Kholat Syakhl: La Montaña de los Muertos.

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La misteriosa muerte de nueve esquiadores rusos.

El 25 de enero de 1959, diez experimentados esquiadores de la antigua Unión Soviética, se reunieron al norte de los Montes Urales para participar en una expedición que prometía ser divertida, esquiando monte a través por una ruta conocida, que supondría un ejercicio de entrenamiento para una futura expedición a las regiones árticas, más difíciles y peligrosas, o eso creían ellos. Solo uno sobrevivió. Los nueve restantes murieron de manera tan extraña y espantosa que todavía sigue siendo un misterio, pese a tener el material fotográfico del equipo y tratarse de la búsqueda mejor documentada de la historia rusa.

El líder de la excursión era Igor Dyatlov, el equipo lo formaban dos mujeres y ocho hombres: un instructor de esquí, tres ingenieros y siete estudiantes del Instituto Politécnico de los Urales, ubicado en la ciudad entonces conocida como Sverdlovsk (antes y ahora, Ekaterinburgo) ,su destino era la cercana Sierra Otorten, al norte de los Urales.

Además de Igor Dyatlov (23 años), iban Yuri Yudin (en la fotografía con gorro de rayas), Yuri Doroshenko (21), Zinaida Kolmogorova (22), Lyudmila Dubinina (21), Alexander Kolevatov (25), estudiantes; Alexander Zolotariov (37), guía; Rustem Slobodin (23), Georgyi Krivonischenko (24) y Nicolás Thibeaux-Brignollel (24), ingenieros.

Establecieron el primer campamento en el asentamiento de cabañas de madera de Vizhai. Allí es donde Yuri Yudin, el único superviviente, cayó repentinamente enfermo y tuvo que abandonar la expedición. Una antigua lesión en la espalda le impedía seguir adelante. En aquel momento sintió envidia por sus compañeros, el resto de su vida la angustia de no saber qué les había ocurrido. ¿O sí sabia algo y por eso no los acompañó?

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Dos días después partía la expedición. Su primer destino era la montaña Gora Otorten (N 61° 51′ 39” E 59° 21′ 54”), de allí viajarían durante 100 kilómetros al sur a lo largo de la cresta principal de los montes Urales, hasta el pico Ojkachahl. Después seguirían al norte por el curso del río Toshemka, al este de la ciudad de Vizhai. Actualmente ésta sería una ruta de dificultad “promedio”, para ellos era mucho más extrema, pero no hay que olvidar que en ese tiempo la URSS valoraba a los deportistas de élite, lo que llegaba a exigirles más de la cuenta. Llegaron a Gora Otorten y allí establecieron el primer y último campamento base, algo ocurrió esa misma noche que acabó con la vida de los nueve esquiadores que sigue siendo un misterio, muy documentado, pero un misterio.

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Su ruta, según los mapas de Igor Dyatlov, seguía el valle del río Auspii, cruzaba una zona boscosa hasta la base de la montaña Kholat-Syakhl (que en el dialecto mansi, tribu que habitaba el norte de los Urales, significa “la montaña de los muertos”), a 10 kilómetros de Gora Otorten. Allí es dónde colocan el campamento. Durante el camino siguieron una ruta de un cazador de ciervos mansi, que había marcado el camino el día anterior. Estas fotos fueron las últimas que sacaron una vez instalado el campamento, se les ve muy alegres y tranquilos.

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Según los cálculos realizados y las previsiones del equipo, llegaron al lugar el 1 de febrero. Todos murieron durante la noche.

La fecha prevista de regreso era el 11 de febrero. Una vez hubieran llegado al campamento de Vizhai, tenían previsto envíar telegramas a sus parientes anunciando el éxito de la misión. Al transcurrir más de una semana y no tener noticias de los jóvenes, las familias piden al Instituto Politécnico que comience su búsqueda. El rastreo empezó el 21 de febrero, pero no tardan en darse cuenta de la complejidad del rescate y se pide ayuda militar y civil.

Un compañero del Instituto Politécnico de los desaparecidos, Mikhail Sharavin, encabeza el grupo de rastreo. Al equipo de búsqueda se unen dos aviones y un helicóptero. El 25 de febrero, un avión militar que sobrevuela la zona encuentra los restos del campamento. El equipo de rastreo se dirige al lugar. Al llegar, encuentran el campamento abandonado en la ladera oriental de la montaña, conocida como la zona 1079, Kholat-Syakhl o Montaña de los Muertos, según con quien hables, militares, senderistas o tribus de la zona. La ladera occidental de la montaña es famosa por los aludes que allí se producen con facilidad, pero esa noche no hubo ninguno.

Descubren una tienda de campaña cubierta de nieve y destrozada. Dentro no hay rastro de los chicos, pero sí todas sus pertenencias, ropa y zapatos incluidos. Rodeando a la tienda hay numerosas huellas de pisadas, de al menos ocho personas, unas descalzas, otras con un solo zapato, sin un rumbo claro, más bien caótico.

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Del grupo de pisadas surge una hilera en dirección noreste, descendiendo hacia el bosque, que al menos siguieron dos personas. El equipo sigue el rastro. Sharavin explora la zona y cerca de los árboles encuentra lo que parece ser los restos de una hoguera o un fuego improvisado, a apenas 500 metros de la tienda. Y allí mismo, junto a un árbol, encuentran los dos primeros cadáveres, se trataba de Krivonischenko y Doroshenko, los dos descalzos y en ropa interior, pese al frío que hizo esa noche. Los dos estaban cubiertos por ramas caídas del árbol llenas de nieve. El fuego había quemado las ramas del árbol hasta casi los cinco metros.

Cuando el forense investigó el tronco, vio que estaba cubierto de trozos de piel y carne humanas. Los cadáveres tenían las manos destrozadas, por lo que se supone que intentaron trepar desesperados, cediendo las ramas a su peso. No había rastro de ningún animal, pero algo tuvo que aterrorizarlos hasta tal punto de hacerles salir corriendo de la tienda sin vestirse e intentar subir a un árbol desollándose las manos.

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Cerca del lugar, a unos 270 metros y en dirección a la tienda de campaña, encontraron el tercer cadáver, el del líder del grupo,Igor Dyatlov . Su encuentro no es menos sorprendente, estaba tumbado boca arriba, con la cabeza en dirección a la tienda, en una mano sujetaba una ramita, y con el otro brazo se cubría la cara, protegiéndose. 180 metros más adelante en dirección a la tienda, encuentran el cadaver de Rustem medio cubierto por la nieve, de cara al suelo y con una fractura de 17 centímetros en la cabeza. Cerca hay restos de sangre, los siguen y encuentran a Zinaida, la que más se acercó a la tienda después de haber huido. La sangre no se pudo comprobar que fuera suya, pero no parecía serlo.

Las sorpresas no acababan aquí. Al examinar la tienda, comprobaron que estaba hecha jirones, pero los cortes no se produjeron desde el exterior, sino desde el interior de la misma, por lo que fueron los propios chicos los que en un intento desesperado de huir, rasgaron la tienda.

Entre los restos de la tienda junto a la ropa encontraron sus diarios y varios royos de película sin revelar, de los que salieron parte de las fotografías mostradas. Lástima que no hubiese filmación en vídeo, porque la historia recuerda a películas tipo bruja de Blair.

El resto del equipo no apareció hasta que se produjo el deshielo. El cuatro de mayo aparecen los restos de los desaparecidos en un barranco de unos cuatro metros de profundidad, bastante cerca del árbol donde encontraron los dos primeros cadáveres. A diferencia del resto de sus compañeros, que aparecieron en ropa interior, éstos estaban vestidos, pero con prendas al azar. Todos los cuerpos sufrían graves daños. Lyudmila tenía fracturas simétricas en las costillas con hundimiento de la caja torácica a la altura del corazón. Zolotarev tenía rotas las costillas del lado derecho. Thibeaux tiene el cráneo aplastado y de Alexander Kolevatov no se dice mucho, salvo que estaba allí.

