Qin shi Huang, primer emperador chino, quiso obtener un elixir de la inmortalidad

Documentos recientemente descubiertos revelan que hace 2.200 años, el emperador extendió una orden ejecutiva para la búsqueda de una poción que pudiera otorgarle la vida eterna, reporta la agencia de noticias Xinhua. Qin Shi Huang nació en el 259 a.C., y para el tiempo de su muerte, en el 210 a.C., había conquistado los seis reinos en disputa de China para crear una nación unificada de la cual, obviamente, se proclamó emperador. Durante su reinado, las tiras de bambú constituían un material común de escritura. En 2002, más de 36.000 de estas tiras que contenían ancestral caligrafía fueron descubiertas en un pozo abandonado en la provincia central china de Hunan.

Zhang Chunlong, un investigador del Instituto de Arqueología de Hunan, analizó 48 de estas tiras y encontró entre ellas un decreto donde el emperador ordenaba la búsqueda de pociones que le otorgaran la preciada inmortalidad física.

«Requería de una administración eficiente y una fuerza de ejecución considerable el pasar semejante decreto gubernamental en tiempos antiguos, cuando el transporte y la comunicación estaban subdesarrollados», explica el investigador destacando el hecho que la búsqueda llegó hasta las fronteras del imperio.

En las tiras de bambú incluso pueden leerse algunas de las respuestas a la inusual orden. Por ejemplo, un pueblo llamado «Duxiang» informó que «ningún remedio milagroso había sido hallado», pero daba a entender que «proseguían las búsquedas». Otra localidad, llamada Langya, en la actual provincia de Shandong (este), «aludía a una hierba cosechada en una montaña sagrada».

Los arqueólogos e historiadores ya tenían una idea de la obsesión de Qin Shi Huang por la inmortalidad. De acuerdo a Chemistry World, el emperador pensaba que consumir cinabrio, compuesto en un 85 % por mercurio y 15 % de azufre, prolongaría su vida. Irónicamente, y como era de esperarse, provocó el efecto contrario, matándolo a los 49 años.

Pero si no podía vivir para siempre, quería al menos asegurarse que estaría bien equipado en la otra vida: fue él quien se hizo construir el inmenso mausoleo subterráneo de Xian, al norte del país, con sus 8 mil guerreros de terracota cuya misión era protegerlo en el Más Allá. Para su tumba construyó un gigantesco mausoleo subterráneo que jamás ha sido excavado. Antiguos registros señalan que el palacio subterráneo tiene un techo que imita la noche estrellada con perlas como estrellas y ríos de mercurio. ¿Exageraciones acaso? Lo cierto es que las muestras del suelo de los alrededores de la tumba real han arrojado altos niveles de contaminación por mercurio…

P.d: Si quieren saber algo más sobre este personaje, podéis recurrir a un artículo de esta web, donde se habla de su obsesión por destruir todo aquel saber que no estuviera relacionado con su gobierno y las materias que le gustaban. https://www.misteriored.com/biblioclastas-la-infame-destruccion-del-saber/

 

http://www.xinhuanet.com/english/2017-12/24/c_136848720.htm

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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