Purgando el pasado: un puente entre La escalera de Jacob y Silent Hill 2

Aclaración. El presente texto es una reescritura y ampliación del artículo El Infierno o el Purgatorio personal: La escalera de Jacob y Silent Hill 2, que apareció originalmente en el número 47 de Phenomena Magazine en español, en julio 2021. Cuenta con amplios spoilers tanto de la película como del videojuego, por lo que este párrafo queda como aviso a navegantes ante posibles destripes argumentales. El enlace al texto original aparecerá al final, junto a las fuentes principales. Igualmente, en las notas hay algunas fuentes secundarias disponibles para los lectores.

Meister Eckhart también vio el infierno. ¿Sabes lo que dijo? Qué lo único que arde en el infierno es la parte de ti que no se va de tu vida. Tus recuerdos, tus vínculos, los queman todos allí. Pero no para castigarte, sino para liberar tu alma. Así que, Eckhart concluye: si tienes miedo de morir y te estás resistiendo, verás diablos arrancándote la vida. Pero, si estás en paz, los diablos se volverán ángeles que te liberen de la tierra. Es en la forma en que lo mires.

Estas palabras pertenecen a Louis (interpretado por el actor Danny Aiello), quien es el único que parece poder consolar a Jacob Singer, protagonista de Jacob’s Ladder (1990). Aquella película mostraba a un veterano de guerra atormentado por visiones cada vez más siniestras, que estaban a punto de conseguir que su cordura desapareciese por completo.

Durante buena parte de la cinta estaban presentes ideas como la de purgar las penas o la necesidad de perdonarse a uno mismo para lograr superar algún trauma y poder de esta forma trascender. Curiosamente, las palabras de este quiropráctico no aparecen en ninguno de los trabajos de Eckhart que han llegado hasta el presente, aunque sí que hay conceptos teóricos del dominico alemán que deben ser tenidos en cuenta en este trabajo.

Además, la influencia de aquella película de culto se dejó sentir notablemente en otra obra aparecida más de una década después en un medio audiovisual totalmente diferente, como son los videojuegos. Jacob Singer y James Sunderland, protagonista de la segunda entrega de Silent Hill, comparten muchas más cosas de que las que se podría pensar a priori. Ambos viven una experiencia límite en la que se juegan su propio descanso eterno.

Antes de ahondar en esos paralelismos hay que presentar una premisa básica. Una que parte de la noción que desde el cristianismo se tiene tanto del Purgatorio como del Infierno, que ya no son lo que antaño fueron.

Comenzando por el Purgatorio, este es definido como un estado del alma transitorio de purificación y expiación donde, después de la muerte, las personas que han muerto en estado de gracia sufren la pena temporal que aún se debe a los pecados perdonados y, tal vez expían sus pecados veniales no perdonados para poder acceder a la visión beatífica de Dios. De acuerdo con la doctrina oficial de la Iglesia católica, las penas que se sufren son similares a las del Infierno, pero no son eternas. Por eso, el Purgatorio era hasta hace poco el proceso final de purificación de los elegidos, la última etapa de la santificación.

Existen numerosas manifestaciones artísticas relativas al Purgatorio. Por ejemplo, Dante Alighieri menciona el Purgatorio en su Divina Comedia como es una de las tres partes de su obra, y lo imagina como una montaña dividida en siete rellanos donde la ánimas purgan un pecado distinto; y en cuya cima se encuentra el Paraíso Terrenal.

Actualmente, esa idea de estado del alma aclara sin ningún género de dudas que en ningún momento se habla de un espacio físico, de un lugar material. Algo parecido ocurre con el Infierno, lugar de tormento eterno hasta hace muy pocos años, cuando se ha vuelto a redefinir como estado del alma que se vive mientras se está vivo.

Hasta el siglo III de la era actual, la Iglesia nunca defendió la doctrina de la eternidad del Infierno. Al respecto, Orígenes (250) defendió la doctrina de la apocatástasis, según la cual el Dios de los Evangelios perdona siemprei. Fundamentó sus ideas en la parábola del Hijo pródigo que vuelve a los brazos del padre y es recibido con tanta fiesta que provoca la envidia del hermano bueno y fiel. Hacia el siglo VI empieza a aparecer el concepto de “condena eterna”, sobre todo con San Agustín, el mismo que defendía que los niños muertos sin bautismo tenían que ir al infiernoii. Fue el Concilio de Florencia en el siglo XV el que rubricó definitivamente la doctrina de San Agustín de un castigo y un infierno eterno.

