Si bien aún falta que se publique un informe completo del suceso, se han dado a conocer algunos detalles sobre esta nueva señal. Fue detectada por el Observatorio Parkes en Australia con un radiotelescopio de 64 metros (lejos de los 500 metros de FAST en China). Si las mediciones son correctas, proviene de la estrella vecina Proxima Centauri, que cuenta con dos exoplanetas conocidos de los cuales uno de ellos en zona habitable (aunque su habitabilidad es dudosa).
La señal parece no estar modulada, es decir, no sigue un sistema concreto ni hay patrones. Por otra parte, sólo se ha dado una vez y no se ha repetido como ha ocurrido en otras ocasiones. Se entiende que si fuese una señal alienígena buscaría llamar la atención mediante repeticiones o sistemas obvios.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que hay muchísimos eventos naturales que pueden provocar este tipo de señales. Una explosión, un magnetar o incluso interferencias con satélites de nuestra órbita que nos hagan creer que la señal viene de más lejos cuando en realidad es de aquí. Entre nosotros y Próxima Centauri hay muchísimos elementos, y cada uno de ellos puede provocar o interactuar con la señal.