Pero esto no es todo, al examinar el cadaver de Lyudmila, la cabeza estaba echada hacia atrás (con la fractura en el torax le costaría mucho respirar), la boca muy abierta y sin lengua ni la carne que recubre la cavidad bucal. Respecto a la ropa, el pie de Dubinina fue envuelto en una pieza hecha jirones del pantalones de lana Krivonishenko y Zolotaryov llevaba el sombrero de piel sintética Dubinina y su abrigo.

Durante los funerales, fueron varios los familiares que afirmaron que la piel de los fallecidos era de un extraño color naranja, y su cabello se había vuelto gris. Además, se encontraron mediciones altas de radioactividad es varias prendas analizadas, que aunque en posesión de otros, pertenecían a Lyudmila.

¿Y a qué conclusión llega el equipo forense?

Según el estudio de los cadáveres todos murieron de hipotermia, algo lógico al encontrarse a 20 º bajo cero. Las fracturas de Lyudmila, Zolotarev y Thibeaux eran mortales, pero no se descarta la hipotermia como causa final o acelerante.

Nadie sabe qué ocurrió aquella noche , pero paradójicamente, el caso está documentado al detalle. De las fotografías tomadas por el propio equipo y sus diarios, se pueden reconstruir todos sus pasos. Se les ve felices y sin ningún problema que les afecte al llegar al lugar donde acamparían. Comieron de 18.00 a 19.00, como demuestra el contenido de los estómagos, y la comida sin digerir indica que el incidente y la sucesiva muerte de los nueve se produjo entre los intervalos que van desde las 21:30/23:30 del 1 de febrero y las 01:30/02:45 de la madrugada del 2 de febrero.

Fue en el primer intervalo de tiempo cuando se produjo lo que los investigadores llaman “evento desconocido”, algo que les produce tanto miedo que les impulsa a romper la tienda para huir colina abajo casi sin ropa, señal de que el peligro que les acechaba en la tienda era más temible que morir de frío.

Se dispersan en tres direcciones distintas en tres grupos, pero se las apañan para reunirse cerca del árbol donde encienden el fuego. Un fuego puede atraer a aquello que les asusta, que sigue en la tienda porque no regresan a ella, pero se están muriendo literalmente de frío.

Llegados a este punto se barajan tres hipótesis de por qué Krivonischenko y Doroshenko se suben al árbol, la hipótesis de buscar protegerse de algo pierde fuerza, o bien intentaban conseguir más leña para la hoguera o alcanzar un punto de visión de la tienda, ladera arriba, para ver si podían volver. Al estar congelados, tal vez ni notasen que se destrozaban las manos. Ellos dos son los primeros en morir de frío, probablemente sus compañeros les cubren con las ramas, y el grupo vuelve a separarse. Dyatlov, Rustem y Zinaida deciden acercarse a la tienda, pero van cayendo sucesivamente. Los tres mueren de hipotermia, aunque Dyatlov parece protegerse de algo o alguien y Rustem presenta una herida en la cabeza.

Los cuatro restantes se esconden, en este momento pueden sufrir las lesiones que el forense compara con un accidente de tráfico. Lesiones extrañas, ya que dañan el interior pero no producen ninguna lesión ni hematoma externo, aunque no es de extrañar debido a la congelación de los cuerpos. Cayeron por el barranco o se refugiaron en él. Una caída podría provocar los daños, aunque la altura es mínima, pero ellos ya estaban en malas condiciones. El primero en morir es Thibeaux, le sigue Lyudvina, que ha hecho girones los pantalones de Krivonischenko, ya muerto (lo que justifica que apareciera en ropa interior) para cubrirse los pies. Cuando ella muere, Zolotarev se pone su gorro y su abrigo, aunque no le sirve de mucho porque es el siguiente en fallecer. Kolevatov es el último en morir de hipotermia. Probablemente fue él el que cubrió a su compañero con el abrigo de la fallecida.

¿Qué pudo aterrorizar a un grupo de nueve personas, acostumbrados a acampar en parajes extremos, y con una gran fuerza física?. No eran colegiales de campamento con miedo a la oscuridad.

El hecho de que no llevaran ropa también es extraño, porque aun refugiados en la tienda de campaña, con una temperatura tan baja ningún experto se quitaría la ropa. Su comportamiento parece un ataque de histeria colectiva, pero al analizar sus pasos, se aprecia que eran completamente conscientes de lo que estaba ocurriendo, son capaces de reunirse después de la huida, se mantienen juntos o en grupos y hasta son capaces de encender una hoguera en la nieve.

Otro dato curioso es que un ayudante del forense aseguró que fueron 11 los cadáveres encontrados, pero los otros dos desaparecieron inmediatamente.

No tardaron en circular diversas hipótesis, desde las más descabelladas a las que parecen más razonables. El caso tuvo mucha publicidad por tratarse de nueve jóvenes, pero se cerró con otra incógnita más: los nueve esquiadores murieron por “causa mayor” o “fuerza sin identificar”, según el ejército ruso, que cerró el paso de la montaña durante tres años. El mismo que ahora lleva el nombre del jefe de la expedición, paso de Dyatlov, donde una placa recuerda a los nueve fallecidos.

¿Qué esconde el monte Kholat Syakhl?

Después del desastre empiezan las preguntas. ¿Cómo es posible que nueve jóvenes, fuertes, con experiencia, sanos, mueran congelados por el miedo y por el frío?. Y después de las preguntas, las explicaciones, que como los peces de colores las hay de todo tipo, espero no dejarme ninguna en el tintero o mejor dicho en el teclado, que cada cual elija la que más le guste.

El monte Kholat Syakhl debe su nombre a una leyenda de la tribu Mansi (como ya dijimos, significa “Montaña de los Muertos” en mansi) que cuenta que en el pasado, nueve cazadores mansi murieron por la noche, de repente, sin síntomas de violencia. Fueron encontrados al día siguiente por sus compañeros, como dormidos, pero congelados, por lo que para ellos el monte se convirtió en una montaña embrujada. Según la leyenda, la montaña estaba habitada por lo que ellos llamaban “Almas”, que se llevaban la vida del incauto que entraba en la zona. También la montaña que era el destino de los esquiadores, Gora Otorten (Отортен), significa en mansi “No vayas allí”. Cuando la gente que habita estas tierras durante décadas te avisa de esta manera, habría que tenerles un poquito en cuenta, ¿no?

Teoría de las fuerzas sobrenaturales.

La tribu Mansi, cuya ayuda fue muy importante en las labores de búsqueda y rescate de los muertos, ya que se conocían la zona como la palma de la mano, lo tenían muy claro: los chicos fueron atacados por los espíritus de las montañas. Fantasmas, seres etéreos, que eran los verdaderos dueños de la zona. No aceptaban intrusos, protegían todo el entorno de las agresiones que los humanos hacen a la naturaleza. Los muertos de su tribu eran cazadores, y los pocos cazadores que se adentraban por la zona procuraban no quedarse de noche.

Los chicos eran más que intrusos, eran “extranjeros”, cortaban ramas de los árboles, hacían fuego, en cualquier momento pudieron faltar al respeto a los espíritus de la montaña y lo pagaron caro.

Si tenemos en cuenta los diarios encontrados en la tienda, Igor Dyatlov escribe que su ruta sigue un camino de caza mansi, y que el día anterior un cazador había recorrido la zona. Ellos dejan marcas en los árboles, diciendo cuántos cazadores pasan por el lugar y a qué clan pertenecen. En una de las fotografías de las cámaras encontradas en la tienda, se ve a Igor posando junto a una de estas marcas.

“Mansi, Mansi, Mansi. Estas palabras se repiten con más frecuencia en nuestras conversaciones. Mansi son gente del norte. Personas muy interesantes y únicas que habitan en los Urales Polares del Norte, encerrados en la región de Tyumen. Ellos tienen un lenguaje escrito y dejan signos característicos en los árboles del bosque”. Escribió Igor el 30 de enero.

¿Fueron los espíritus de las montañas los que aterrorizaron a los jóvenes? ¿Les paralizaron de miedo hasta que murieron congelados?