Sin embargo, ya en el siglo V, San Jerónimo estaba convencido de que no era conciliable la doctrina del infierno con la misericordia de Dios. Por su parte, El hereje Pelagio enseñaba que los niños podían salvarse sin ser bautizados. Ante las protestas de las madres de esos niños, la Iglesia creó la doctrina del Limbo, un lugar donde esos niños “ni gozan ni sufren”, algo completamente ajeno a los Evangelios. En la primera década del siglo XXI continuó siendo un asunto de vital importancia dentro de los debates teológicos, y sigue siendo una cuestión sensibleiii.

Un último paso hacia esa temporalidad de las penas o de la transición de lo material a lo mental en lo que a los tormentos se refiere ha sido dado por el papa Francisco, quien en 2015 ya habló al respecto para refrendar esa opinión. El Infierno se desplazaba lejos de esas imágenes medievales de fuego, torturas, sangre y dolor. Ya no es una amenaza, una promesa de ultratumba con la que adoctrinar o amedrentar a los creyentes.

Ahora, todo aquello ha pasado a ser algo plenamente personal, propio de mentes atormentadas que reviven sus pecados y que deben pasar un proceso de aceptación, enmienda y perdón para superarlo. Quizá en un futuro próximo eso vuelva a cambiar, pero todo eso va en consonancia con los ejemplos que salen a colación en este artículo.

Volviendo a Meister Eckhart y sus supuestas palabras iniciales, es cierto que había motivos de peso para atribuírselas en el contexto de las horrendas visiones de Jacob Singer (Tim Robbins). Eckart de Hochheim (Turingia, c. 1260 – c. 1328) era un teólogo y filósofo apodado Meister (Maestro) por sus títulos académicos que obtuvo durante su estancia en la Universidad de París. Lo poco que se sabe de su vida se debe a las actas del proceso de herejía al que fue sometido y condenado.

A un hombre le pareció una vez en un sueño de vigilia que estaba preñado de la nada, como una mujer lo está de un niño, y en esa nada había nacido Dios”.

Metáforas de ese tipo casi le cuestan la vida, y deberían pasar siglos para que pensamientos parecidos comenzaran a ser tenidos en cuenta y arraigaran en figuras como Juan de la Cruz, Angelus Silesius y Jakob Böhme. Eckhart fue un interlocutor privilegiado del existencialismo, desde Alemania hasta Japón.

En los últimos años de su vida, mientras cumplía con sus deberes en Colonia, fue acusado por algunos dominicos de sostener tesis heréticas. Declarado inocente en un primer momento, en 1325 es de nuevo acusado de lo mismo por otros dos dominicos, cuyos argumentos fueron atendidos por el arzobispo de Colonia, Enrique II de Virnenburg, que inició una nueva investigación.

La escalera de Jacob, de William Blake (1805). British Museum.

El 13 de febrero de 1327, Eckhart pronunció una profesión pública de fe, que había sido preparada por la Inquisición, pero al mismo tiempo apeló al Pontífice Juan XXII para el estudio de su caso indicando que se plegaría a lo que el papa afirmara de su trabajo. El día 22 de ese mismo mes, el tribunal episcopal rechazó la apelación. Antes de que el proceso continuara, Eckhart partió para Aviñón. El proceso contra él continuó en Aviñón los años 1327 y 1328. Cuando llegó la respuesta del papa Juan XXII, con la bula In agro dominicoiv en 1329, Eckhart ya había fallecido.

Hubieron de pasar más de seis siglos y medio para que el dominico fuese rehabilitado completamente. Ese reconocimiento a su obra y persona no se produjo hasta finales del siglo XX, cuando en 1992 Joseph Ratzinger, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y posteriormente papa Benedicto XVI, recibió una solicitud por parte de los Dominicos para que dicho órgano levantara la condena contra Meister Eckhart.

Retornando a los pensamientos del dominico, el alma era un elemento lleno de cosas innecesarias que había que vaciar a toda costa. Secretos, deseos, anhelos, obsesiones, fracasos, aspiraciones o pecados. Todo debía vaciarse para ser libre. Una vez el alma queda diáfana, está en predisposición de acoger lo divino.

