Entre 2008 y 2009, los arqueólogos excavaron en un yacimiento en Løgstrup, ubicado al noroeste de Viborg en Dinamarca. Se trataba de un asentamiento de la Edad del Bronce con restos de casas y fosas y hornos de fundición de bronce, levantado y ampliado en varias fases alrededor del 900–700 a.C., donde aparecieron diversos objetos de bronce, ámbar, cerámica, y dos urnas funerarias que contenían restos de entierros de cremación.
Las dos urnas se depositaron en el Museo de Viborg. Diez años después, en octubre de 2019, las urnas fueron escaneadas mediante tomografía computerizada. Y sorprendentemente, no había restos de huesos quemados por ninguna parte en las urnas, tan solo cenizas. Hacia la mitad de una de ellas los arqueólogos descubrieron un objeto curioso, que tenía la forma de un disco de hockey en la imágenes escaneadas.
Una vez extraído cuidadosamente resultó ser una pequeña y fina rodaja de ámbar. Un disco que mide 3 centímetros de diámetro y 0,9 centímetros de grosor, y que debió ser colocado en la urna sobre los restos cremados de una niña.
El ámbar era muy valioso en la Dinamarca de la Edad del Bronce, ya que era a la vez una mercancía y un símbolo religioso. Se lo consideraba una manifestación del poder del sol. Algunas fuentes griegas lo describen incluso como laslágrimas del dios del sol, Apolo.
La simbología solar es un motivo frecuente en objetos y esculturas de la Edad de Bronce. En este caso el disco pudo colocarse en la urna como una señal de la posición social de la persona o como una especie de ofrenda para que el alma de la persona muerta viajase al otro mundo bajo la protección del sol. Así, se creía que igual que el sol atravesaba el cielo durante el día, también atravesaba la oscuridad del inframundo por la noche.
Aunque a primera vista el disco de ámbar no parece gran cosa, todo cambia cuando se hace brillar una luz tras él. Entonces es cuando revela su auténtica belleza y función de disco solar.
https://viborgmuseum.dk/solskive-aarets-stoerste-arkaeologiske-fund