Descrito como “vodka artesanal de alta calidad”, esta bebida alcohólica fue elaborada por la Chernobyl Spirit Company, y bautizada como ATOMIK. Actualmente solo existe una botella de ATOMIK, y aún no está a la venta, pero se considera el primer producto comercial que proviene de esta zona de exclusión. Jim Smith, profesor de ciencias ambientales en la Universidad de Portsmouth, fue quien dirigió el proyecto.
El proyecto pretende demostrar cómo la tierra circundante a la planta nuclear dañada puede ser aprovechada para cultivar. Los productores de esta botella de vodka esperan que pueda conducir a algo mucho más grandioso: la revitalización de la industria tradicional ucraniana en una región plagada de dificultades económicas.
“Más de treinta años después del accidente, creemos que estas áreas necesitan más que nunca desarrollo económico y que gestionemos sus recursos ”, reza la web de Chernobyl Spirit Company.
Al menos el 75 por ciento de las ganancias de las ventas de ATOMIK irán para apoyar a las comunidades locales en las áreas afectadas y a la conservación de la vida silvestre. Establecida después del accidente nuclear de Chernobyl de 1986, la zona de exclusión abarca un área de 2.600 kilómetros cuadrados. Alrededor de 116.000 personas huyeron del área inmediatamente después de la explosión de la planta, seguidas por otras 220.000 personas que tuvieron que ser reubicadas. El área total de evacuación se extendió por una región que medía 4.200 kilómetros cuadrados.
El uso de la tierra para la agricultura está estrictamente prohibido por el gobierno ucraniano, algo que Smith y sus colaboradores desean cambiar. Junto con sus compañeros del Reino Unido y Ucrania, Smith ha pasado los últimos tres años evaluando el potencial radioactivo de los cultivos en la zona exterior de la zona de exclusión.
“No creemos que la zona de exclusión principal deba usarse ampliamente para la agricultura, ya que ahora es una reserva para la fauna”, dijo Smith en un comunicado de prensa. “Pero hay otras áreas donde vive gente y la agricultura todavía está prohibida”.
Debido a que las áreas que hay dentro de la zona de exclusión no tienen los mismos niveles de radiación, se ha subdividido en tres partes. La Zona I, conocida como la zona principal, está dentro de un radio de 10 kilómetros de la central nuclear, una zona de mucho peligro donde prácticamente todas las actividades están prohibidas. Hay también una zona intermedia, llamada Zona II, y una Zona III, que están situadas a una distancia entre 10 y 30 kilómetros de la planta, dentro de las cuales se permiten diversas actividades (son las áreas que visitan los turistas).
La pequeña ciudad de Chernobyl se encuentra a 15 kilómetros al sur de la planta, y es el hogar de muchos de los que trabajan en los hoteles, edificios administrativos, restaurantes, instalaciones médicas y centros culturales de la ciudad (muchos también trabajan en el desmantelamiento continuo de la planta, que se espera que dure hasta la década de 2060).
Para crear el vodka ATOMIK, Smith y sus compañeros recogieron grano y agua de la zona de exclusión. Las pruebas mostraron que el grano era ligeramente radiactivo; las cantidades de estroncio-90 superaban por muy poco el límite de seguridad de Ucrania de 20 Bq/kg. Esto no es lo suficientemente seguro como para hornear pan, pero sí para elaborar bebidas destiladas, ya que el proceso de destilación elimina todas las impurezas de los granos. Las pruebas del vodka demostraron que era completamente seguro beberlo (bueno, al menos tan “seguro” como cualquier otra bebida alcohólica).
El agua mineral utilizada para este proyecto se obtuvo de un acuífero de la ciudad de Chernobyl, que se utilizó para diluir el alcohol destilado. Las pruebas mostraron que el agua estaba libre de contaminación radiactiva, y que tenía una composición química similar al agua subterránea de la región de Champagne, Francia.
“Treinta y tres años después, muchas áreas abandonadas pueden usarse para cultivar de manera segura sin que sea necesaria una destilación”, dijo Smith en el comunicado. “Nuestro objetivo es crear un producto de gran valor para apoyar el desarrollo económico de las áreas que están fuera de la zona principal de exclusión, donde la radiación no representa un riesgo significativo para la salud”.
Smith y sus compañeros dicen que necesitan resolver algunos problemas legales todavía, y que posteriormente tratarán de comenzar a producir a pequeña escala el vodka ATOMIK para finales de este año.