Dios es pura simplicidad, por lo cual el ser humano tiene el deber de intentar llegar o volver lo más cerca de ella. Eckhart denominaba este proceso como “desapego”, que no implica abstraerse del mundo, sino conseguir atisbar el punto de vista divino y desprenderse de cualquier voluntad propia.

Aquí el concepto clave es vacío, que se contrapone con la nada, porque incluso en el vacío pueden aparecer frutos, mientras que en la nada todo es inútil. Eckart ahondó en esa necesidad de librarse de la nada, que no era lo mismo que el vacío.

Si quieres ser perfecto, debes liberarte de la nada” y, más adelante, “lo que arde en el infierno es la nada”.

Todo esto es algo que puede sonar a budismo, y en parte es cierto. La conciencia vacía no es “nada”, sino reconocimiento de algo y conciencia de la potencialidad. Algo que al Meister le costó muchos disgustos, pero que ahora ha cobrado sentido para la doctrina oficial de la Iglesia católica. Ese vaciado, esa noción de redención y esa necesidad de perdón cobran especial importancia en los dos casos que importan ahora.

La Escalera

Jacob’s Ladder (La escalera de Jacob en México y España) es una película estadounidense dirigida por Adrian Lyne del año 1990, con base en un guion de Bruce Joel Rubin. En ella, la típica trama simplona de películas de fantasmas da paso a una escalada de locura que se mueve entre el cine bélico, el psycho thriller y la conspiración. En ella, Jacob Singer es un hombre atormentado porque perdió a su hijo Gabe (un Macaulay Culkin que ese mismo año se haría mundialmente famoso gracias a “Solo en Casa”), porque un coche lo atropelló en la calle antes de que él fuera a la Guerra de Vietnam en 1971. La trama comienza con un ataque sorpresa que Singer y sus compañeros sufren en pleno delta del Mekong, en el que además se ve cómo varios de sus compañeros de pelotón sufren los extraños efectos de lo que parece ser una enfermedad. Finalmente apuñalado por una bayoneta, Jacob acaba siendo trasladado a casa. Tras aquello vive con un doble trauma, tanto por su pérdida como por la guerra.

Además, pronto aparecen complicaciones muy llamativas. Su vida anterior se va al traste tras una separación, y comienzan a aparecer alucinaciones en unas transiciones entre planos de “realidad” que después serían imitados por otras producciones, incluida la perpetrada por el Team Silent en 2001, pero ya se llegará a ese punto. Encierros en el metro, figuras desconcertantes, visiones demoníacas y sangrientas e imágenes de torturas hacen cada vez más mella en la mente de Jacob, que intenta rehacer su vida con una compañera de trabajo, Jezabelv, que además intenta que deje atrás su pasado y se olvide de su mujer y su hijo.

En todo ese caos solo hay una persona que parece poder calmar a Jacob y aliviar sus dolores y secuelas físicas. Ese es el quiropráctico Louis, que además adquiere un rol mucho más importante cuando finalmente se comprende qué es lo que verdaderamente le está sucediendo al protagonista. Hay otro personaje que parece darle cierto sentido a la trama, y es un antiguo compañero de división que dice sufrir las mismas experiencias horribles que Jacob. La conclusión inicial es que su pelotón fue víctima de un ataque químico que les hizo enfermar. En medio de una subtrama propia de las cintas de espías, aparecen ciertos agentes misteriosos que matan a ese informante y tratan de hacer lo propio con Jacob, que busca la ayuda de otros compañeros y de un abogado que finalmente hace caso omiso del posible caso. Al parecer, el ejército ha borrado todo el historial de Jacob y el abogado se niega a aceptar ayudarle porque este “ni siquiera” había estado en Vietnam según esos datos.

Cartel para cines de Jacob’s ladder (1990).

Tras un intento de rapto, el protagonista es llevado a un hospital donde todo parece bastante anticuado. Ahí es donde Jacob vive un verdadero descenso al infierno, con visiones espeluznantes de miembros amputados y un personal del hospital de aspecto atroz. De pronto su propio ángel de la guarda aparece en forma de su quiropráctico, que le rescata. Ahí es donde éste lanza la clave de lo que le está pasando en forma de la cita filosófica de Meister Eckhar.