Lo cierto es que la maldición del nueve se repite. Los cazadores mansi muertos de la leyenda eran nueve. Los esquiadores del equipo de Dyatlov eran nueve. En 1960 un avión con nueve personas, entre pilotos y geólogos, se estrelló en la misma falda de la montaña. Murieron los nueve, y al recuperan la caja negra no encontraron ninguna explicación del accidente. Actualmente, los excursionistas evitan pasar en grupos de nueve.

Teoría fenomeno OVNI.

Siempre que hay una historia misteriosa surge la idea de que ha sido producida por organismos alienígenas.

La idea vino esta vez del testimonio de un grupo de excursionista que se encontraban acampados varios kilómetros al sur, que afirmaban haber visto la noche de las muertes varias esferas de color naranja sobrevolando la zona donde se encontraban los esquiadores.

Curiosamente, uno de los defensores de esta teoría era un militar, que no podía mostrar las pruebas por estar clasificadas pero aseguraba que existían. Este caballero era Lev Ivanov. Tuvo muy en cuenta el testimonio de los excursionistas y en esa dirección dirigió su investigación, pero le obligaron a cerrar el caso y sus archivos fueron clasificados. Una vez desclasificados los archivos del incidente con la caída de la URSS, estos supuestos archivos ovni no aparecieron con el resto. Ivanov insistía en que precisamente los suyos, se encontraban entre los “no desclasificables”

La teoría de Ivanov apunta a que durante la noche del 1 de febrero, varias esferas de color naranja, vistas por los excursionistas que fueron testigo y varios habitantes de ciudades de la zona, y de procedencia alienígena, sobrevolaron el campamento de los nueve esquiadores. Cundió el pánico y huyeron. Tal vez no les atacaran, pero en aquellos años el miedo a luces en el cielo estaba muy arraigado. Estamos en plena guerra fría… O tal vez sí les atacaron, obligándoles a huir de la tienda y abandonarla, escondiéndose en el bosque. Las heridas que sufrieron cuatro de los esquiadores, según Ivanov, podrían deberse a la colisión de una nave y el impacto de algún fragmento.

No se encontraron restos de ninguna nave, pero para Ivanov la respuesta está en la rápida actuación del ejército, que pudo llevarse los restos. Los primeros en encontrar el campamento fueron soldados soviéticos a bordo de un avión. Hasta que llegó el equipo de rescate del Instituto Politécnico y los civiles pasó al menos un día, porque ya se habían alejado de la zona, y desde un principio pensaban encontrarlos vivos.

La coloración de la piel y el cabello, la radiactividad en la ropa y la parálisis de los cuerpos, indicaban a Ivanov que fueron objeto de un ataque alienígena. También le parecía muy a tener en cuenta la ausencia de la lengua de Dubinina era similar a las mutilaciones de ganado.

Es curioso que esta afirmación venga de un militar. ¿Se lo creía realmente o intentaba tapar algún asunto del ejército?

Teoría del ataque del Yeti.

El Yeti tampoco podía faltar. Excursionistas muertos en las montañas bajo la nieve de los montes Urales, donde se decía que habitaba el abominable hombre de las nieves. Ya desde un principio si empezamos insultando exista o no, sea bueno o malo, a mí si de entrada me llaman abominable me cabreo mucho, me imagino que más el bicho en cuestión.

Los que apoyan esta teoría, afirman que el aterrador rugido del Yeti fue los que asustó a los jóvenes y lo que les impulsó a salir corriendo. Las heridas sufridas por algunos serían la consecuencia de la costumbre de tirar piedras gordas contra la gente del animalito, unido a su fuerza descomunal.

No aparecieron piedras gordas fuera de contexto por la zona, ni pisadas de Yeti, pero alegan los yetiadictos, que tampoco se buscaron.

Teoría sustancias toxicas.

Cierto que un chupito de vodka para entrar en calor no está descartado. Apareció una botella dentro de la tienda, pero no se indica si vacía o llena. También la teoría de la comida en mal estado se barajó en un principio. Que hubieran ingerido bayas alucinógenas (que broten en la nieve…) o sustancias por el estilo.

Eso explicaría, según esta teoría, el repentino calor que sintieron, el ataque de pánico, la desorientación, las alucinaciones… pero no sabemos si sufrieron alucinaciones o estaban viendo algo real, de hecho el grupo se organizó bastante bien protegiéndose del peligro, que era la tienda. Todos parece que vieron lo mismo por su forma de actuar, se mantienen juntos en todo momento, y no están nada desorientados, porque en la oscuridad de la noche y soplando un viento que arrastraba la nieve, fueron capaces de encontrarse.

En el análisis del contenido de los estómagos de los cinco primeros encontrados y del resto de los órganos de los cuatro restantes, no se cita la presencia de ningún tipo de sustancia extraña. Esta salida habría sido muy provechosa de haber encontrado algo y culpar a los alucinógenos, aunque tratándose de deportistas y de jóvenes de posición respetable, las familias no lo hubieran dado por válido. Está claro que no eran unos irresponsables y drogarse en lugares extremos no es de inteligentes.

Leyendo sus diarios se aprende mucho sobre ellos. Al margen de la botella de aguardiente que todo ruso lleva en la estepa Siberiana, estaban dispuestos a no fumar. Kolmogorova escribe en su diario: “Los chicos juraron solemnemente que no fumarían durante todo el viaje. Me pregunto cuánto tienen de fuerza de voluntad, si se puede vivir sin cigarrillos?”.

El último abastecimiento antes de subir al tren que les llevaría a través de la taiga fue en Zavchoz el 23 de enero. Compran harina de avena, latas y carne en conserva. Kolmogorova apunta que se olvidaron de la sal.

Que hubieran ingerido algún producto en mal estado no se puede descartar, ni el hecho de que uno o dos de ellos atacara a los demás, pero eso no explica el miedo ni la muerte de los nueve. A no ser que no fueran conscientes de lo que estaban tomando… También se habla de “Nieve Tóxica”, cuya agua pudieron beber al derretirse. La nieve tóxica sería el producto de experimentos químicos y biológicos del ejército, bombardeos, fugas de centrales, que al subir a la atmósfera se transforma en lluvia y forma la nieve de las montañas.

Teoría del ataque de tribus autóctonas.

En esta zona habitaban la tribu de los Mansi. Los mansi también fueron sospechosos de las muertes de los esquiadores, por la coincidencia del número nueve, por adentrarse en sus territorios, pero pronto fueron descartados como culpables, de hecho, su ayuda fue muy importante en las tareas de búsqueda.

Se decía que podían estar enojados con los chicos por entrar en territorio sagrado, pero esa zona para ellos no era sagrada en absoluto, al contrario, pensaban que estaba embrujada.

Aunque les hubieran atacado guerreros mansi armados, los esquiadores también iban armados. Llevaban un fusil, un hacha y varios cuchillos, exceptuando algún cuchillo que apareció con los cadáveres, todo lo dejaron en la tienda. Si te atacan ladrones o gente de la tribu molestos, primero no huyes sin las armas, y segundo, los ladrones habrían saqueado el campamento, y no se llevaron nada. Y aparte de las huellas de los chicos y los posibles destrozos que causara el equipo de rescate (añado otra vez que esperaban encontrarlos vivos, por lo que no fueron muy cuidadosos con dónde pisaban al descubrir el campamento) no había rastro de más personas.

Las huellas de la fotografía son las que se usaron para seguir el rastro del grupo, conducían hacía el árbol dónde aparecieron los dos primeros cadáveres. Se les llama “huellas en columna”, una vez prensada la nieve, la huella se congela y al soplar viento que arrastra el polvo de nieve que las rodea, quedan estas curiosas formaciones, que son las que tuvieron en cuenta para localizarlos. Son las huellas de un grupo de ocho a nueve personas, caminan juntas aunque en algunos tramos alguien se desvía del grupo y vuelve a unirse más adelante. Son huellas antiguas, muy diferentes de las que podrían dejar los equipos de rescate. Pocos de los pies llevan zapatos y la dirección coincide con la posición de los cuerpos.

Llevan un paso organizado, todas las demás pisadas caóticas alrededor de la tienda lo más probable es que pertenezcan al equipo de rescate, por lo que la teoría de la huida a lo loco no se sostiene. Abandonaron con mucha prisa la tienda, sí, pero sabían hacia dónde se dirigían.

