Nuevos conocimientos sobre la forma de vida –y los ritos funerarios– de los antiguos pobladores de Irlanda están aflorando gracias a los estudios funerarios encabezados por un investigador del Departamento de Anatomía de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda). Los descubrimientos, publicados en la revista Bioarchaeology International, forman parte de un proyecto en el que la aplicación de modernas técnicas de investigación plantea interrogantes sobre unos restos humanos que fueron excavados originalmente hace ya más de 100 años.
El nuevo artículo, cuyo autor principal es el Dr. Jonny Geber, está centrado en el estudio del conjunto de tumbas de corredor de Carrowkeel, de hace 5.000 años y situado en el condado de Sligo, en el noroeste de Irlanda. El monumento constituye uno de los más impresionantes entornos rituales del Neolítico en toda Europa, pero a pesar de eso es relativamente desconocido.
El equipo de investigación analizó huesos de hasta siete tumbas de corredor que incluían restos humanos tanto incinerados como enterrados, procedentes de alrededor de 40 individuos. Mucho se desconoce aún acerca de este antiguo pueblo de la Edad de Piedra.
El Dr. Geber ha declarado que en el trabajo realizado junto con sus colaboradores se ha descubierto que los huesos no incinerados mostraban evidencias de desmembramiento
“Hallamos señales de marcas de corte causadas por herramientas de piedra en los puntos en que se adhieren tendones y ligamentos en torno a las articulaciones principales, como hombros, codos, caderas y tobillos,” comentaba el investigador al respecto.
El Dr. Geber explica que las evidencias obtenidas recientemente sugieren que se llevaban a cabo complejos rituales de enterramiento en Carrowkeel, rituales funerarios que se centraban de forma muy particular en la “deconstrucción” del cuerpo.
“Este hecho parece implicar que los cuerpos de los difuntos eran ‘procesados’ por sus parientes y la comunidad de formas diversas, entre ellas la cremación y el desmembramiento. Esto se hacía probablemente con la intención de ayudar a las almas de los muertos a alcanzar las siguientes fases de su existencia.”
El estudio en cuestión ha conseguido demostrar que el complejo de Carrowkeel era con toda probabilidad un lugar de gran importancia en la sociedad neolítica irlandesa, un lugar que permitía la interacción y la conexión espiritual con los ancestros. Según el Dr. Geber, las pruebas obtenidas por los investigadores sugieren que los pueblos de la Irlanda neolítica podrían haber compartido creencias e ideologías similares respecto al trato a los muertos con comunidades de más allá del mar de Irlanda.
https://www.sciencedaily.com/releases/2017/08/170803103125.htm