Al regresar a casa, Jacob recibe una llamada de un químico que trabajaba con el ejército en la división química de Saigón, donde trabajó en la creación de un medicamento que incrementa la agresividad. El fármaco recibía el llamativo nombre clave de “La Escalera”, ya que acrecentaba la ira y los impulsos primitivos. El fármaco fue probado en monos y luego en un grupo de enemigos prisioneros de guerra, con resultados horribles. Más tarde, pequeñas dosis de “La Escalera” fueron dadas en secreto al batallón de Jacob a través de su raciones alimenticias. Sin embargo, el experimento falló, ya que los soldados atacaron a sus propios compañeros. No hubo ningún ataque sorpresa, fueron ellos mismos quienes acabaron los unos con los otrosvi.

Aún restaba una última revelación para comprender el sentido de la película en su totalidad. Jacob volvía al edificio de apartamentos donde vivió con su mujer y su hijo. Buscó en una caja de zapatos donde guardaba sus recuerdos. Entonces, vio a Gabe al pie de la escalera. Gabe tomó la mano de su padre y subieron la escalera. Tras esto, se mostraba que Jacob nunca salió de Vietnam, sino que había fallecido con una semblanza tranquila. Debía personarse a sí mismo para que su hijo pudiera hacerle trascender. Una vez ocurrido todo aquello en su cabeza, y con su quiropráctico como su particular guía, un ángel personificado en la figura de su hijo se lleva en paz al atormentado padre que no paraba de culparse por el atropello mortal del niño. En los créditos finales aparecen afirmaciones de que afirma que el título de la cinta se basaba en los informes de un medicamento experimental llamado BZ y las supuestas pruebas realizadas por el Ejército de los Estados Unidos en sus soldados durante la guerra de Vietnam, las cuales fueron siempre negadas por el Pentágono.

El símil bíblico no es casual, como quizá algún lector haya notado. La historia del patriarca bíblico Jacob tiene muchos parecidos con la trama de la película, desde los nombres de varios personajes hasta las alucinaciones de ese Jacob-Israel que luchó contra un ángel para ser bendecido y finalmente conectar con dios a través de un sueño que mostraba una escalera de la que subían y bajaban ángeles. Tampoco es casual que se mostrase esa noción de “Infierno personal” o de la necesidad del auto perdón para trascender. Lo de Eckhart, aunque no del todo correcto, estaba bien hilado. Aunque quizá lo mejor era esa transición entre la “realidad” y las visiones. ¿Pero qué tiene que ver este film de culto con Silent Hill?

La culpa

Si hay una obra del género survival horror que ha marcado a miles de jugadores por su argumento y que al mismo tiempo haya causado tantos debates y controversias entre la comunidad esa es sin duda la segunda parte de la saga Silent Hill. Incluso ahora, 20 años después de su lanzamiento, sigue habiendo podcast, ensayos e incluso libros que siguen planteando nuevas reinterpretaciones del juego del Team Silent, que no tenía nada que ver con la entrega original de la saga y que continúa siendo una obra cerrada en sí misma, aunque a posteriori se tomaran elementos que se presentaban en ella de cara a futuras entregas.

Como dato, y sin entrar por falta de espacio en todas las características y aristas del lore de la saga, solamente cabe decir que Silent Hill 2 ocurre en un universo ficticio que diariamente se cruza con otro mundo alternativo y lleno de monstruos.

Originalmente, el juego se lanzó en Norteamérica el 24 de septiembre de 2001 para la PlayStation 2 de Sony, tres días después en Japón y el 23 de noviembre del mismo año en Europa. Más tarde fue portado para la Xbox de Microsoft y para PC. Fue obra, como se dijo antes, del conocido como Team Silent, una subdivisión de Konami Computer Entertainment Tokyo. El equipo estaba dirigido por el diseñador Keiichiro Toyama y compuesto principalmente del escritor Hiroyuki Owaku, los artistas Masahiro Ito y Masashi Tsuboyama y el compositor Akira Yamaoka. Sin embargo, Toyama no formó parte del equipo de desarrollo de esta segunda entrega.

Más allá de su jugabilidad, del ambiente claustrofóbico creado por esa niebla omnipresente (y que servía para disimular la falta de capacidad técnica para crear fondos) y de otros aspectos tan notables como la música de Akira Yamaoka (recomendada para todo aquel al que le interese), lo realmente importante en este juego es su argumento. El mismo deriva en varios finales que dependen de las decisiones que hayamos tomado y en acciones que hayamos realizado o no durante la aventura, lo que invita a una rejugabilidad bastante importante a fin de explorar las diferentes posibilidades. A este respecto, y como anécdota, no hay un final considerado 100% canónico dentro de este juego, dejando esta particular interpretación en cada jugador. Eso, como no podía ser de otra forma, ha propiciado que el debate haya continuado durante dos décadas.

