“Tienden a buscar sensaciones, emociones y riesgos“, dijo la autora principal del estudio, Leor Zmigrod, psicóloga de la Universidad de Cambridge. “Y eso es realmente congruente con lo que podemos imaginar sobre el individuo que está dispuesto a luchar y cometer actos de violencia por su causa“.
El estudio no es el primero en intentar conectar la ideología política con una psicología más básica, pero las narrativas simples son difíciles de conseguir. Hace aproximadamente una década, varios estudios comenzaron a revelar que los conservadores eran más sensibles al disgusto que los liberales, pero trabajos más recientes no han logrado encontrar resultados que refrenden esa hipótesis. En un estudio reciente publicado en la revista Personality and Social Psychology Bulletin, los investigadores observaron a personas de todo el mundo y utilizaron una amplia definición de amenazas, pero no encontraron evidencias de que los conservadores sean en realidad más cobardes.
Para muchos de estos estudios, los científicos trataron de vincular una sola ideología con un solo rasgo cognitivo o emocional, dijo Zmigrod. Ella y sus colegas adoptaron una visión más amplia: no formularon hipótesis sobre qué rasgos cognitivos o de personalidad podrían estar vinculados a qué puntos de vista ideológicos. En cambio, sometieron a 522 personas a 37 tareas cognitivas y 22 encuestas de personalidad. Las tareas cognitivas eran muy básicas. Por ejemplo, un participante vería una pantalla llena de puntos en movimiento y tendría que responder rápidamente si la mayoría de los puntos se movían hacia la izquierda o hacia la derecha.
A partir de las respuestas, dijo Zmigrod, “se puede comenzar a inferir cómo están procesando la información del entorno”.
En la segunda fase del estudio, se invitó a los participantes a responder nuevamente a una serie de encuestas sobre sus creencias políticas y las fortalezas de esas creencias; 334 de los participantes originales acordaron responder.
Con esta gran cantidad de respuestas, los investigadores pudieron encontrar correlaciones entre los rasgos cognitivos y de personalidad y la ideología particulares. El trabajo anterior de Zmigrod había descubierto que el extremismo y el dogmatismo en ambos lados del espectro político están relacionados con una falta de flexibilidad cognitiva, que es la capacidad de pensar en conceptos simultáneamente o cambiar entre formas de pensar. (La flexibilidad cognitiva a menudo se prueba asignando a las personas una tarea y luego cambiando las reglas de esa tarea a la mitad. Las personas más flexibles se adaptarán más rápidamente a las nuevas reglas).
El nuevo estudio también sugirió que el dogmatismo y el extremismo están relacionados con un procesamiento más lento y agotador. Las personas que son dogmáticas pueden procesar la información de manera imperfecta y luego actuar impulsivamente sobre esa información. Los extremistas, definidos como personas que apoyan la violencia para proteger a su grupo ideológico, buscaban emociones fuertes en la personalidad, pero eran lentos en la memoria de trabajo o en la capacidad de tener en cuenta la información mientras realizaban una tarea. También utilizaron menos estrategias de percepción para resolver problemas.
“Tienden a desempeñarse peor en estas complejas tareas de procesamiento de alto nivel“, dijo Zmigrod.
Los investigadores también encontraron que las personas con ideologías nacionalistas y políticamente conservadoras mostraron más cautela en la toma de decisiones perceptivas, reduciendo su velocidad, en lugar de su precisión, cuando se les desafió a una tarea urgente.
“Eso es realmente fascinante porque la precaución es casi un sinónimo de conservadurismo“, dijo Zmigrod.
Estos rasgos psicológicos explicaron mucho más la variación entre las personas que la información demográfica por sí sola. La demografía, por ejemplo, explicó el 7,43% de la diferencia entre personas en el conservadurismo político, mientras que la demografía más los rasgos psicológicos explicaron el 32,5%. La demografía por sí sola explicó solo el 1.53% de la variación en el dogmatismo entre las personas, mientras que una combinación de rasgos demográficos y psicológicos explicó el 23.6%, o 15 veces más.
La investigación plantea la cuestión de si las estrategias para mejorar la flexibilidad cognitiva o el procesamiento de la información de las personas podrían hacerlas más resistentes a desarrollar puntos de vista extremistas, dijo Zmigrod. Los investigadores también planean estudiar cómo estos rasgos psicológicos están relacionados con la genética y el funcionamiento del cerebro; esos hallazgos, a su vez, podrían ayudar a unir cómo las experiencias de las personas interactúan con su psicología.
“Estamos tratando de ver cómo los entornos pueden interactuar con la vulnerabilidad personal para hacer que una persona sea extrema o dogmática“, dijo Zmigrod.
https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rstb.2020.0424
https://www.livescience.com/extremist-psychological-traits.html
