A pesar de que el nombre del pueblo donde ha acontecido esta historia puede servir para hacer bromas al respecto, la verdad es que el asunto parece bastante serio. Al menos para los implicados directos y las autoridades, que tienen aún muchos detalles por desvelar. Hace un par de semanas, un joven de 25 años apareció en un bar local del pueblo de Ruinerwold, en la provincia de Drenthe (Países Bajos), para pedir cinco cervezas. Unos días después volvió a aparecer, esta vez algo confundido, para contar una historia que nadie podía creer.
Tal y como ha contado el dueño del café Kastelein, lugar donde apareció el joven, a varios medios locales:
“Llegó hace 10 días, pidió y bebió cinco cervezas por su cuenta. Luego volvió a aparecer el domingo pasado, parecía confundido. Estaba descuidado, con el pelo largo y enredado. Nos pusimos a hablar. Dijo que se había escapado y que necesitaba ayuda, y que nunca había ido a la escuela. Luego llamamos a la policía.”
El dueño del bar ha explicado al periódico local Dagblad van het Noorden que el joven había dicho que tenía hermanos y hermanas menores que vivían en el sótano de la casa con sus padres, que todos “querían terminar con la forma en que vivían”, y que no había estado afuera durante nueve años.
Poco después, la policía de Drenthe confirmó a través de Twitter que habían visitado una casa en el pueblo cercano de Ruinerwold después de “ser alertados de las preocupaciones sobre las condiciones de vida de varias personas que viven allí en un espacio cerrado”.
Sacaron de la casa a seis adultos y todos necesitaron atención. A su vez, la policía detenía al hombre de 58 años que alquilaba la granja después de negarse a cooperar con la investigación. Nombrado por los medios locales como Josef B, se trata del padre de los jóvenes.
Varios vecinos del pueblo le dijeron a RTV Drenthe que solo habían visto a un hombre que conducía un Volvo viejo en la propiedad y asumieron que vivía allí solo. Un vecino comunicó que había visto niños pequeños allí hace algunos años, y varios informaron haber escuchado ruidos desde la granja, incluso cuando el hombre estaba ausente.
Otro vecino le dijo al periódico Telegraaf que el hombre hablaba alemán y era conocido en el pueblo como “el austriaco”. El hombre, que según los informes se mudó hace nueve años, era “de complexión fuerte”, y como explicaba un vecino, “solo necesitabas acercarte al lugar y él te mandaba de vuelta. Lo miraba todo a través de unos prismáticos”.
RTV Drenthe informó que la policía había encontrado una escalera oculta que conducía al escondite de la familia detrás de un armario en la sala de estar. Al parecer, el padre de 58 años estaba postrado en la cama después de haber sufrido un derrame cerebral hace algunos años. Los niños tenían entre 16 y 25 años.
Los medios holandeses cuentan que la familia parecía haber tenido poco o ningún contacto con el mundo exterior y que vivían una vida en gran medida autosuficiente, aparentemente cultivando sus propios vegetales y manteniendo una cabra y varios gansos. Al parecer, la familia había estado viviendo aislada “esperando el final de los tiempos”.
A esta hora no está claro cuánto tiempo había estado la familia en el sótano o qué le había sucedido a la madre de los niños, aunque el alcalde creía que había muerto hace algún tiempo.
“Por el momento, la policía tiene muchas preguntas sin respuesta, aunque sabemos que la mayoría de la familia no estaba registrada con las autoridades locales”, zanjó el alcalde.