Un cirujano experto curó con éxito la mandíbula de un guerrero bizantino del siglo XIV

Agelarakis y sus colegas descubrieron el cráneo y la mandíbula inferior del guerrero durante las excavaciones de la fortaleza griega de Polystylon, en Tracia Occidental, en 1991. A mediados de la década de 1380 esa zona formaba parte del Imperio bizantino, o, como lo llamaban los propios bizantinos, el Imperio romano de Oriente, que sufrió varios ataques de los otomanos. Dado que el guerrero fue decapitado, es probable que luchara hasta el final contra los invasores. Luego, una persona enterró en secreto su cabeza en la tumba de un niño de cinco años que ya estaba en el territorio de la fortificación, en el centro de un pequeño cementerio.

El hallazgo de los restos de hace 650 años demuestra una precisión sin precedentes con la que “el profesional médico pudo unir los dos principales fragmentos de la mandíbula”, señaló Agelarakis. Es más, el médico de la época parece haber seguido los consejos del siglo V a. C. del famoso griego Hipócrates, quien escribió un tratado sobre las lesiones de la mandíbula unos 1.800 años antes de que el guerrero fuera lesionado.

Cerca del entierro de la cabeza también fue hallado el fragmento de una vasija de cerámica, que pudo haber sido utilizada para cavar el agujero, explicó Agelarakis. El estudio estima que el guerrero fue ejecutado a la edad de 35 ó 40 años, unos diez años después de ser tratado por el cirujano. Además, el análisis de la mandíbula del hombre reveló rastros de alambre delgado que zigzagueaba alrededor de la base de los dientes para mantener los restos juntos durante la curación.

Este alambre fue retirado posteriormente, pero Agelarakis cree que era de oro, porque la aleación de plata dejaría una capa grisácea, mientras que el cobre o el bronce dejarían rastros de pátina o manchas verdosas.

Pero al guerrero no se le dio su propia tumba, pues su cabeza fue enterrada en la tumba preexistente de un niño de 5 años. Se desconoce si hubo algún vínculo familiar o de otro tipo entre el guerrero y el niño. Dado que el cráneo y la mandíbula del hombre se encontraron juntos, su cabeza probablemente tenía tejidos blandos cuando fue enterrada a mediados de la década de 1380, anotó Agelarakis. El cráneo mostró evidencia de un “impacto frontal horrendo”, que fue infligido alrededor del momento de la muerte del hombre, dijo.

Agelarakis detalló el entierro único en un estudio publicado en 2017 en la revista Byzantina Symmeikta . Sin embargo, el estudio solo abordó brevemente la mandíbula curada del guerrero, por lo que Agelarakis investigó eso en detalle, escribiendo este segundo artículo.

https://www.livescience.com/byzantine-warrior-fractured-jaw

http://maajournal.com/Issues/2021/Vol21-2/16_Agelarakis_21(2).pdf

https://ejournals.epublishing.ekt.gr/index.php/bz/article/view/8928/18270

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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