Varios funcionarios de distintos países europeos consideran la posibilidad de crear un arma nuclear para Europa. De llevarse a cabo, el plan revisaría el propósito de uso del arsenal francés, cuyo control pasaría a estar bajo un mando europeo común. Sin embargo, según advierte Bruno Tertrais, miembro de la Fundación para la Investigación Estratégica basada en París, la idea se materializaría solo en caso de una “pérdida grave de confianza” hacia EE.UU.
Tal y como indican medios como el New York Times, la mera evocación de un proyecto de este tipo es una prueba clara de que el continente cree necesarias medidas para proteger el orden mundial que fue establecido después de la Segunda Guerra Mundial. Las discusiones sobre el arma nuclear han atraído ya varios políticos alemanes, franceses y polacos.
El alemán Roderich Kiesewetter, miembro del Bundestag, matizó que el plan prevé la creación de armas alternativas a las estadounidenses ubicadas en Europa, por ejemplo, en Alemania, Italia, Bélgica y los Países Bajos, o un “programa paralelo”.
Según él, la puesta en marcha de la idea debe pasar por cuatro factores: la promesa de Francia de ofrecer el control de sus armas a un mando europeo común, la financiación de Alemania, un mando conjunto y un plan de distribución de misiles nucleares franceses en otros países europeos. El plan ya cuenta con mucha oposición entre algunos políticos que dudan que Francia esté lista para recurrir a las armas nucleares “para defender, por ejemplo, a países como Estonia”, mientras que otros, como el analista Oliver Thränert, apuntan que la iniciativa podría acabar en “un campo minado lleno de potenciales consecuencias políticas indeseables”.
Otros detractores de la idea presuponen que la creación del arma nuclear europea no es otra cosa que un intento de “presionar” al presidente de EE.UU, Donald Trump, para que mantenga el status quo, y opinan que cualquier tipo de negociaciones sobre la idea se mantendrían de forma secreta.