También se especuló con un posible ataque de fugitivos ocultos en la montaña. Siberia, en el momento de la tragedia era todavía una tierra de Gulag o deportación de presos políticos. Muchos campos de concentración pequeños se dispersaron por toda la región. El más cercano era el de Ivlag a pocos kilómetros del sitio de una tragedia. En ocasiones hubo fugas, los presos se escapan y se esconden durante años e incluso décadas, juntos en lugares aislados.Los jóvenes pudieron convertirse en testigos no deseados y ser asesinados. Muchos de los presos políticos lucharon en los frentes de la Segunda Guerra Mundial, sabían cómo matar y no les preocupaba hacerlo. Pero sin en un solo día estas pobre criaturas se congelaron, no me imagino un campamento de fugitivos en un lugar tan inhóspito, sin contar con que no hay rastro de ellos ni los mansi tienen noticias suyas.

Por otra parte Yury Yudin, que tuvo que reconocer el equipo, la ropa y los cuerpos de sus amigos, descubrió un pedazo de tela que no pertenecía a ninguno de los miembros del grupo. Era un “obmotki”, una pieza de ropa que se usaba para envolver alrededor de los pies o las piernas para mantener el calor, enrollándolo como una venda. Tienen una forma característica y es de un material determinado. Se utiliza ampliamente entre los soldados en los años 40 y después entre los prisioneros de los campos de concentración de Stalin. Y quién sabe si no lo seguiría usando algún soldado de la época. Nadie sabe cómo llegó aquí y nadie sabe cómo desapareció de la sala de pruebas. Pero lo hizo.

Teoría de una avalancha.

Esta fue la primera versión casi oficial. El tiempo había empeorado dificultando la visibilidad, ellos mismos lo explican en sus diarios. La zona de la montaña que eligieron para acampar era propensa a sufrir avalanchas y ellos lo sabían, por eso una de las dudas que surgieron fue por qué eligieron ese lugar, que no era el más apropiado. Se pensó que debido al mal tiempo se equivocaron de camino, y demasiado cansados para retroceder, acamparon en ese lugar. Yuri, el único superviviente, no opinaba lo mismo; conocía la forma de pensar de Dyatlov, y en su opinión, sí es cierto que el mal tiempo les retrasó más de lo previsto, y la acampada debía ser 20 kilómetros más adelante, una vez pasada la falda de la montaña, pero en lugar de retroceder y perder más tiempo o avanzar que era más peligroso, lo más lógico era que acamparan justo donde lo hicieron. Era cierto que en esa ladera se producían avalanchas ocasionales, pero nada indicaba que fuera a ocurrir una, y estaban lo suficientemente alejados para huir y protegerse.

Teniendo esto en cuenta, no es descabellado pensar que el miedo a un desprendimiento de nieve no estuviera presente entre ellos, habían aceptado un riesgo. La teoría oficial continua indicando que durante la noche, un potente ruido les hizo creer que se estaba produciendo un alud, de ahí su salida precipitada de la tienda y el correr a ponerse a salvo en el bosque.

No hubo ninguna avalancha ni esa noche ni después, la nieve que cubría la tienda y los cuerpos era mínima y la justa en una montaña donde cae la nieve. El equipo de los jóvenes (los esquíes, etc) estaba clavado rodeando la tienda tal y como lo dejaron ellos, así lo demuestran las últimas fotos tomadas por el equipo y las del grupo de rescate. De haber un movimiento en la nieve, estarían cubiertos o desplazados y no es así.

No hubo desprendimientos, por lo que la teoría oficial continua diciendo que el ruido que les asustó pudo ser el de un avión en pruebas, cerca hay una base militar, y eso explicaría las luces naranjas que vieron los excursionistas. Unos deportistas cualificados saben distinguir el sonido de un avión y el de la nieve deslizándose, pero aunque así no fuera y la tensión les hiciera separarse de la tienda, al ver que no había peligro y que se estaban congelando, hubieron vuelto a por su ropa de abrigo, cosa que no hicieron.

Es de día, y en el diario del grupo indican que la temperatura es de -18º a -24º de día. El sol está a punto de ponerse, a las 17:02 horas. La última anotación del diario de Dyatlov, dice:

“No podemos dejar que cualquiera en nuestra situación comience el ascenso a las montañas. A cerca de 16:00. Debemos elegir el lugar para la carpa. Hay viento, un poco de nieve. La capa de nieve es de 1,22 metros de espesor. Cansado y agotado, empezamos a preparar la plataforma para la tienda. La leña no es suficiente. No cavaremos un hoyo para el fuego. Demasiado cansado para eso. Cenamos justo dentro de la tienda. Es difícil imaginar un gran consuelo en algún lugar de la cordillera, con un viento penetrante, a cientos de kilómetros de distancia de los asentamientos humanos.”

Los daños en los cuerpos tampoco los pudo producir una avalancha, porque la línea de pisadas se aprecia que todos salieron por su propio pie, sin embargo, la herida del cráneo y la del tórax los inmovilizaría por completo y de inmediato. Les tendrían que sacar sus compañeros de la tienda y llevarlos con ellos, pero no hay marcar de arrastre y precisamente los más heridos fueron los últimos en morir.

¿Alguien se ha fijado en una especie de crucecita que se aprecia en la fotografía que toma el equipo de rescate de la tienda?

Fue tomada el 26 de febrero. El que está de espaldas es Vadin Brusnicin, compañero de los fallecidos del Instituto Politécnico y de los primeros en comenzar la búsqueda. La tienda es inconfundible, ya que la fabricaron uniendo dos carpas Igor Dyatlov y su amigo Boris Slovkov, que fue quien encontró e identificó la tienda. Es la primera foto tomada de la tienda, cuando aun creían que encontrarían vivos a sus compañeros. La cruz no tiene ningún significado religioso, ya que estamos en la antigua Unión Soviética, un estado ateo. Y esa misma cruz aparece en la última foto del equipo perdido mientras montaban esa misma tienda, el 1 de febrero. O bien se trata de parte del equipo o de una señal para saber dónde establecerse. No está cubierta por la nieve.

En 25 días las condiciones climáticas no cambiaron mucho.

Teoría de la conspiración militar.

La que casi todos tienen en mente. Y después de analizar las anteriores, muchas pistas apuntan a ella. Armas químicas, misiles de prueba, prototipos de aviones sobrevolando la zona…

No era desconocido para nadie que aquella fue una zona de maniobras militares. Gran parte de la zona era militar. Ekaterimburgo estaba rodeada de misiles antiaéreos. En esos años estaban probando un prototipo de misil que fallaba más que una escopeta de feria. Quitar de en medio a testigos inoportunos no es era un problema para ellos. Se supone que conocían la ruta que seguirían los chicos, pero los accidentes ocurren. Cerca de Sverdlovsk existía un gran complejo de experimentación de armas químicas.

Entre los tipos de armas que se podían estar experimentando, se habla de algo que explotó, aunque no aparecieron restos, lo que explicaría los daños físicos en cuatro de los chicos. Algún tipo de spray paralizante, resonancias ultrasónicas que producen confusión momentánea, un fuerte reflejo que pudo cegarlos, un arma química. Cualquier cosa que justificara su huida y por qué no volvieron a la tienda. Eran testigos incómodos y había que ejecutarlos. Aviones de prueba sobrevolando la zona, y tal vez rociando algún producto, no se puede descartar.

¿Y qué opinaba Yuri? Él siempre estuvo convencido de que los militares tuvieron algo que ver. Tuvo que reconocer los cuerpos de sus amigos, que a juzgar por las fotografías de los cadáveres no tuvo que ser nada agradable y explicar qué prenda era de quién. También identificó dos materiales que no pertenecían al grupo, una tela militar y unas gafas, militares. Se encontraron tres cámaras dentro de la tienda, todas con fotografías similares desde distintas perspectivas, pero él insistió en que eran cuatro las cámaras que llevaban sus compañeros. También faltaba uno de los diarios.

