Se siente en la radio, y la misma sensación se mantiene viva tras el paso del tiempo allá donde esté. Emoción, pulso acelerado y muchas cosas pendientes por contar. El nudo en la garganta que señala un sentimiento inigualable por aquello que trasciende alrededor de una caja mágica llamada radio, el camino de las historias, el camino de la palabra, el camino de la humanización que comenzaba como un experimento radiofónico un 22 de mayo de 2015 en una cortísima primera temporada y que ha dado como resultado el trazado de una autentica aventura. Ahora, desde la mágica Cantabria a las maravillosas Islas Canarias, nuestro mensaje trasciende como un esperanzador legado que advierte de que todo es posible.
La intención de seguir escribiendo nuestro propio cuaderno de viaje sigue más presente que nunca, la mente se transforma en una locomotora de los sueños y pensamientos dirigidos al futuro. Al frente, un desconocido horizonte aguarda pacientemente a ser descubierto, el camino recorrido nos muestra la maravillosa recompensa de vuestra confianza y compañía, de vuestro cálido y eterno apoyo. Seguimos aprendiendo, no de hacer radio sino de vivir la radio, con nuestros aciertos y errores, pero sabiendo conscientemente de que depositamos todo nuestro entusiasmo, toda nuestra ilusión, y un trocito de nuestra alma en un micrófono que lanza el mensaje de las historias, del aprendizaje, del descubrimiento, un mensaje sinuoso que trasciende desde lo más profundo del hombre hasta la última estrella que brilla en el lejano espacio.
Podremos haberlo hecho mejor o peor, podremos haber gustado a unos más, a otros menos y a algunos nada. Pero toda anterior temporada de Misterio en Red nos ha dejado una muy buena sensación, la sensación de haber hecho radio desde la honestidad, desde el entusiasmo. La sensación de haber crecido humanamente, de haber cambiado desde dentro, la maravillosa sensación de decir un hasta pronto y nunca un adiós.
Gracias por acompañarnos semana tras semana, por cada escucha, por cada descarga, por cada opinión, por cada crítica, por cada uno de vuestros comentarios y mensajes. Gracias a todas las cadenas que nos permiten lanzar la voz de lo mágico y sorprendente, por permitirnos lanzar la invitación al aprendizaje, al descubrimiento, a la reflexión del todo, de lanzar la invitación a vivir el sueño de vivir.
Resulta complicado desconectar cuando la mente sigue revolucionada, repleta de ideas, de pensamientos, de proyecciones dirigidas, si nada lo impide, a plasmarlo en los micrófonos. El cuaderno sigue abierto, quizá, con la intención de continuar escribiendo el futuro.
Siempre, gracias.
Esteban Palomo.