En mis sueños más inquietos, veo esa ciudad. Silent Hill. Prometiste volver a llevarme allí algún día. Pero nunca lo hiciste. Y ahora estoy aquí sola… En nuestro «lugar especial» Esperándote…

James Sunderland llega al pueblo de Silent Hill después de haber recibido una carta de su esposa, Mary, que al parecer había muerto de una enfermedad hace tres años. De primeras, recibir la carta de una esposa muerta haría que la mayoría abandonase la idea de buscar respuestas, pero en el caso de James esto no ocurre así. Esa mención a un “lugar especial” confunde a James, ya que todo el pueblo de Silent Hill era su “lugar especial”.

Durante su periplo, James encuentra a Ángela, una adolescente que llegó al pueblo en busca de su madre, su hermano y su padre. Cuando James llega a Silent Hill descubre que no es el mismo pueblo que recordaba. Además de la extraña niebla omnipresente, el pueblo entero parece estar deteriorado y abandonado, por no mencionar que se encuentra lleno de monstruos.

En unos apartamentos, James se encuentra con Laura, una niña esquiva que parece conocer a Mary. Poco después, James se encuentra con Pyramid Head, lo que parece ser una persona cuya cabeza está completamente oscurecida por un casco gigante piramidal de metalvii. Este personaje, creado por Masahiro Ito, está inspirado en algunas obras de su juventud, que realizó entre 1993 y 1996viii. Más tarde se encuentra con Eddie, que responde de una manera muy a la defensiva a las preguntas que James le hace sobre un cadáver en el refrigerador del apartamento donde están. Tras esto, James se encuentra con Ángela de nuevo, la cual piensa en el suicidio mientras está acostada con un cuchillo frente a un gran espejo.

En el parque Rosewater conoce a María, una suerte de Doppelgänger de Maryix, vestida con un atuendo más provocativo y una actitud más sensual y desinhibida. Ambas parecen estar conectadas de alguna forma, ya que María revela revela cosas que sólo él o Mary sabrían. Tras llegar al hospital Brookhaven buscando a Laura, María enferma e insiste en descansar en una de las habitaciones del mismo.

James encuentra a la niña en una de las habitaciones, pero se enfada con ella porque afirma haber conocido a Mary durante el pasado año, algo imposible para James, ya que éste sigue afirmando que Mary murió hace tres años. Tras un enfrentamiento con unos seres monstruosos, el hospital sufre un dramático cambio repentino hacia el Otro Mundo, esa realidad paralela y grotesca donde James busca a María. Posteriormente la encuentra en el sótano, donde Pyramid Head aparece y mata a María mientras tratan de escapar a través de un ascensor. La muerte de este Doppelgänger será algo recurrente en el juego, ya que María vuelve a aparecer aparentemente viva en varias ocasiones, solo para sufrir el mismo destino a manos de Pyramid Head una vez tras otra.

Uno de los trabajos de juventud al óleo/acrílicos que sirvieron a Masahiro Ito para crear a Pyramid Head.

Tras acudir a la Sociedad Histórica de Silent Hill, Ángela vuelve a aparecer y los jugadores comprenden por qué ella y Eddie están en el pueblo. Un recorte de periódico indica que la chica mató a su padre, que abusó de ella con la complicidad de su madre. James salva a Ángela de una monstruosa manifestación de su padre, pero luego ella se vuelve hostil hacia James. Se revela que Eddie sufrió bullying por parte de sus compañeros, lo que le llevó a matar al perro de un jugador de fútbol y luego a dispararle a éste en la pierna. Su llegada a Silent Hill acabó con su cordura, atacando a James y finalmente muriendo a manos de éste.

En ese momento, y reflexionando sobre por qué está allí, James cae en la cuenta de que la carta que supuestamente recibió de Mary está en blanco, lo que indica que la carta en sí fue algo que hizo su propia mente.

