El uso de smartphones provoca el crecimiento de un ‘cuerno’ en el cráneo humano

Es una de las grandes enfermedades del siglo XXI. Incluso en algunos lugares se habla ya de emergencia sanitaria. Y no parece exagerado. Basta con dar un simple paseo mientras se está atento a lo que pasa alrededor. Es altamente probable que el caminante se tope con muchas personas que miran hacia abajo constantemente, casi poseídos por la pantalla de su teléfono inteligente o dispositivo análogo. No es nada raro encontrar a gente de todas las edades pasando cada vez más tiempo con su inseparable aparato. El mayor problema viene cuando entre esos miles de millones de personas se cuentan cada vez más niños y jóvenes.

Esa actividad, dolores y rigidez de cuello aparte, está provocando un cambio en la forma del cráneo humano, afirman investigadores australianos. El cambio se viene observando desde hace algún tiempo y se trata de un hueso en forma de pico, llamado protuberancia occipital externa, que aparece en la parte posterior de la cabeza, un poco por encima el cuello. Este puede sentirse al tacto y a veces incluso puede resultar visible en personas calvas.

“He sido médico clínico durante veinte años y solamente durante la última década he ido descubriendo de forma creciente que mis pacientes tienen ese bulto en el cráneo”, afirmó la semana pasada a la BBC David Shahar, de la Universidad de Sunshine Coast (Australia).

Tras estas observaciones, el científico decidió llevar a cabo unas investigaciones para determinar el alcance de la propagación de la anomalía. En 2016, lideró un estudio que analizó a 218 personas de entre 18 y 30 años de edad. El trabajo, publicado en la revista Journal of Anatomy, mostró que el 41 % de los participantes tenían en su cabeza ‘picos’ de más de 10 milímetros, mientras que en un 10 % de los examinados superaban los 20 milímetros.

En otra investigación, publicada en febrero de 2018 en la revista Nature, Shahar se centró en determinar la edad de las personas que contaban con ese tipo de formaciones. En el estudio participaron 1.200 individuos de entre 18 y 86 años, y el análisis concluyó que era “significativamente más probable” encontrar estas protuberancias entre los participantes de entre 18 y 30 años. Morfológicamente hablando, las nuevas generaciones están adquiriendo una característica corporal anómala.

Como era de esperar, el científico señala a los dispositivos inteligentes como los responsables de la aparición de este abultamiento. Cuando nos inclinamos sobre las pantallas, los músculos del cuello se tensan para sostener la cabeza, cuyo peso aproximado es de 4,5 kilogramos. En el lugar donde aparece este ‘pico’ se concentra una gran presión muscular, y los especialistas creen que el cuerpo trata de adaptarse para aliviar esta presión creando nuevos huesos que ayuden a repartir el peso de la cabeza por una superficie mayor. Se trataría, por tanto, de un mecanismo de defensa natural, pero obligado. No se desarrollaría por procesos propios del devenir evolutivo, sino como respuesta ante estímulos dañinos y prolongados en el tiempo.

Cabe destacar que nuestros antepasados también inclinaban la cabeza para realizar diferentes actividades como la lectura, pero no sufrieron ninguna metamorfosis. En ese contexto, los investigadores sostienen que no dedicaban tanto tiempo a leer libros como las personas modernas dedican hoy día a los teléfonos inteligentes, motivo por el cual no sufrieron ningún cambio parecido.

Shahar opina que este proceso es probablemente irreversible y que este ‘cuerno’ seguirá creciendo en el futuro. “Imagínese si usted tuviera estalactitas y estalagmitas, si nadie las molesta, solo seguirán creciendo”, comparó

http://www.bbc.com/future/story/20190610-how-modern-life-is-transforming-the-human-skeleton

https://www.nature.com/articles/s41598-018-21625-1

Acerca de Félix Ruiz

Trabajador Social de formación y apasionado de las temáticas relacionadas con el misterio desde siempre. Redactor de noticias, escritor novel, lector compulsivo y buscador incansable de preguntas que compartir con todo aquel que sea curioso y quiera saber más.

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