«Es como si los extraterrestres estuvieran imponiendo una “cuarentena galáctica” porque se dan cuenta que el conocerlos alborotaría completamente nuestra cultura», dice Jean-Pierre Rospars, director de investigación en el Institut National de la Recherche Agronomique.
«La evolución cognitiva en la Tierra muestra características aleatorias a la vez que sigue caminos predecibles. Se puede decir que es algo esperable el surgimiento repetido de especies inteligentes en el universo. No hay razón alguna para pensar que los humanos han alcanzado el máximo nivel cognitivo posible. Niveles más altos podrían evolucionar en la Tierra en el futuro y seguro ya lo han hecho allí fuera», agrega.
Para romper el silencio, los investigadores creen que hay que considerar el utilizar técnicas más directas. Douglas Vakoch, presidente del METI, hace una analogía que pone a la humanidad como una cebra en el zoológico que de repente mira a los visitantes y golpea con su pezuña el suelo repitiendo números primos. Dicho comportamiento inusual sin duda provocaría algún tipo de respuesta por parte del observador o al menos lo llevaría a re-evaluar la inteligencia del animal.
«Quizás los extraterrestres nos están mirando de la misma manera que nosotros miramos a los animales en el zoológico. La cuestión es cómo podemos hacer para que el guardián se nos revele», sentencia. Hasta ahora los intentos de comunicación de SETI con señales de radio han sido infructuosos y, aunque iniciativas más modernas como Breakthrough Listen prometen, lo cierto es que no parece depender de nosotros.