Laura revela a James que Mary quería adoptarla, lo que al mismo tiempo confirma las afirmaciones de Laura sobre conocer a Mary desde el año pasado. La verdad sobre todo es mostrada cuando el protagonista ve una cinta de vídeo que al parecer dejó en el hotel hace tres años, la cual demuestra que mató a su esposa, quien padecía de una enfermedad terminal, asfixiándola con una almohada.

En aquel acto se esconden dos posibles interpretaciones, que han sido objeto de debate: o bien James mató a su mujer por lástima y misericordia en una eutanasia casi obligada, o la mató por impotencia ante una enfermedad que le obligaba a cuidarla en contra de su voluntad y que impedía que el marido satisficiera sus deseos sexuales.

En ambos casos hay indicios y pruebas de peso. Aunque hay una tercera vía, en la que ambas hipótesis pueden coexistir, pero que muestran a las claras que todo lo que está ocurriendo con James, Ángela y Eddie es una suerte de Infierno personal donde cada uno debe enfrentarse a sus pecados, siendo Silent Hill y sus realidades alternativas una especie de juez que debe determinar sus respectivas culpabilidades.

En el acto final, James encuentra otra vez a María, atada y gritando mientras pide ayuda, pero es rápidamente asesinada por dos Pyramid Head. James se da cuenta de que han sido creados para castigarle por sus pecados. Ambos enemigos se suicidan con sus propias lanzas para indicar que su propósito ha sido cumplido. James cruza un pasillo donde escucha una conversación previa que tuvieron él y Mary, cuando ella aún estaba viva.

En esta conversación, James le da algunas flores, pero ella no las acepta, afirmando que es demasiado repugnante como para merecer las flores. Luego Mary le suplica a James que se quede con ella. Ahí es donde el final varía, pues según lo que haya acontecido durante la partida, James se encontrará con Mary o Maríax, habiendo varias posibilidades.

El final “Marcharse” es el más optimista. James se ha perdonado a sí mismo por matar a Mary y acepta que quería liberar a ambos del dolor. Así, se va de la ciudad con la pequeña Laura, compañera de habitación de Mary durante su estancia en el hospital, y queda implícita la adopción como una forma de redención. Por otro lado, tenemos el final “En el agua”, en el que James no ha sido capaz de perdonarse a sí mismo y reconoce que ha matado a su esposa llevado por el egoísmo. Para terminar con sus remordimientos, pone fin a su propia vida sumergiéndose con el coche —que porta el cuerpo de su esposa— en el lago de Silent Hill.

Siguiendo a Laura Luna en un reportaje realizado para el portal Meristation (Silent Hill 2, un viaje por el dolor y la pérdida), y a su vez consultando algunas de sus fuentes, como el ensayo de Rely on Horror, (Why The Maria Ending In Silent Hill 2 Is Pretty Special), vemos que hay ideas que conectan con la historia de Jacob Singer y la película de 1990:

Ambos finales (Marcharse y En el agua) representan una clara dicotomía: James como un marido benevolente que se culpa demasiado y que aprende a perdonarse a sí mismo, y James como un monstruo egoísta que se da cuenta de que es irredimible, por lo que prefiere evitar seguir haciendo daño a los demás. La primera opción intenta establecer un punto y aparte desde la experiencia traumática de Silent Hill, aunque sabemos que es poco probable que James prosiga con una vida normal. La segunda opción, en cambio, corta la historia de raíz, con un James que decide que los hechos del pasado son ineludibles. En cierto modo, es un final más realista, porque sus visiones de Silent Hill son tan corruptas y perturbadores que nunca verá la vida del mismo modo”.

El final “más malo” quizá sea el de Maria, donde el boss final es Mary. Cuando María y James salen de Silent Hill juntos, la mujer empieza a toser, insinuando que la historia va a repetirse de nuevo. Es un ciclo de pérdida, de enfermedad y de muerte. Un castigo por no haber aprendido nada. Rely on Horror lo explica así:

El final de Maria es en el que James no ha aprendido nada de su visita a Silent Hill. Es como una parábola de la debilidad del hombre, cegado por la belleza y el impulso sexual hasta tal punto que los monstruos y la experiencia traumática de Silent Hill se difuminan en la memoria”.

