De apenas 12 milímetros de alto, el ave empuja los orígenes de las esculturas de animales en el este de Asia más de 8.500 años atrás: desde el Neolítico, cuando los humanos comenzaron a asentarse y cultivar; hasta el Paleolítico, cuando los cazadores-recolectores reinaban.
“La figurilla de Lingjing es el único objeto paleolítico tridimensional esculpido en un hueso quemado y que representa un ave parada en un pedestal“, escribe un equipo internacional de investigadores en el nuevo estudio que describe el hallazgo.
“También es la única escultura de su época en que, gracias a su excepcional estado de conservación, puede documentarse su manufactura en detalle“.
La edad estimada para el objeto, de acuerdo al material circundante y estimado por varias instituciones alrededor del mundo que lo analizaron —incluyendo de China, Francia, Japón y EE.UU.—, sería de entre 13.400 y 13.200 años. El sofisticado proceso de fabricación de la figurilla, aún visible hoy en día, implica una tradición artística longeva que se extendió bien hasta el Paleolítico, argumentan los autores. Una era que llega hasta 30.000 años atrás en el tiempo.
En 2005, durante las primeras excavaciones en Lingjing, a pocos kilómetros de la actual Pekín, los arqueólogos hallaron una capa de tierra que había sido removida para excavar un pozo en 1958. Por suerte, la tierra removida habría sido depositada prolijamente en las cercanías, donde entre trozos de cerámica y huesos quemados de animales pudo encontrarse la pequeña escultura de ave posada en su plataforma.
La orientación de la estructura del hueso con que fue hecha la obra indica que se trata de la extremidad de un mamífero, y su grado de color apunta a que sufrió algún tipo de proceso de calentamiento para darle forma y encojerlo. Y mientras la figurilla de Lingjing carece de alas, los autores subrayan que su gran cola, cabeza, pecho, panza, y las claras marcas donde estarían los ojos y el pico, coinciden con la representación de un ave. En particular, creen que representa a una del orden de los paseriformes, que abarca a más de la mitad de las especies de aves del mundo.
“Nuestro análisis revela que el artista escogió las técnicas apropiadas y las aplicó para reproducir fielmente las características distintivas anatómicas de un paseriforme. El estilo de esta representación en miniatura es original y diferente a otras figurillas del Paleolítico conocidas”, concluyen los autores de la investigación publicada en PLOS One.