En Orkney, hace unos 5.000 años, un alfarero neolítico se sentó y empezó a trabajar. En el proceso de creación de su vasija, el alfarero presionó un dedo en la arcilla húmeda y dejó una huella en la superficie. Esa huella dactilar es el último descubrimiento realizado durante el trabajo posterior a la excavación en el enorme conjunto de cerámicas prehistóricas recuperadas del Anillo de Brodgar, la colección más grande de cerámica Grooved Ware del Neolítico tardío en el Reino Unido.
La huella dactilar del alfarero fue descubierta por el especialista en cerámica Roy Towers mientras examinaba un fragmento de cerámica recuperado de Trench X, la extensión agregada a Trench P en 2016.
Para confirmar su hallazgo, los investigadores recurrieron a una técnica denominada imagen por transformación de la reflectancia, con la cual, por medio de un programa informático, combinaron varias fotografías captadas con diferente iluminación, creando un modelo muy pormenorizado del objeto que revela detalles no siempre visibles a simple vista.
Dado el uso generalizado de arcilla en la prehistoria, las huellas dactilares antiguas no son infrecuentes. Como resultado, la investigación sobre el uso arqueológico de huellas dactilares ha estado en curso durante varios años. Se espera, si los fondos lo permiten, que el análisis de la huella digital del Anillo de Brodgar revele el género y la edad del alfarero.
Al comentar el descubrimiento, el director de excavación Nick Card dijo: “Trabajando en un sitio de alto estatus como el Anillo de Brodgar, con sus hermosos edificios y una impresionante variedad de artefactos, puede ser muy fácil olvidarse de las personas detrás de este increíble complejo. Pero este descubrimiento realmente vuelve a enfocar a estas personas. Aunque el hallazgo de la huella dactilar no tendrá un gran impacto en nuestro trabajo, nos proporciona una conexión muy personal y conmovedora con los habitantes de las Orcadas neolíticas de hace 5.000 años”.