Laura Luna acababa su reportaje a la perfección. Silent Hill 2 ofrece diversas lecturas sobre la pérdida y la culpa, todo a través de la polémica eutanasia y de un lugar físico donde hay que purgar la culpa o aceptar la condena. Una especie de Purgatorio, o un Infierno personal que es representado de forma diferente para cada individuo, aunque varios puedan compartir experiencia en el mismo espacio, en este caso el siniestro y permanentemente nublado Silent Hill. Cada jugador percibirá a James Sunderland de manera diferente, sin que nunca visión sea la correcta y auténtica.

Y es que el luto y la culpabilidad no se adscriben a interpretaciones sencillas. De forma parecida, aunque con diferentes matices, la historia de Jacob Singer (que comparte iniciales con James Sunderland) también tenía distintas interpretaciones. Solapando pasado y presente, alternando realidades, e incluso jugando con conspiraciones gubernamentales, todo es un constructo de su propia mente en los momentos finales de su vida, donde la muerte casi se lo ha llevado. En ese trance, la conciencia de Jacob trata de poner orden a los acontecimientos que ha vivido, para que de esta forma se enfrente a su culpa y pueda o no perdonarse.

La influencia de la película de 1990 en el juego del 2001 es clara, además de en otras entregas de la saga de Konami, donde entran en juego cosas como las drogas o la presencia de un culto religioso con oscuros propósitos. Cosas que por otra parte fueron dejadas a un lado en ese segundo juego, favoreciendo la versión más psicológica y ese leitmotiv del sentimiento de desolación que sufren los personajes a lo largo del juego y que suele desarrollarse a partir de sucesos que les atormentan desde antes de su “llamada” al pueblo.

Quienes no hayan experimentado esa singular experiencia que ofrece el videojuego original de 2001, tendrán en los próximos meses una nueva oportunidad de vivirla, ya que en octubre de 2022 se anunció un remake largamente rumoreado y esperado. Al frente del mismo se encuentra Bloober Team, el estudio tras el desarrollo de videojuegos de terror como Layers of Fear, Blair Witch o The Medium, que además cuentan con la ayuda de parte del Team Silent, concretamente con los artistas Masahiro Ito y Akira Yamaoka.

Finalmente, y teniendo en cuenta todo lo que se ha contado hasta ahora, quizá las palabras de Meister Eckhart cobren más sentido. Él abogaba por la necesidad de vaciar el alma de cara a una futura redención. Por su parte, las dos obras artísticas tratadas hacen una radiografía de esa alma, esa conciencia, que debe enfrentarse a su propia imagen para trascender o no, en un espacio que no es del todo físico, ni tampoco espiritual, sino mental. Ese Infierno, ese Purgatorio, que están dentro de la mente de cada uno. Siempre presente, a pesar de que haya quienes parecen carecer de escrúpulos o remordimientos.

Fuentes:

Notas:

iLa palabra aparece una sola vez en el Nuevo Testamento. Concretamente, en Hechos 3,21 y siguientes. Según pensaba Orígenes, no existe un infierno eterno, por lo que Dios castiga el pecado solamente con penas medicinales (que buscan la enmienda). Por lo tanto, el fuego del infierno es un fuego purificador.

iiSegún San Agustín, Dios permitía los males naturales porque son justo castigo al pecado, y aunque animales o bebés no pecan, son merecedores del castigo divino, siendo los niños herederos del pecado original. San Agustín pondrá los pilares sobre los que discurrirá en adelante la discusión sobre el tema: por un lado, como afirma en su Sermón 294, “el único remedio para el pecado de Adán, transmitido a todos a través de la generación, es el bautismo. Los que no han sido bautizados no pueden entrar en el Reino de Dios. El día del juicio, los que no entrarán en el Reino serán condenados al infierno”, ya que según él “no hay un ‘estado intermedio’ entre el cielo y el infierno”, es decir no hay lugar para un limbo. Pero por otro, como afirma en su Enchiridion ad Laurentium: “Dios es justo. Si condena al infierno a los niños no bautizados es porque son pecadores”, pero acepta que en el infierno, sufrirán un “castigo muy suave” (mitissima poena).

iiiEn los años 2005 y 2006 el tema fue discutido por la Comisión Teológica Internacional en dos reuniones generales, de las cuales se constituyó un documento sobre sus consideraciones titulado La esperanza de salvación para los niños que mueren sin bautismo. Posteriormente, el cardenal William Levada, presidente de la Comisión, con el “consentimiento” del papa Benedicto XVI, aprobó la publicación del texto: “No siendo la existencia del Limbo una verdad dogmática, sí es una hipótesis teológica, y por tanto, no quita la esperanza de encontrar una solución que permita creer, como verdad definitiva, la salvación de los niños que mueren sin haber sido bautizados», indicándose con ello esencialmente que el destino de las almas de cualquier persona que no haya recibido el sacramento del bautismo, ya sean infantes o adultos que no hubiesen cometido pecado venial, queda sujeto «a la misericordia de Dios”.

