Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México ha logrado descifrar un petroglifo que data de hace unos 2.000 años, y determinaron que se trata de un “mapa-piedra” usado por los habitantes prehispánicos de lo que ahora es el estado mexicano de Colima.
Los dibujos fueron grabados sobre una gran roca basáltica procedente del volcán Fuego de Colima. Fue descubierto en la localidad de Cofradía de Suchitlán, y los arqueólogos señalan que en el petroglifo se aprecian al menos tres técnicas de grabado –pulido, picoteo y desgaste–, las cuales se usaron para representar el paisaje orográfico y geográfico de la ladera sur del volcán, surcada por barrancos, escurrimientos y ríos que bajan del promontorio geológico.
Además, se determinó que la parte más alta de la roca está orientada hacia el volcán de Fuego y que en la superficie principal del petroglifo se labraron pequeñas oquedades circulares, que representarían la ubicación de comunidades antiguas. Asimismo, en una de las superficies laterales de la roca, se aprecian líneas que aluden a la orografía de la región, abundante en veras hidrológicas y escurrimientos naturales.
“Sin duda, estas ‘piedras-mapa’ ayudaban a conocer y facilitar el manejo de los terrenos. Además, eran una forma de preservar el conocimiento de una generación a otra, en una época en la que no existía la escritura en el territorio que hoy es Colima“, dijo Rafael Platas Ruiz, arqueólogo del INAH.
El investigador afirma que los diseños y técnicas de tallado presentes en el petroglifo se asocian con la cultura de las tumbas de tiro, fechada entre los años 200 a.C. y 200 d.C., es decir, en el intermedio de los periodos Preclásico Tardío y Clásico Temprano.