El “ser de Atacama” es un feto humano normal, según un nuevo estudio

El polémico “ser de Atacama”, sospechoso primero de ser un alienígena y luego de ser un ser humano con mutaciones extremas.

Una investigación colaborativa internacional realizada por la Universidad de Otago pone en entredicho la ética del análisis esquelético y genómico relacionado con la investigación original de la muy publicitada “momia de Atacama.” La bioarqueóloga y profesora asociada de la Universidad de Otago Sian Halcrow dirigió un equipo de investigación internacional centrado en el diminuto cuerpo momificado, cuyas conclusiones se han publicado recientemente en la International Journal of Paleopathology (“Revista Internacional de Paleopatología”). El equipo evaluó el trabajo llevado a cabo sobre el pequeño cuerpo por investigadores de la Universidad de Stanford, que fue publicado en Genome Research a principios de este año.

La momia en cuestión fue descubierta hace más de una década en un pueblo abandonado del desierto de Atacama chileno y fue apodada como “Ata.” En el análisis de este pequeño cuerpo momificado, los investigadores de Stanford concluyeron que anormalidades genéticas podrían explicar las características anormales observadas en el esqueleto, que medía solamente 15 centímetros de largo.

Sin embargo, la profesora asociada Halcrow y sus colaboradores de universidades de los Estados Unidos, Suecia y Chile han puesto de relieve una serie de cuestiones sobre la ética, el análisis esquelético y el genómico relacionados con la investigación original.

Como expertos en anatomía humana y desarrollo del esqueleto, el equipo de investigación de la Universidad de Otago no encontró pruebas de ninguna de las anomalías esqueléticas observadas por los investigadores de Stanford. Todas las características anormales citadas por los investigadores de Stanford son, según el equipo de investigación de Otago, parte del desarrollo normal del esqueleto de un feto.

“Desafortunadamente, no había ninguna justificación científica para realizar análisis genómicos de Ata porque el esqueleto es normal, las mutaciones genéticas identificadas posiblemente sean fortuitas, y ninguna de las mutaciones genéticas se sabe que estén estrechamente vinculadas a patologías esqueléticas que pudieran afectar al esqueleto a esta corta edad,” explicaba la profesora Halcrow.

“La situación pone de relieve la necesidad de un enfoque interdisciplinar para el estudio de un caso como el de Ata. El estudio de este caso nos permite observar cómo reunir a múltiples expertos en osteología, medicina, arqueología, historia y genética es fundamental para realizar interpretaciones científicas exactas y considerar las implicaciones éticas del análisis genómico. Una comprensión matizada de los procesos biológicos esqueléticos y el contexto cultural son esenciales para la interpretación científica y para actuar como un control de la ética y la legalidad de estas investigaciones,” añadía.

El coautor de la investigación Bernardo Arriaza, bioarqueólogo de la Universidad de Tarapacá (Chile), afirma que es crucial considerar el contenido arqueológico, además del enfoque interdisciplinario. Es importante recordar que la situación es una pérdida del embarazo o aborto espontáneo, posiblemente de un pasado muy reciente.

El equipo de investigación de Otago destacaba también cuestiones relacionadas con la legislación arqueológica y la ética de llevar a cabo una investigación sin el consentimiento ético ni los permisos arqueológicos citados por los investigadores de Stanford.

“Advertimos a los investigadores de ADN acerca de involucrarse en casos que carecen de un contexto y una legalidad claros, o en los que los restos han residido en colecciones privadas. En el caso de Ata, era innecesario realizar costosas pruebas científicas que requieren mucho tiempo y utilizan técnicas de secuenciación del genoma,” señalaba la profesora Halcrow.

La revista Genome Research ha emitido posteriormente un comunicado sobre la investigación llevada a cabo:

“…se han planteado preguntas sobre los estándares éticos que guiaron la investigación del esqueleto y la posterior publicación de los resultados (Nolan y Butte 2018). Genome Research tiene un historial fundamentado de adhesión a las políticas que protegen a los sujetos humanos en la investigación biomédica. Las políticas actuales de investigación en sujetos humanos normalmente no cubren el estudio de especímenes de origen biológico incierto, como el esqueleto de Atacama. La muestra de ADN del esqueleto de Atacama no fue clasificada como sujeto humano de investigación tal como lo definen las Protecciones de la Oficina Federal de Investigación Humana; así, no se requería aprobación específica ni exención para el estudio divulgado en el artículo. Sin embargo, deben tomarse en serio las dudas sobre el estudio expresadas por algunos científicos chilenos, su gobierno y algunos miembros del público. También reconocemos las sensibilidades relacionadas con la historia y la adquisición de la muestra. Los redactores y el editor de Genoma Research reconocen que estos temas requieren de mayor discusión y acuerdo sobre las reglas de uso dentro y fuera de la comunidad de investigación biológica.”

https://www.sciencedaily.com/releases/2018/07/180718104811.htm

Acerca de Félix Ruiz

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