La misión, bautizada Endurance22 y dirigida por el geógrafo y explorador polar John Shears, planea extenderse por al menos 35 días. Haciendo uso de tecnologías avanzadas, los investigadores a bordo esperan “localizar, estudiar y filmar” los restos del centenario buque, recoge el sitio web de la expedición.
La zona del naufragio, cuyas coordenadas fueron marcadas por el capitán del barco, Frank Worsley, el día del hundimiento, es un área protegida. Para ubicar e inspeccionar los restos del Endurance, “sin tocarlos ni perturbarlos“, los exploradores usarán vehículos Sabertooth, híbridos entre submarino autónomo y robot operados a distancia, con capacidad para navegar aguas profundas y realizar largos desplazamientos, que pueden recoger datos, fotos y videos del entorno.
La última expedición, en 2019, se vio obligada a desistir de su objetivo tras afrontar “condiciones climáticas extremas” que provocaron la pérdida de uno de sus vehículos subacuáticos. En ese entonces, un miembro del equipo calificó el lugar del hundimiento como “la peor parte del peor mar en el mundo“.
En 1914, el explorador irlandés Ernest Shackleton intentó por primera vez cruzar las tierras antárticas desde el mar de Weddell hasta el mar de Ross. Sin embargo el viaje no logró cumplir su misión. El Endurance quedó atrapado en el mar helado y se hundió posteriormente, pero la tripulación logró salvarse.