Yuri Yudin también menciona que en algún momento de la investigación, vio unos documentos en los que indicaba que los militares comenzaron las indagaciones 10 días antes de que empezara la búsqueda oficial por la gente del Instituto Politécnico. Pero estos documentos también desaparecieron. También vio cómo se sacaban de la sala de autopsias recipientes con los órganos de sus amigos para enviar al laboratorio, que nunca llegaron. Y si llegaron, no hay informes de ellos. A pesar que los informes forense preliminares son muy detallados y profesionales.

El barranco donde aparecieron los últimos cuatro esquiadores, era una fosa cavada por ellos mismos aprovechando el desnivel del barranco, en teoría para protegerse del frío, pero allí aparecieron los más heridos. Tal vez fue en primer refugio al apagarse el fuego del árbol.

Teoría de espionaje.

Por último, se ha llegado a afirmar que al menos uno de los miembros del equipo era un doble espía infiltrado. También hay quien opina que todos eran espías o estaban trabajando en algún proyecto secreto dentro del Instituto Politécnico. Sí es cierto que tres eran estudiantes de ingeniería, pero el resto de radio y economía. El sospechoso es el guía, Zolotariov, es mayor que el resto (37 años), usaba un nombre falso (no se llamaba Alexandre, sino Zenem) de origen cosaco y estuvo en el ejército. Era un veterano de guerra de un pelotón del que solo sobrevivió un 3%, tenía tres medallas al valor, cuando como mucho los veteranos tenían una, antes de la segunda ya estaban muertos.

Eso explicaría por qué había una prenda contaminada de radiactividad, aunque leve. En aquella época, los occidentales no tenían un acceso fácil para infiltrarse como espías, por lo que contrataban a ciudadanos rusos. Su misión era localizar los lugares dónde podría enriquecerse uranio, por eso intercambiaban con el espía en cuestión un objeto o una prenda impregnada de radiactividad. La central nuclear secreta de Tomsk-7 fue descubierta así, mediante el intercambio del gorro de un esquiador contaminado de radiación. Se supone que Zolotariov era un doble espía, le contactaban para entregar una prenda contaminada pero era una trampa para que la KGB diera con el occidental.

Muchas teorías, pero ninguna solución.

En las fotografías de los cadáveres (que no publicamos ahora), éstos están vestidos. Cuando se habla de ropa interior realmente habría que hablar de “ropa de interior”,o se dice que los fallecidos estaban medio desnudos, realmente no es cierto. Los esquiadores llevaban dos tipos de ropa, la de estar dentro de la tienda, que es la que se considera como ropa interior (ropa de interior, de interior de la tienda), y la de abrigo de exterior. La ropa de interior eran camiseta de manga corta, camiseta de manga larga, jersey (uno o dos), pantalones gruesos y varios pares de calcetines. También tenían un calzado especial para andar por la tienda. Salen de la tienda con la ropa de reposo dejando la de abrigo de exterior y los dos pares de zapatos. es raro que no llevaran puestos sus zapatos de interior de la tienda, puede que el incidente ocurriera justo cuando se estaban cambiando de calzado.

Los cadáveres encontrados bajo el árbol sí llevaban poca ropa, pero porque sus compañeros la cortaron en jirones para abrigarse, una vez estaban muertos y seguramente en rigor mortis, por eso tuvieron que cortar la ropa.

Esto descarta la teoría del “desnudo paradójico” por hipotermia, que viene a decir que en momentos de hipotermia extrema, los afectados comienzan a quitarse la ropa, desorientados. Ellos no estaban desorientados, porque intentaban mantener el calor por todos los medios. Pero un par de jerseys de lana y unos pantalones, en una noche que superó los -20º centígrados (se llega a especular con una sensación térmica de unos -30º debido al fuerte viento que soplaba), es prácticamente como estar desnudo.

Informe forense.

El misterio de las muertes sigue siendo un misterio, pero al menos sabemos cómo murieron. Cuál fue la fuerza fuera de lo común que lo provocó, sólo puede intuirse.

Las autopsias de los cinco primeros cadáveres, se llevó a cabo en un pueblo de Vizhai por Boris Alekseevich Vozrojdenniy (irónicamente, su apellido significa “renacer”). Doroschenko, Krivonischenko, Dyatlov y Kholmogorova el 4 de marzo. Rustem Slobodin fue descubierto el 5 de marzo, por lo que su autopsia se produjo el día 8. Todos tenían contusiones, hematomas, abrasiones por congelación, congelación, manchas marrones (producto de las quemaduras en el hielo) y murieron de hipotermia.

Los cuatro restantes los encontró un cazador mansi con su perro. La zona de deshielo se había convertido en un arrollo, la carne congelada y mojada después los dejó muy deteriorados.

A los cuatro les faltaban los ojos y parte de la piel de la cara. Lyubina no tenía lengua ni parte de la cara incluido el labio superior. En el estómago encontraron sangre, podría ser de la hemorragia torácica o la lengua la perdió viva. Las costillas rotas del torax habían perforado la aurícula derecha del corazón.

El golpe en la cabeza de Thibeaux, con hundimiento y fragmentación del hueso temporal, le produjo una hemorragia que le dejaría sin sentido inmediatamente. Zolotariov también tenía las costillas del lado derecho fracturadas, le herida era abierta. Los tres murieron a consecuencia de las heridas, Kolevatov tenía el cuello en una posición extraña, parece que murió de hipotermia.

La tienda.

En un principio se pensó que los desgarros en la tienda se produjeron desde fuera, fue en el almacén de pruebas donde la señora de la limpieza sugirió que parecían estar hechas desde dentro. Tenía razón, tuvieron que aceptar esta teoría. El misterio sigue aquí, en la tienda de campaña, junto con sus objetos personales, su ropa de abrigo y el motivo que provocó su muerte.

La última fotografía.

Se dice que ésta es la última fotografía que hicieron los chicos. La cámara pudo dispararse por accidente, en el techo de la tienda había una lámpara. O también pudo dispararse después, durante la manipulación de los objetos encontrados.

La radiactividad.

Yuri Krivonischenko (Юрий Кривонищенко) trabajó en Chelyabinsk-40, una instalación nuclear secreta que sufrió un desastre que se conoce como el “Accidente Kushtumkoy”. El 29 de septiembre 1957 la planta de plutonio experimentó fuga radioactiva. Krivonishenko fue una de las personas que se envió para limpiarlo. Pensaron que la ropa radiada podía ser suya, algo absurdo, Yuri tenía más conocimientos sobre la radiactividad que la mayoría de la gente en el momento y es muy poco probable que guardaba alguna de la ropa que llevaba dos años antes del viaje. Sobre todo sabiendo que estaba contaminada. Pero es un dato importante saber que al menos dos miembros del equipo sabían lo que era exponerse a las radiaciones. ¿Encontraron algún resto de material radiactivo por la zona, lo llevaron a la tienda y allí comprobaron lo peligroso que era?. Que falten cosas de la tienda no es raro, cuando una vez avistada por el ejército, tardaron 14 días en dar el aviso, si tenemos en cuenta las declaraciones de Yuri Yudim.

Aun así la radiactividad era leve, y se centraba en una sola de las prendas (hay discrepancias entre el abrigo de Dubinina y los pantalones hechos jirones y usados por ella de su compañero muerto). En cuanto a la lengua de la mujer, el las fotografías se la ve cabeza abajo, con la cara sumergida en el arroyo que se formó durante el deshielo.

Actualmente, el paso Dyatlov se ha convertido en lugar de atracción morbosa turística. Siete de los fallecidos están enterrados en el cementerio de Ekaterinburg. Por razones desconocidas, los cuerpos de y de fueron trasladados a otro cementerio más alejado al que está prohibido el paso.

Esta es una de las fotografías recuperadas que casi no se conoce. Parece que hay un cierto enfrentamiento entre Dyatlov y Zolotariov. El cadaver de Dyatlov mostraba lesiones en los puños típicas de una pelea, pero se dice que las contusiones que todos presentaban fueron producidas por los espasmos y la agitación anterior a la muerte por congelación.

El informe desclasificado.

