El tesoro pertenece al pueblo saka, que dominó la zona ocho siglos antes de nuestra era actual.
Unos 3.000 objetos de oro y metales preciosos han sido encontrados en un túmulo funerario en las remotas montañas de Tarbagatai, en Kazajistán, informan los medios locales. Se cree que el «incalculable» tesoro perteneció a miembros de la realeza o de la nobleza del pueblo saka, que dominó Asia Central ocho siglos antes del nacimiento de Cristo. En el ajuar hallado hay pendientes de oro en forma de campana, platillos dorados, hebillas para la ropa, cadenas y collares con piedras preciosas.
A los expertos les ha llamado la atención la precisión con la que estas joyas fueron fabricadas. Los collares de oro que decoran la ropa se hicieron utilizando sofisticadas técnicas de microsoldadura. Ello demuestra un gran conocimiento en el campo de la metalurgia e indica un excepcional nivel para la época en cuanto a las habilidades de fabricación de joyas. Según los especialistas, la «civilización esteparia» de los saka alcanzó un extraordinario nivel.
Los arqueólogos esperan encontrar en el túmulo los restos de la prestigiosa pareja propietaria de los tesoros. Como explica la profesora Zeinola Sámashev, encargada de las excavaciones, la gran cantidad de hallazgos hace pensar que los dueños del ajuar fueron o bien monarcas o bien miembros de la élite de la sociedad saka.
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