Arqueólogos polacos han encontrado restos de tres supuestos «vampiros» que datan de la Edad Media. Los cuerpos presentan diversas mutilaciones realizadas antes del entierro con el objetivo de evitar que salieran de la tumba, informa el portal ruso N+1. Los restos de estos insólitos entierros se encontraron en la ciudad de Górzyca, en el oeste de Polonia, y datan del siglo XIII o XIV. «Los esqueletos se encontraron cerca de la antigua residencia del obispo. Antes había una catedral gótica cerca de las tumbas», explica Krzysztof Socha, del Museo de la Fortaleza de Kostrzyn.
Dos de los esqueletos, que corresponden a una mujer y a un hombre, presentan signos de varias mutilaciones realizadas con objetos afilados. Ambos presentan perforaciones en las vértebras, lo que hace suponer que fueron clavados al suelo.
La mujer fue enterrada boca abajo (algo que se hacía para impedir que el supuesto vampiro saliera de la tumba) y tenía ambas rodillas rotas. Se cree que la mujer padeció cifosis, una curvatura excesiva de la columna vertebral. Debido a esta condición, la mujer tenía una gran joroba que habría asustado a sus coetáneos, que podían ver en ella una amenaza incluso después de su muerte. Se sospecha que el hombre, desmembrado y decapitado, también presentaba esta deformación.
El tercer esqueleto, de un hombre de unos 30 años, fue enterrado con la cabeza atrapada entre dos piedras y un agujero en su espalda que muestra un intento de fijarlo al suelo. «Sus huesos no presentan signos de enfermedades», afirma Socha.
La práctica de colocar piedras en la tumba es propia de rituales funerarios «antivampíricos». A quienes se sospechaba que eran vampiros, se les enterraba con un ladrillo en la boca, clavados al suelo y muchas veces se les desmembraba.