A principios del año 2000, un grupo de 9 estudiantes de la Universidad Politécnica, bajo la supervisión de un equipo de rescate, reconstruyó los hechos de la noche del 1 de febrero de 1959 que ocasionó la muerte a los nueve esquiadores del equipo de Dyatlov, siguiendo sus pasos por la pendiente de Kholat Syakhl. A pesar de la nieve que cubría todo y que era de noche, ninguno de los participantes se encontró con ningún obstáculo peligroso, no sufrieron contusiones ni cortes importantes. Según pudieron comprobar los estudiantes no tuvieron ninguna dificultad para la localización de los miembros en la ladera de la montaña. Ninguno de los miembros del grupo perdió el contacto vocal ni visual, que fue constante entre todo el grupo en todo momento. No encontraron ninguna explicación para las nueve muertes.

Se hizo una superposición de la primera fotografía de la localización de la tienda con el valle en el año 2000. No ha habido muchos cambios, salvo la estación del año. La línea roja muestra el camino que siguieron los esquiadores, basándose en las huellas de columna de pies descalzos de al menos ocho personas encontrados. La zona delimitada por el círculo rojo muestra el área en la que se localizaron los nueve cuerpos.

La tienda sigue siendo el mayor misterio sin resolver del caso. Y el que menos pruebas útiles proporciona. Al localizar la carpa todos tenían la esperanza de encontrar al equipo con vida, por lo que su interior no se procesó como debía. No se hicieron fotografías, se separaron los objetos personales para entregarlos a los familiares, apareció el diario del grupo, pero desapareció el de Zolotariov. No hubo un inventario preciso.

Después de la tienda encuentran el lugar donde lograron encender una hoguera. Con la leña húmeda, el viento y el nerviosismo de la huida, era muy dificil encender un fuego. Pero a estas alturas ya eran conscientes de que se estaban muriendo de frío. En intento desesperado de arrancar ramas de Doroshenko y Krivonishenko, hasta el punto de desollarse las manos lo indican. Sus cuerpos empezaban a estar entumecidos, por lo que parece que se colgaban de las ramas e intentaban arrancarla con su cuerpo. Un sobre-esfuerzo como éste sufriendo como poco una hipotermia de primer grado, aceleró su muerte. Son los primeros en aparecer, juntos y apenas cubiertos por la nieve.

Informe forense de los cuerpos.

Yuri Doroshenko (Юрий Дорошенко). Es el más cercano de la fotografía y se encuentra boca arriba, con los brazos a la altura de la cabeza, señal de que ha sido arrastrado. Fue identificado por su altura, 1,80 m. Era el más fuerte de los nueve y casualmente uno de los primeros en morir. Salió de la tienda en buenas condiciones, porque las huellas de una persona alta que caminaba con paso firme se distingue claramente. Iba vestido con un pantalones de lana, pantalones cortos sobre éstos, una camisa de manga corta, camisa de manga larga y chaleco. En los pies un par de calcetines de lana. Sin calzado. En los pantalones se encontraron restos de lágrimas y el calcetín del pie izquierdo estaba parcialmente quemado.

Respecto a las lesiones que presentaba el cuerpo: Presencia de sangre en boca, nariz y oídos. Daños en el brazo derecho a la altura del hombro: Hematoma de 2 centímetro en la axila, abrasiones de 2 * 1,5 cm (Esto quiere decir que abarca una superficie de 2 x 1,5 cm de área, dentro de la cual están los daños) en la cara interna del hombro sin sangrados pero con dos cortes en la piel.

– Golpes en el tercio superior del antebrazo derecho (bajo el codo) de coloración marrón-rojiza de entre 4 y 5 cm( 4*1, 2,5*2,5 y 5*5 cm).
– La piel de los dedos de ambas manos arrancada. Aparece en el tronco del árbol bajo el cual se encuentran los cuerpos.
– Magulladuras en el tercio superior de ambas piernas (debajo de las rodillas).
– Signos de congelación en cara y orejas (que vuelve la piel de un tono marrón oscuro-negro)
– En la mejilla derecha, descarga de líquidos grisáceos espumosos procedentes de la boca. Este líquido suele aparecer en caso de compresión del torax.
– La conclusión es que las heridas se las produjo al caer del árbol, arrancar ramas utilizando el peso del cuerpo o intentar mantenerse sobre ellas.
– Causa de la muerte: hipotermia.

Yuri Krivonischenko (Юрий Кривонищенко). Vestido con camisa ligera, camisa de manga larga, pantalones cortos, pantalones largos y calcetines, desgarrados en la pierna izquierda. Sin calzado.

– Magulladuras en la frente y un moretón a la altura del hueso temporal izquierdo. Sangrado difuso en la región temporal derecha y occipital debido al desgarro del músculo temporal (todo indica un golpe en la cabeza). Le falta la punta de la nariz. Las orejas están congeladas. Aparece boca abajo en la nieve tumbado junto a su compañero.
– Numerosas contusiones: En el lado derecho del pecho (7*2 y 1*2cm). Hematomas en los muslos con rasguños de menor importancia. Hematoma en el glúteo izquierdo (10*3cm). Contusiones en la pierna izquierda. Abrasiones en la parte exterior de la pierna izquierda (6*2 y 4*5). Quemadura en la pierna izquierda(10*4).
– Manos: magulladuras con desprendimiento de la epidermis en la parte posterior de la mano izquierda.
-Parte de la epidermis desprendida de las manos se encontró entre los dientes del difunto. Como la piel perdida se encontraba en el árbol al que supuestamente subieron y del que supuestamente cayeron. Se piensa que en algún momento mordió el árbol (también pudo morderse la mano). No se indica si hay traspaso de piel entre los dos cadáveres, sólo que la piel encontrada en el árbol era de los dos.
– Conclusión: intento desesperado de mantenerse sobre el árbol o de arrancar ramas para el fuego.

Muerte por hipotermia.

Igor Dyatlov (Игорь Дятлов). Cabeza desnuda. Abrigo de piel con bolsillos desabrochado. Camisa de manga larga, jersey no muy grueso. Pantalones, pantalones de esquí. Sin calzado. Calcetines de algodón en ambos pies, calcetín de lana sólo en el pie derecho. En los bolsillos tenía una navaja pequeña y una fotografía de Zinaida Kholmogorova. Su reloj se paró a las 05:31. La camisa de manga larga era de Yuri Yudin, éste la identificó posteriormente y explicó que se la había prestado a Doroshenko. Todo indica que las prendas de los dos primeros en morir se la repartieron sus compañeros, o que entre ellos intercambiaban ropa.

– Lesiones: Abrasiones en la frente de color marrón-rojizo. Escoriaciones en ambas mejillas de color marrón-rojizo, sangre seca en los labios, pérdida antigua de un incisivo en la mandíbula inferior.
– En el tercio inferior del antebrazo y la superficie de la palma de la mano (no indica cuál de las dos, supongo que la derecha) muchos arañazos pequeños de color rojo oscuro. Contusión en las articulaciones metacarpofalángicas de la mano derecha de color marrón rojizo (es decir, la zona del puño con la que se golpea con la mano cerrada). Contusiones en la mano izquierda de color marrón rojizo. Heridas superficiales en segundo y quinto dedo de dicha mano.
– Fuerte golpe en las rodillas sin sangrado. Moretones en el tercio delantero inferior de la pierna derecha (encima del tobillo). Abrasiones en ambos tobillos de color rojo brillante con hemorragia subyacente.
– Causa de la muerte: Hipotermia.

Zinaida Kolmogorova (Зинаида Колмогорова). Su cadáver se encontraba semienterrado. Estaba mejor vestida, llevaba dos gorros, camisa de manga larga, jersey, otra camisa sobre el jersey y otro jersey encima con las mangas rasgadas. Pantalones de deporte, pantalones de algodón, pantalones de esquí con tres pequeños agujeros en la parte inferior. Tres pares de calcetines. Sin calzado. Llevaba una máscara militar, no se indica de qué tipo.

– Tenía un hematoma de 29 cm de largo por 6 de ancho que rodeaba el lado derecho a la altura de la cintura.
– Congelación en las falanges de los dedos, contusiones en las manos y las palmas. Meninges inflamadas (signo de hipotermia).
– Causa de la muerte: hipotermia.

