El desastre del Museo Nacional brasileño, fundado en 1818, no tiene modo de ser reparado. Las piezas históricas que se han perdido incluyen documentos del Imperio, artefactos grecorromanos, fósiles y la mayor colección de piezas egipcias de América Latina. Sin embargo, la imagen de un pequeño milagro ha dejado atónitos a los especialistas: un meteorito resistió a las llamas y yace incólume en medio del desastre de proporciones incalculables.
Los especialistas explicaron que la piedras que caen del espacio hacia la superficie de nuestro planeta son fragmentos de cuerpos extraterrestres, como asteroides o cometas, que sobreviven a la entrada de la atmósfera terrestre y a las altas temperaturas. Pero su origen es un misterio, más allá de las teorías que disparan el análisis de su composición. En el museo siniestrado está (o estaba) la mayor colección de meteoritos de Brasil, con 62 piezas. El más famoso se llama Bendegó, y fue hallado en Bahía durante el siglo XVIII, señala O Globo.
Las escenas de dolor de los trabajadores de la institución son conmovedoras: «Son 200 años del museo, esto es el trabajo de la vida de mucha gente, son colecciones zoológicas, botánicas… ¡todo perdido, todo perdido!», exclamó entre lágrimas Lilian, bióloga y vicerrectora del museo.