibrado con delirios de grandeza que se creía un profeta de la Nueva Era, en la que la Federación Galáctica ganaría un nuevo aliado con nuestro planeta Tierra. Pero este loco en particular recibía donaciones continuas, que si bien fueron menguando con los años, le aportaron unos ingresos que ya querría para sí cualquier persona de a pie. Normalmente, estos líderes de cultos eran considerados como personajes subversivos, aunque hasta ahora se pensaba que lo de Van Tassel era un seguimiento meramente relacionado con sus fuentes de financiación y con alguna que otra acusación de espionaje. Porque evidentemente fue acusado de ser espía comunista. De hecho, por parte de algún que otro vecino suyo de Yucca Valley, quizá molesto ante tanta reunión masiva de personas, que a buen seguro causaban más de un dolor de cabeza.

La paranoia americana con el comunismo se encontraba en su punto más álgido, y cualquier insinuación era tenida en cuenta, así que Van Tassel no fue una excepción. Desde 1954, el contactado comenzó a ser vigilado, y no pudo escapar de esta vigilancia hasta veinticuatro años después, con su propia muerte. Todo a pesar de ser considerado un patriota americano, quizá algo excéntrico, pero aparentemente inocente, según los federales. De esta forma, durante los siguientes años se puso la atención en las donaciones que recibía y en su proyecto Integraton, ese que nunca parecía acabar. Según el propio investigado, contaba con un centenar de colaboradores, aunque nunca reveló sus identidades. En la última etapa de su vida, fue igualmente relacionado con grupos supremacistas blancos, sospecha que podía verse reforzada si se atendía a algunos de los mensajes que le dictaban los seres extraterrestres y que compartía en reuniones y escritos de la revista Proceeding. El equilibrio entre mensajes pacifistas y críticas hacia el mestizaje hicieron que fuera muy difícil probar esta posible relación, asunto que al parecer quedó en el aire.

Van Tassel fue abandonando paulatinamente la publicación de la revista, al igual que fueron disminuyendo los asistentes a la Interplanetary Spacecraft Convention. Según aseguraba, pretendía acabar con la construcción del Integraton y probarla consigo mismo antes de permitir su uso a otras personas. Lástima que no pudiera hacerlo, porque murió acompañado de su segunda esposa, Dorris Andre, el 9 de febrero de 1978 en Pasadena (California), donde iba a dar una entrevista televisiva. Fue víctima de un infarto. Tenía sesenta y siete años.

Como era de esperar, hubo polémica en torno a su muerte. La fortuna adquirida mediante donaciones pasó a manos de esta segunda esposa, acusada por las hijas del fallecido de haber ayudado a que Van Tassel falleciera, pues ella era quiroptáctica. ¿Fue el líder contactista silenciado por algún otro grupo? Eso insinuaron familiares y algunos seguidores. Pero más allá de eso, los terrenos de Giant Rock fueron posteriormente expropiados y vandalizados, a excepción del Integraton, que seguía incompleto. Pasaron algunos años antes de que grupos de interesados y antiguos seguidores ayudaran a adquirir el singular edificio, actualmente convertido en centro del turismo holístico o ruina de una improbable embajada de Venus en la Tierra. El Integratron cuenta con exposiciones sobre la historia de la zona, las convenciones de Giant Rock, y el propio Van Tassel. Un modelo pequeño pero intrincado del edificio terminado ha sobrevivido y muestra las entrañas en detalle.

Los archivos del FBI desclasificados ascienden a 315 páginas, y se refieren principalmente a fotocopias de folletos de los que Van Tassel es coautor, que incluye uno titulado, “Actas del Colegio de la Sabiduría Universal”. El lote de documentos se abre con una carta de un individuo enviada a John F. Malone, el Agente Especial a Cargo en la oficina de campo del FBI en Los Ángeles, California. La carta explica que el autor está presentando la información a Malone “a petición de mi amigo”, que había estado “buscando información sobre las actividades de las personas y el grupo conocido como el Colegio de la Sabiduría Universal.”

