GW190521 es la onda binaria gravitacional más masiva observada a lo largo de la historia y está conformada por dos agujeros negros con masas de aproximadamente 85 y 66 masas solares, cuyo resultado produjo la formación de un agujero negro remanente de 142 masas solares.
Los astrofísicos han estado usando detectores de ondas gravitacionales desde 2015 para detectar señales que puedan ayudarlos a decodificar colisiones masivas. En esta ocasión, los científicos identificaron un nuevo tipo de sonido que podría contribuir a la develación secretos cósmicos.
La investigación se llevó a cabo en colaboración con el detector de ondas gravitacionales Virgo, alojado en el Observatorio Gravitacional Europeo (EGO), cerca de Pisa (Italia). Las conclusiones anunciadas esta jornada son el resultado de más de un año de estudios para descifrar la causa de las señales percibidas en mayo de 2019.
La astrofísica Zsuzsanna Marka, comentó a Space.com, que en aquella ocasión no pudo evitar notar la gran masa. “Esto es asombroso. Esto es enorme. Este es realmente uno de los eventos de masa increíblemente alta que esperábamos ver, pero no estaba claro que, en realidad, esos agujeros negros de masa alta existieran“, recordó la experta.
De momento, la NASA ha clasificado los agujeros negros en dos tamaños “radicalmente diferentes”. Por una parte, los agujeros negros estelares que son de 10 a 24 veces más masivos que el Sol y, por otra, los agujeros negros supermasivos, que son millones o miles de millones de veces la masa del Sol.
Sin embargo, los astrónomos han sospechado que podría haber agujeros negros de masa intermedia que registran entre 100 y 1.000 veces la masa del Sol, cuya evidencia se ha confirmado el día de hoy.
https://www.space.com/black-hole-intermediate-size-ligo-gravitational-waves-discovery.html