Una misión egipcia del Ministro de Antigüedades ha encontrado recientemente diez tumbas labradas en la roca y no descubiertas hasta ahora en la margen occidental de Asuán. Los arqueólogos han informado de que las tumbas datan del Período Tardío (664 a. C. – 332 a. C.) y contienen sarcófagos, momias y ajuares funerarios. El equipo estaba trabajando en el cercano mausoleo de Aga Khan cuando encontró las tumbas. Nasr Salama, director general de Antigüedades de Asuán y Nubia, ha declarado a Ahram Online que las tumbas son arquitectónicamente similares. Todas ellas presentan escalones que conducen a la entrada, seguida ésta por una pequeña cámara funeraria. En el interior de estas cámaras los investigadores han encontrado sarcófagos de piedra y momias, además de objetos como un ataúd dorado, una máscara funeraria pintada, piezas cerámicas y vasos canopos.
Los ajuares funerarios constituían un elemento muy importante de los enterramientos del antiguo Egipto. Como explicaba el autor de Ancient Origins Dhwty en este artículo sobre los enigmáticos conos funerarios:
“Los antiguos egipcios prestaban mucha atención a la vida tras la muerte, y hacían todo lo que podían para proporcionar a los muertos lo que necesitaban. Los ajuares funerarios se enterraban junto con los muertos para ofrecerles protección y sustento en el más allá. Los amuletos y hechizos mágicos, por ejemplo, protegían y ayudaban al difunto en su travesía al Inframundo, mientras que las figuritas conocidas como shabtis podían ser animadas mágicamente para realizar tareas al servicio del difunto en el más allá. Otros elementos enterrados habitualmente con los muertos eran joyas, cerámica, mobiliario y comida.”
Un estudio inicial de las tumbas sugiere que probablemente sean una extensión de la necrópolis de Asuán, que albergaba supervisores de los Imperios Antiguo, Medio y Nuevo. El equipo volverá a las tareas de excavaciones y conservación de las tumbas en el próximo mes de septiembre. Sus integrantes esperan poder aprender más sobre los difuntos sepultados en ellas cuando se reanuden los trabajos.
En junio del 2015, Mark Miller informaba para Ancient Origins de que otras seis antiguas tumbas egipcias pertenecientes a miembros de la élite de la Dinastía XXVI del Período Tardío faraónico fueron halladas en la necrópolis cercana al mausoleo de Aga Khan. Antes del hallazgo, solo se habían excavado tumbas de las dinastías del Imperio Antiguo y Medio en esa zona de Asuán.
Aquellas tumbas fueron saqueadas en los disturbios del 2011, pero aun así se pudieron encontrar varios objetos impresionantes, entre los que se hallaban algunos sarcófagos con sus momias intactas, estatuas del dios con cabeza de halcón Horus y sus cuatro hijos, y amuletos de diferentes colores, formas y tamaños.
La Dinastía XXVI ha sido considerada tanto un Renacimiento, tras marcharse los conquistadores asirios y proclamarse a sí mismos reyes los gobernadores egipcios, como el último suspiro de la que fue una gran cultura. Como escribía Mark Miller en su artículo:
“Los historiadores aseguran que la prosperidad de la época es evidente en los muchos templos que se construyeron por aquel entonces y en el esmero y la precisión con que reprodujeron antiguas obras de arte y textos literarios. Además, los arqueólogos han descubierto que el número de contratos escritos en papiro a partir de esa época empezó a incrementarse.”