ivLa bula fue expedida por Juan XXII el 27 de marzo de 1329. El 15 de abril de ese mismo año, Juan XXII envió una copia de la bula al arzobispo de Colonia para que la publicara únicamente dentro de su diócesis, según Silvia Bara. En 1926 se publicó una colección de documentos relacionados con el proceso celebrado en Colonia contra Eckhart. Aunque se pensó inicialmente que se trataba de una sola obra, llamada Verteidigungsschrift (Escrito de defensa) y que, por tanto, eran las notas del proceso desde el punto de vista de Eckhart, el estudio de sus contenidos muestra que es más bien una colección de textos. En 1935 se publicó la respectiva compilación sobre el proceso llevado a cabo en Aviñón. La lectura muestra que la condena no era tanto a su labor como teólogo, sino como predicador en lengua vernácula. Se le condenó por el supuesto peligro que sus palabras podrían representar para las mentes de sus oyentes.

vEl nombre no está escogido por casualidad. Jezabel restableció el culto a los dioses semíticos Baal, Asherah y El durante su mandato conjunto con Acab. Su vida acabó cuando fue arrojada desde los muros de su palacio por sus propios sirvientes, según cuenta la tradición, hartos de su opresión y costumbres “libertinas”. Por el camino, prohibió el culto a Yavé, que se vengó mandando a varios profetas ante la reina y enviando males contra los herejes. No fue una batalla únicamente dialéctica, desde luego.

viSegún Lukasz Kamienski, autor de Las drogas de la guerra (Critica, 2017): “Entre 1966 y 1969, en Vietnam se distribuyeron 225 millones de pastillas de dextroanfetamina, a las que sumaron poderosos sedantes para que durmieran. Los veteranos contaron a su vuelta que la mejor anfetamina que habían probado en su vida se la dieron sus propios mandos. Algunos ya venían entrenados de la guerra de Corea. En los prostíbulos japoneses aprendieron a mezclarlas con heroína, descubriendo así el famoso ‘speedball’.” Enlace a la entrevista realizada a Kamienski por parte de David Castro para El Periódico de Catalunya, de donde se ha extraído la cita: https://www.elperiodico.com/es/cuaderno/20180113/lukasz-kamienski-en-las-guerras-la-droga-es-un-arma-mas-6538551

viiA lo largo de los años, ha habido mucha controversia en torno a la naturaleza y simbología tras este personaje. En 2020, el propio Masahiro Ito aclaró a través de su cuenta de Twitter estos y otros detalles de su creación y significado. En este enlace se pueden consultar sus reflexiones y respuestas https://twitter.com/adsk4/status/1263314935410384896

viiiAquellos trabajos fueron una serie denominada “Cabeza extraña”. Se pueden ver ejemplos en https://twitter.com/adsk4/status/890225217397637122.

ixMás que a esta figura, contextualmente se podría debatir si María sería en realidad un ikiryō. En la mitología japonesa, es una manifestación del alma de una persona viva separada de su cuerpo. Si alguien tiene suficiente rencor contra otra persona, se cree que una parte o la totalidad de su alma puede proyectarse astralmente y abandonar temporalmente su cuerpo para presentarse ante el objetivo de su odio, a fin de maldecirlo o de perjudicarlo.

xMultitud de fuentes en Internet aluden al hecho de que los nombres tanto Mary como de María están inspirados en Mary Ann Nichols y Mary Jane Kelly, víctimas canónicas de Jack el Destripador. Según dicen, los desarrolladores hicieron declaraciones que lo afirmaban, aunque no he podido encontrar ninguna cita al respecto. Masahiro Ito da muchas explicaciones sobre el lore de la saga en su cuenta de Twitter, pero no he dado con ninguna cita textual suya al respecto. A día de hoy, solo puedo remitir a quien le interese a Silent Hill 2 Wiki, donde se menciona el dato. El enlace es el que sigue a continuación: https://silenthill.fandom.com/wiki/Silent_Hill_2

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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