Rustem Slobodin (Рустем Слободин). Llevaba una camisa de manga larga, otra camisa, un jersey, pantalones encima de otros pantalones, cuatro pares de calcetines y una bota en el pie derecho. En los bolsillos llevaba un cuchillo, una caja de cerillas, un peine, su pasaporte, 310 rublos y un lápiz. Su reloj estaba parado en las 08:45.

– Lesiones: Abrasiones en la frente de color rojizo, hematoma de color marrón rojizo en el párpado superior del ojo derecho con hemorragia subyacente. Restos de descarga de sangre en la nariz. Labios inflamados, hinchazón y abrasiones irregulares en la mitad derecha de la cara. Abrasiones en el lado izquierdo de la cara.
– Epidermis rota en todo el antebrazo derecho. Hematomas en la zona metacarpofalángicas de ambas manos. Magulladuras de color marrón rojizo en la cara medial del brazo izquierdo y la palma de la mano izquierda.
– Contusiones en la tibia izquierda.
– En la cabeza presentaba una fractura en el hueso frontal y en los músculos temporales de ambos lados de la cara.
– Causa de la muerte: hipotermia.

El forense no se explica la naturaleza de las lesiones, es como si hubiera ido golpeándose sucesivamente con todo lo que encontrara a su paso.

Era el único cuerpo que mantenía algo de calor corporal en el momento de caer la suelo, ya que la nieve bajo su cabeza se había derretido transformándose posteriormente en hielo (la herida en la cabeza ayudó). Su cadáver estaba completamente cubierto por la nieve.

Lyudmila Dubinina (Людмила Дубинина). llevaba ropa interior, una camisa de manga corta, camisa de manga larga, dos jerséis, dos pares de pantalones, calcetines largos, otro par de calcetines dañados por el fuego y un calcetín desparejado. Había cortado en tiras un jersey, una parte la llevaba enrollada en el pie izquierdo, la otra se había desprendido. Se encontró entre la nieve. Llevaba el pantalón y el jersey de Krivonishenko, en los que se encontraron unos niveles bájos de radiación.

– Daños corporales: La lengua no se encuentra, el músculo hipogloso falta así como los músculos del suelo de la boca. No indican si está arrancada o no, simplemente que no está. Los tejidos blandos alrededor de los ojos, los ojos y las cejas han desaparecido, así como la piel del área temporal izquierda y el hueso se encuentra parcialmente expuesto.
– Los cartílagos nasales se han roto y aplanado. Faltan los tejidos blandos del labio superior, por lo que los dientes y el hueso de la mandíbula superior están expuestos
– Lesiones en las costillas. En el lado derecho están rotas las costillas 2, 3, 4 y 5 siguiendo dos líneas de fractura visibles. En el lado izquierdo: están rotas las costillas 2, 3, 4, 5, 6 y 7, siguiendo también dos líneas de fractura visibles.
– Hemorragia masiva en la aurícula derecha del corazón. Se encuentran 100gramos de sangre coagulada en el estómago. Hematoma en el muslo izquierdo medio, tamaño de 10 * 5 cm.
– Tejidos dañados alrededor del hueso temporal izquierdo, tamaño 4 * 4 cm.
– Motivo de la muerte: hemorragia cardíaca y hemorragia interna.

“Alexander” Zolotariov ( Семен “ Александр ” Золотарёв). Los ojos han desaparecido. Faltan los tejidos blandos alrededor de la ceja del ojo izquierdo, en una superficie de 7 * 6 cm, el hueso está expuesto. Tiene rotas las cotillas 2, 3, 4, 5 y 6 del lado derecho, siguiendo dos líneas de fractura visibles. Herida abierta en el lado derecho con el hueso expuesto de 8*6 cm de tamaño.

Tanto Zolotariov como Dubinina tiene un mismo patrón de lesiones. Son muy similares en la dirección y la fuerza ejercida, a pesar de que tanto la altura y la complexión corporal de los dos es muy distinta. Lo que les causó estas lesiones no fue un evento único y uniforme, pero sí produjo daños similares en dos personas distintas. Sería como comprobar cuánta fuerza hay que ejercer para romper las costillas en una mujer fuerte de 20 años y en un hombre atlético de 37, la potencia de la fuerza ejercida es distinta, pero el resultado el mismo.

Bajo la ropa se encontró el siguiente tatuaje: Г + С + П = Д (no se especifica en qué parte del cuerpo) El último símbolo detrás del igual significa “amistad”, los tres primeros son las iniciales de los amigos, era un tatuaje muy común entre los soldados soviéticos que sirvieron mucho tiempo juntos. Entre las letras no hay ninguna A, por lo que el nombre con el que se presentó al grupo, Alexander, realmente no era el suyo, sino Cemen. También encontraron una frase militar y su años de nacimiento, 1921

La conclusión de la autopsia es que Zolotariov murió de hipotermia agravada por las lesiones sufridas.

Nicolai Thibeaux-Brignolle (Николай Тибо-Бриньоль). Presentaba múltiples fracturas en el hueso temporal derecho, con ampliaciones en los huesos frontal y esfenoides, siguiendo un patrón ovalado. Según una de las hipótesis, siguiendo la teoría de la avalancha, estaría durmiendo cerca de su cámara fotográfica y al caer la nieve sobre ellos, su cabeza golpearía con el objetivo de la misma. Dentro de la tienda no había ninguna cámara rota ni manchada de sangre y el patrón de las huellas no muestra el arrastre de una persona inconsciente en la huida hacia el bosque, cuando esta herida provocó una hemorragia cerebral que lo dejaría en un estado muy similar al coma. El forense, Vozrojdenniy, no estaba de acuerdo, porque la herida y el hundimiento del cráneo no muestra un círculo perfecto, sino irregular, más parecido al de una piedra, pero también descarta la caída accidental sobre una piedra.

Se podría saber más sobre el golpe si se pudiera observar la retina, desprendida o no, pero por desgracia los globos oculares habían desaparecido. También presentaba un hematoma en el lado izquierdo del labio superior y una hemorragia en la parte baja del antebrazo, el tamaño de 10 * 12cm.

Causa de la muerte: hemorragia cerebral.

Alexander Kolevatov (Александр Колеватов). Ausencia de los tejidos blandos alrededor de los ojos y de los ojos, las cejas han desaparecido y los huesos del cráneo están expuestos. Los daños en la cara que sufren los cuatro cadáveres tienen una explicación sencilla, la carne, primero congelada y después mojada durante el deshielo, se puede separar con mucha facilidad del cráneo. Tiene una fractura en la nariz, una herida abierta detrás de la oreja, el tamaño de 3 * 1,5 cm y el cuello deforme (no se detalla qué tipo de deformidad). Causa de la muerte: hipotermia.

Aunque no lo asegura, el forense no descarta que las heridas sufridas fueran producto de una caída por el barranco, que debería haber superado los 3 metros para causar esas lesiones.

Sin embargo, los cuerpos se encontraron a unos pocos metros de un refugio excavado en la nieve. Tal vez fueran arrastrados por la nieve durante el deshielo, pero lo cierto es que algunos de ellos crearon el refugio a 75 metros desde el árbol en un barranco que estaba oculto a los vientos fríos. Probablemente fue una idea de Zolotariov. Era una forma común de sobrevivir a los inviernos y dadas las circunstancias ofrecía la mejor oportunidad de supervivencia para los que se quedaron esperando. Puede que la madriguera la construyeran entre todos, pero tanto Doroshenko como Krivonishenko ya habían fallecido, porque parte de las ropas que les quitaron se encontró aquí. Habían aislado el suelo de la nieve colocando ramas.