«El grupo aparentemente está dedicado al estudio de las naves espaciales y la comunicación interplanetaria», escribe el individuo sin nombre, «pero su línea editorial consiste en un ataque a las armas atómicas y la predicación de una paz nebulosa. George W. Van Tassel figura como Director del Colegio de la Sabiduría Universal, y no sé nada sobre él».

«Sin embargo, al menos uno de los invitados destacados en la convención de naves espaciales en el aeropuerto de Giant Rock, el domingo 4 de abril, ha sido interrogado sobre supuestas afiliaciones comunistas», escribe el informante.

Además de las asociaciones de Van Tassel con el área de Giant Rock y su organización, los archivos sí explican las preocupaciones de la Oficina sobre la pista de aterrizaje de Van Tassel y las antiguas conexiones del lugar con un posible espía alemán durante la Segunda Guerra Mundial, el ya mencionado Frank Critzel, clave en toda esta trama.

«Puede recordar que esta área fue escenario de algunos acontecimientos sensacionales durante la Segunda Guerra Mundial», escribe el autor de la carta al Agente Especial Malone, «cuando se creía que era el sitio proyectado para reabastecer de combustible a los aviones suicidas, posiblemente lanzados desde submarinos japoneses en el golfo de California en un intento de alcanzar y bombardear las compuertas y los albergues de potencia de la presa Hoover para paralizar la industria del avión aquí. Sin duda, su oficina tiene la historia completa de lo que sucedió, incluida la destrucción por dinamita en una habitación subterránea debajo de Giant Rock del entonces propietario».

George Washington Van Tassel murió habiendo ganado miles de dólares, con un proyecto según él inacabado, habiendo saboreado el éxito social y ser el centro de atención de las masas. Escribió libros con sus experiencias, sus canalizaciones y sobre viajes temporales. Fue acusado de ser comunista, de ser un loco, un charlatán, un supremacista blanco y colaborador de un espía nazi. Pero probablemente vivió atormentado viendo como otros contactados como Adamski o Siragusa tuvieron mayor fama. Un nombre ilustre de la primera oleada contactista que curiosamente ha quedado en un segundo plano. No así Giant Rock, que sigue recibiendo visitantes continuamente, ya sea más por curiosidad que por conocer su vida y obra. Allí sigue el Integratron, esperando a que alguien de fe de su utilidad para rejuvenecer las células humanas.

Fuentes:

  • https://rense.com//general70/tass.htm
  • https://www.integratron.com/
  • https://www.airspacemag.com/daily-planet/new-film-tells-story-ufo-contactee-180969368/
  • https://mysteriousuniverse.org/2019/08/the-fbi-releases-its-files-on-famous-flying-saucer-contactee-george-van-tassel/
  • http://www.callingallearthlingsmovie.com/
  • https://es.scribd.com/doc/467760/I-Rode-A-Flying-Saucer-George-Van-Tassel
  • http://web.archive.org/web/20060502030636/http:/www.dailybulletin.com/entertainment/ci_3742081
  • https://es.scribd.com/doc/19708836/When-Stars-Look-Down-By-George-Van-Tassel
  • http://freepages.rootsweb.com/~vantasselfamilyhistoryhomepage/genealogy/GeorgeVT.html
  • https://hatch.kookscience.com/wiki/George_Van_Tassel
  • https://rationalwiki.org/wiki/George_Van_Tassel
  • https://hatch.kookscience.com/wiki/George_Van_Tassel_-_%22The_Extraordinary_Equation_of_George_Van_Tassel%22_(1964_video)
  • https://vault.fbi.gov/george-van-tassel/george-van-tassel-part-01-of-01/view
  • https://www.integratron.com/history-about/
  • https://www.independent.co.uk/news/world/americas/life-on-other-planets-the-house-the-venusians-built-6101817.html

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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