El sepulcro consiste en cuatro cámaras, y entre las momias hay restos de personas de diferentes edades, incluidos varios ancianos con artritis, así como niños y un recién nacido. Esta tumba es una de las 300 recientemente encontradas en la zona, pero mientras que la mayoría de ellas fueron descubiertas bajo tierra o excavadas en colinas rocosas, esta fue hallada en el interior de una estructura terrestre de mayor tamaño, que podría haberse utilizado también como lugar de sacrificio, según los investigadores.
Como confirmación de que se usaba como lugar de sacrificio, la arqueóloga Patrizia Piacentini y su equipo encontraron rastros de fuego en las paredes de la estructura, posiblemente fruto de ese tipo de ceremonia. Sin embargo, Piacentini indicó en una entrevista con el medio que algunas de las marcas de fuego también podrían haber sido hechas por ladrones de tumbas.