El equipo forense que realizó las autopsias de los nueve cuerpos fue el mismo, aunque aparecieran a lo largo de tres meses. Una declaración de la ayudante del forense, Maria Ivanovna, afirma que se examinaron once y no nueve cadáveres, pero dos desaparecieron o fueron descartados. Al preguntar le dijeron que siempre hubo nueve. Puede ser que esos dos cadáveres misteriosos fueran a parar a la sala equivocada, es un error que ocurre con más frecuencia de lo que parece, o que hubieran aparecido por los alrededores, de lo cual no se tiene ninguna constancia. Otra versión cuenta que Ivanovna simplemente iba en el tren antes del accidente y vio a los chicos, contando un grupo de 11 (eran 10, porque Yuri Yudim aun seguía con ellos).

En el informe se indica que hay prendas quemadas. En la fotografía de abajo, tomada por una de las cámaras que se encontraron, se ve a Rustem posando con un abrigo quemado. Dyatlov diseñó una estufa de leña para colocarla dentro de la tienda. Calentaba a todos, pero nadie quería dormir cerca por no quemarse. En el diario, en la entrada del 28 de enero, Dubinina, que firma como Luda, escribe que la noche anterior le tocó a él dormir junto a la estufa, noche que se pasó sin poder dormir y quejándose, además, se quemó su abrigo.

La muerte por hipotermia accidental se da en el 5% de los casos, el 95% restante es producto de una avalancha. En regiones tan límites como Siberia el porcentaje sube, claro, pero tratándose de esquiadores con 9 años de experiencia en alta montaña y en condiciones límite, no me atrevería a subirlo al 50%. El hecho de que sus compañeros de búsqueda esperasen encontrarlos vivos 20 días después de su desaparición es lo que hace el caso tan misterioso.

La hipotermia es el descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35º por causas de enfermedad o exposición prolongada al frío. Es muy importante el estudio de los órganos internos para determinar una muerte por hipotermia y no por otro factor. Es cierto que comienza a nivel de los vasos sanguíneos y capilares de la piel, esto ralentiza la circulación sanguínea y es lo que provoca el fallo múltiple en los órganos, con microinfartos, acidosis, hipoxia, coagulación intravascular. Los que resultan más dañados son los riñones, el hígado y el corazón.

El viento y la humedad aceleran el proceso unido al frío intenso. Se produce la constricción sanguíneos cutáneos, disminuyendo la temperatura superficial. A medida que desciende la temperatura corporal, el metabolismo se reduce a la mitad por cada 10°C de descenso. Las primeras manifestaciones se presentan en el Sistema Nervioso Central donde el flujo cerebral disminuye un 6% por cada grado centígrado de descenso. A los 32°C aparecen dificultades en el razonamiento, así como confusión. A los 30°C los reflejos desaparecen y las pupilas quedan fijas en midriasis. El coma aparece a los 26°C y el electroencefalograma es plano a los 20°C.El sistema cardiovascular reacciona con taquicardia e hipotensión por debajo de los 26°C. En la microcirculación aparece sedimentación de los glóbulos rojos con hipoxia y acidosis a causa del aumento de la viscosidad de la sangre. Por debajo de la misma temperatura son comunes las arritmias (fibrilación auricular y bloqueos A-V). A los 20°C aproximadamente aparece la asistolia que, junto con la fibrilación ventricular, suele constituir la causa específica de la muerte. El corazón se para.

En el informe sobre los niveles de radiactividad encontrados en las ropas analizarón al menos cuatro objetos, se dice que se midió radiación en los pantalones y el jersey de Krivonishenko y el abrigo y el gorro de Dubinina. Los pantalones de Krivonishenko y el jersey los usó Dubinina una vez muerto éste, y el abrigo de ella, Zolotariov cuando ésta murió. La radiación es superficial, conocida como beta-radiación, del isótopo K-40 (potasio). Podía estar presente en la nieve o pudieron entrar en contacto con él en el instituto. El potasio 40 se utiliza en geología en la datación de la edad de las rocas. Yuri Yudim pasó el último día antes de volver a su casa buscando rocas por los alrededores del pueblo. Este isótopo de potasio 40 está muy presente en la naturaleza, ya que es uno de los más estables.

En el diario del grupo, en la entrada de 28 de enero, Dubinina cuenta:

“Nos despierta Yurka Kri (Yurka es la forma amistosa de llamar a Yuri y Kri el diminutivo de Krivonishenko. Sasha es el diminutivo cariñoso de Alexander) y Kolevatov Sasha. El tiempo es perfecto. Hace sólo-8C en el exterior. Después del desayuno, algunos de los chicos dirigidos por Yury Yudin, nuestro bien conocido geólogo, fue en busca de minerales locales. No encontraron nada, excepto pirita y venas de cuarzo en la roca. Pasé algún tiempo con los esquís, fijando y ajustando el montaje. Yuri Yudin ahora va de regreso a casa. Es una lástima, por supuesto, que nos deje. Sobre todo para mí y Zina (diminutivo cariñoso de Zinaida), pero nada se puede hacer al respecto. Luda”

En este caso, sería Yudim el que pudiera llevar ropa radiada, pero ese mismo día vuelve a su casa por tener problemas en la espalda. Durante el reconocimiento de sus compañeros muertos y sus pertenencias, dice que la camisa que lleva Dyatlov era suya, y que el día de su marcha se lo dio a Doroshenko. Pero la fuente de radiación no era esta camisa, sino el jersey y los pantalones de Krivonishenko, que luego pasaron a Dubinina. Krivonishenko conocía el peligro de la radiación, podía ayudar a datar rocas en el instituto, pero de ahí a llevar ropa contaminada en una excursión hay un paso grande.

Lo más sensato es pensar que la radiación se encontraba en la nieve que cubría los cuerpos.

Pasaporte de Zolotariov.

Otra de las incógnitas es por qué se presentó ante el grupo con un nombre distinto al suyo, Alexander en lugar de Cenem. No es tan raro si pensamos que su segundo nombre era más bonito.

Yuri Yaravoi fue uno de los fotógrafos que participó en las labores de rescate. Posteriormente escribió un libro que tuvo que reescribir al menos cinco veces más por problemas con la censura. El libro tiene un nombre extraño, traducido como” la más alta de las complejidades”. Este libro tiene un final más feliz, sólo muere Igor Dyatlov (será por justificar el nombre del paso). Esto no sería tan raro si tanto el autor como toda su familia no hubieran muerto en un accidente de tráfico y los escritos que podía tener en su poder desaparecieron, según relato de amigos y familiares.

Todos los documentos, excepto los que algunos dicen que han desaparecido y otros que nunca existieron, estaban a disposición pública hasta que lo famoso del caso hizo que demasiada gente hurgara en ellos, por lo que restringieron el acceso. Una copia se encuentra en la Fundación Dyatlov.

Yuri Kuntsevitch es el director actual de la Fundación Dyatlov, que se creó en el Instituto Politécnico para perpetuar la memoria de los fallecidos y esclarecer su muerte. Ellos tienen en su poder todos los documentos disponibles del caso, así como las fotografías obtenidas, telegramas, informes y el diario del grupo.

Más misterios: La anomalía de nieve. Así es como denominan a una pauta extraña en la distribución de la nieve. La carpa y las huellas que salían de ella estaban casi sin cubrir, a 500 metros, los cuerpos de Kolmogoroba y Rustem estaban cubiertos por la nieve. Más abajo, los cuerpos de Igor y los dos “Yuris” encontrados bajo el árbol, estaban apenas cubiertos, así como los restos de la hoguera. Más abajo, los cuatro cuerpos del barranco estaban cubiertos completamente por la nieve.

La explicación es que se debe a los vientos que soplan por la zona, en unas zonas, como la superior del monte y la intermedia del valle, arrastran la nieve dejando solo la capa de hielo. En las dos franjas intermedia y el barranco, al estar en una pendiente, la nieve se deposita y no se mueve por el viento.

Y hablando de nieve. Se cuenta, aunque no hay pruebas de ello, que junto a los fallecidos apareció una nota con un extraño mensaje: “Los muñecos de nieve existen”. De ser cierta, no se sabe quién la escribió ni a qué muñecos se refieren. Aunque irónicamente, ellos se habían convertido en unos muñecos de nieve.

¿Por qué no volvieron a por su ropa de abrigo?, no les dio tiempo, murieron de frío antes de lograrlo. Y qué pasó realmente, solo ellos y los espíritus de la Montaña lo saben.

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