Un conjunto de fragmentos aparentemente en blanco alojados durante más de 20 años en la Universidad de Manchester, en realidad contienen inscripciones antiguas ocultas a la vista, aunque visibles con la ayuda de imágenes multiespectrales.
Según cuentan los historiadores, los fragmentos en cuestión se entregaron al experto Ronald Reed, de la Universidad de Leeds, en la década de 1950 donados por el gobierno jordano. La colección, que se pensaba que estaba en blanco, se entregó con el propósito de pruebas científicas del material por Reed, y dado que no parecía existir ningún texto en las piezas, se consideró de poco valor para los eruditos. Sin embargo, ahora todo ha cambiado con el hallazgo de Taylor. Según ha explicado:
“Al mirar uno de los fragmentos con una lupa, creí ver una letra pequeña y desteñida, una letra hexadecimal, la letra hebrea ‘L’. Francamente, dado que se suponía que todos estos fragmentos estaban en blanco e incluso habían sido cortados para estudios de cuero, también pensé que podría estar imaginando cosas. Pero entonces parecía que quizás otros fragmentos podrían tener letras muy desvaídas también.”
Taylor y su equipo tomaron imágenes de 51 fragmentos en la colección de Reed, identificando seis que justificaban una mayor inspección. De estos, más tarde se descubrió que cuatro contenían texto hebreo/arameo legible escrito en tinta a base de carbón, además de otras marcas y señales, como caracteres fragmentarios y líneas regladas.
En estos momentos hay una investigación en curso, pero los investigadores han adelantado que el fragmento más sustancial muestra cuatro líneas de texto parcialmente preservado, cada una con 15-16 letras. En dicha sección se puede leer la palabra Shabat (sábado), y se piensa que el texto podría estar relacionado con el libro bíblico de Ezequiel (46: 1-3). Según Taylor:
“Con las nuevas técnicas para revelar textos antiguos ahora disponibles, sentí que teníamos que saber si estas palabras podrían estar expuestas. Solo hay unas pocas en cada fragmento, pero son como piezas perdidas de un rompecabezas que encuentras debajo de un sofá.”