La amenazada pero aún más que exuberante selva amazónica es una maravilla de la biodiversidad que contiene el 10% de las especies del planeta. Incluso aparece una nueva cada tres días, si se hace caso a las estadísticas. Pero cómo la región llegó a convertirse en esa joya biológica es desde hace décadas un motivo de controversia para los científicos. Una nueva teoría, defendida por investigadores del Instituto Smithsonian, señala que gran parte de la selva fue inundada dos veces por el mar Caribe hace más de 10 millones de años, creando un mar interior de corta duración que puso en marcha la evolución de nuevas criaturas. La clave está en el hallazgo de un pequeño diente de tiburón, parte de un camarón mantis y otros organismos marinos microscópicos, según explican en la revista Science Advances.
Los investigadores suelen coincidir en que partes de la Amazonia estuvieron una vez bajo el agua, pero no están de acuerdo sobre la procedencia de la misma. Varias interpretaciones controvertidas de la historia de la región incluyen la existencia de un mar grande y poco profundo que cubrió el Amazonas durante millones de años, un megalago de agua dulce, ríos de tierras bajas ocasionalmente inundados por el agua de mar, frecuentes incursiones de agua de mar, etc.
«Los geólogos no están de acuerdo sobre el origen de los sedimentos en esta área, pero ofrecemos pruebas claras de que son de origen marino y que los eventos de inundación fueron bastante breves», afirma Carlos Jaramillo, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá, cuyo equipo fechó las colosales inundaciones hace entre 17 y 18 millones de años la primera y hace entre 16 y 12 millones de años, la segunda.
Los investigadores analizaron el suelo de la selva en dos puntos: un yacimiento de petróleo en la región de Saltarín, en el este de Colombia, y una antigua perforación del Servicio de Geología de Brasil en el oeste del país realizada en la década de los 80. Allí encontraron miles de granos de polen, plancton y conchas marinas. En el yacimiento de Colombia, además, apareció un diente de tiburón y un camarón mantis fosilizados, ambos habitantes del océano.
Para Jaramillo, estos hallazgos «muestran claramente dos eventos de corta duración en los cuales el agua del océano inundó lo que ahora es la parte noroeste de la cuenca amazónica», afirma. «Es un ecosistema perdido», recalca.