Es conocido gracias a la Relatividad de Einstein que moverse a grandes velocidades es una especie de desplazamiento en el tiempo: una persona que viaje a una estrella lejana volvería a la Tierra diez años más viejo, pero podría encontrarse que en nuestro planeta habrían pasado mil años.
Habría llegado al futuro. La teoría de Einstein no prohíbe tampoco los viajes al pasado, pues concibe la posibilidad de que existan caminos en el espacio-tiempo que nos permitirían llegar a la prehistoria y conocer a nuestros antepasados.
Hay una diferencia fundamental, sin embargo, entre ambas posibilidades: el viaje al pasado presenta paradojas difíciles de resolver, que no afectan a los viajes al futuro. Por ejemplo, si fuera posible viajar al pasado, podríamos llegar a los tiempos de nuestro abuelo y provocarle la muerte. En ese supuesto, ¿desapareceríamos al instante?
Se supone que un abuelo muerto en su juventud no se casaría ni tendría hijos, y por ello tampoco nietos que un día viajarían en el tiempo y le causarían la muerte. Algo imposible según esta línea temporal.
Esta paradoja, hasta ahora irresoluble, ha sido aparentemente despejada ahora por dos científicos del Instituto Perimeter de Física Teórica de Canadá, Jacob Hauser y Barak Shoshany. Han publicado un artículo en el archivo en línea para las prepublicaciones de artículos científicos arXiv, en el que aseguran que han encontrado una solución a la paradoja de los viajes al pasado.
Su propuesta se basa en un concepto teórico según el cual en realidad no existe un único universo, sino muchos universos paralelos al nuestro, en los que las cosas transcurren más o menos igual y con una línea temporal propia de cada universo. Plantean que sería matemáticamente posible que una persona recorra cualquiera de esas supuestas líneas temporales paralelas para viajar en el tiempo, gracias a las posibilidades teóricas que tendrían los agujeros de gusano.
Según estos investigadores, si una persona consiguiera viajar al pasado gracias a un agujero de gusano, una posibilidad en la actualidad totalmente hipotética, en realidad lo que haría es viajar a “otro” pasado paralelo al suyo, por lo que podría provocar la muerte de su abuelo sin que eso afecte a su trayectoria temporal.
Los físicos canadienses consideran que el mero hecho de aterrizar en el pasado supone haber cambiado de línea temporal. Eso significa que al regresar de su viaje al pasado, su abuelo seguiría viviendo porque su muerte correspondería a otra línea diferente.
La supuesta desaparición de esta paradoja que hacía inconcebible el viaje al pasado da origen a otra paradoja inesperada: ese supuesto viaje no sería realmente un viaje al pasado, porque no tiene nada que ver con la historia del viajero.
El astrofísico Geraint Lewis, de la Universidad de Sydney, lo explica así a NewScientist: “En cierto sentido, ni siquiera parece un viaje en el tiempo, porque ¿de qué sirve ir al pasado y matar a Hitler si la Segunda Guerra Mundial todavía tiene lugar en el Universo al que regresas?“
Con los viajes en el tiempo se viene especulando desde que la Relatividad General describiera la curvatura del espacio tiempo y generase una nueva geometría capaz de adoptar muchas formas diferentes: teóricamente, una de esas geometrías espacio-temporales podría permitir el viaje al pasado.
Jacob Hauser y Barak Shoshany aportan ahora un modelo matemático según el cual la principal paradoja de los viajes al pasado quedaría resuelta. Pero no deja de ser una teoría especulativa, al igual que la que apunta otro físico destacado, Sean Carroll, del Instituto de Tecnología de California, asegurando que es muy posible que haya diferentes versiones de cada individuo, cada una en su correspondiente universo.
Pero en cualquier caso, los viajes en el tiempo siguen por el momento en el ámbito de la especulación, aunque lo más atractivo de esta especulación es que ayuda a entender mejor la física, sus leyes y sus misterios. También descubre lo poco que se conoce del vasto universo y desvela el ingenio humano reflejado en las soluciones propuestas para conseguir viajar al pasado, aunque de momento resulte imposible.