Con su esfuerzo, se han estudiado los cambios de comportamiento que el hongo parásito puede inducir no solo en su anfitrión, sino en los insectos que lo circundan. Específicamente, para este caso, se estudió la situación con las moscas domésticas (Musca domestica) cuando son expuestas al parásito.
El hongo parásito que parece ser capaz de causar terror en el mundo de los insectos es Entomophthora muscae. No solo invade el cerebro de las moscas y las controla, sino que influencia a aquellas a su alrededor a aparearse con su anfitriona para seguir propagándose. Concretamente, el hongo ataca el cerebro, llegando a la zona que controla el comportamiento de rastreo del insecto. Tras eso, lo fuerza a volar lo más alto posible, hasta un punto en el que la liberación de esporas sea más efectiva. A partir de ahí, sigue creciendo al comerse su carne y desarrollar órganos reproductores propios que luego brotarán del cadáver de la mosca. Al final, los machos que vayan a aparearse con el cuerpo se volverán nuevos portadores del parásito.
Para lograr lo anterior, los hongos parásitos hacen que el insecto zombie muera, pero que siga produciendo las hormonas necesarias para el llamado de apareamiento. De esa forma, los machos sanos que estén cerca de la zona, pasarán a aparearse con la mosca doméstica, sin notar que está muerta.
En su estudio, los investigadores trataron de determinar si los machos tenían una preferencia por las hembras muertas infectadas. Al final, no encontraron alguna tendencia por su parte para preferir una o la otra. Sin embargo, una vez habían hecho su elección, sí vieron que los machos tendían a intentar copular más veces con las infectadas.
“E. muscae induce cambios en la química volátil que atraen a las moscas domésticas al alterar los niveles de hidrocarburos cuticulares de las moscas y al producir varios compuestos volátiles inusuales”, escribió el equipo en su artículo.
En otras palabras, de alguna forma, los hongos estaban logrando hacer que el instinto reproductor de los insectos fuera más intenso ante la mosca zombie. Pero, eso en particular solo cuando la hembra estaba en una etapa de esporulación tardía. Algo que luego se tradujo en una mayor posibilidad de transmisión del parásito pasando de un 15% a un 75%.
Para los investigadores, todo tiene que ver con la combinación química del cuerpo. Por lo que parece, los hongos no solo atacan a los insectos para controlar su cerebro y convertirlos en zombies. De hecho, también parecen modificar la composición química de su organismo. Finalmente, notaron que cambios en la expresión génica originaron la liberación de un perfil químico distinto de alcoholes y ésteres de cadena larga. Uno que hacía a las moscas más llamativas para los machos.