Entrevista a Eladio Miranda Batlle (Vivir en Marte – Editorial Odeon)

Eladio Miranda Batlle, graduado en ingenieria civil por la Universidad de La Habana, acumula diversas menciones por su labor en la divulgación cientifica dentro del ámbito de la astronomía. Ha realizado estudios de astrobiología, astronomía, mecánica celeste, cosmología y sistema solar.

Entre sus trabajos más conocidos, destacan “Marte: La exploración del cuarto planeta”, y “Astronomía Básica”. En “Vivir en Marte”, bajo el sello de la editorial Odeon, profundiza en la idea, en los problemas y en las posibilidades de la colonización del planeta vecino. Vivir en Marte se transforma así en un trabajo divulgativo desde la perspectiva del tiempo sobre uno de los mayores sueños del hombre.

 

– Marte lleva milenios entusiasmando al hombre, se ha transformado en una frontera inquebrantable y en un autentico cofre de los secretos pero, ¿por qué nos genera tanta fascinación nuestro planeta vecino?

– El interés por Marte nos viene a través de dos vertientes: la cultural y la científica. Marte era conocido por el hombre con certeza  desde tiempos de los asirios, hace más de 4 500 años. En Egipto lo llamaban el viajero errante. En Grecia se conocía como Ares  el dios de la guerra, quizás por su movimiento oscilante que sugería desorden y caos. En Roma  Marte era considerado también como el dios de la guerra y de las cosechas. En el año 1 600, el astrónomo danés  Tycho Brahe contrató al matemático Johannes Kepler para explicar el complejo movimiento de Marte. Con posterioridad al anuncio de Kepler, Galileo observó que el tamaño aparente de Marte cambiaba con el tiempo, lo que es consecuencia de la variación de la distancia Tierra-Marte. En 1877 Giovanni Schiaparelli descubrió rasgos en la superficie de Marte que designó metafóricamente con la palabra italiana canali. Esta palabra se tradujo al inglés como canales (canals)que son artificiales  y no como channels que son naturales por lo que se tomaron como artificiales, lo que sugería vida en Marte. El astrónomo estadounidense Percival Lowell fue el más firme defensor de la existencia de canales artificiales, alimentando el interés popular por la vida en Marte a principios del siglo XX. Esta idea pronto fue descartada por los astrónomos, pero para tener completa certeza había que ir a Marte. La sonda espacial Mariner 4 en 1965 fue la primera que logró tomar fotos cercanas de Marte. Para desencanto de muchos soñadores no había canales artificiales ni marcianos inteligentes, sino un  desierto con volcanes y paisajes incomprensibles. Y fue en ese momento que comenzó a profundizarse el interés científico por estudiar el planeta y poder visitarlo. Desde el año 1997, la sonda espacial Mars Global Explorer   de la NASA ha estado tomando imágenes de la superficie marciana. En algunos lugares, esta parece haber sido batida por desbordantes torrentes de agua que generaron inundaciones. Algunas de las fotos de alta resolución parecen recordar grandes inundaciones a lo largo del ecuador marciano. Ya se ha encontrado agua en forma de hielo en el casquete polar Norte y en vastas regiones del planeta a pocos metros bajo la Tierra, este descubrimiento indudablemente alentó mucho más a la comunidad científica,  es evidente que cuando las condiciones fueron más favorable en el planeta esta agua se encontraba en estado líquido fluyendo por su superficie, fascina a los científicos encontrar alguna prueba de que Marte pudo tener algún tipo de vida en su pasado geológico. Muchas preguntas sobre la historia del agua en Marte probablemente seguirán sin respuestas hasta que tengamos en la Tierra  muestras tomadas allá, de ahí el interés por visitarlo y resolver por fin el enigma que tanto nos intriga, ¿Somos el único planeta habitado en el Universo? El deseo que tiene la raza humana de buscar otro planeta, terraformarlo, saciar su curiosidad, convertir el viaje en trampolín al universo inmenso que nos rodea, quizás huir de la Tierra, pudieran ser las respuestas a esa pregunta.

– “Vivir en Marte” no solo es un libro para leer, es una obra donde aprender de forma empírica el sueño de nuestra especie que desde hace siglos nos lleva acompañando. ¿Qué te impulso a escribirlo?

– Todo comenzó en el 2004 cuando leí una noticia que me pareció insólita, dos robots llamados Spirit y Opportunity  habían descendido con éxito en la superficie marciana y se disponían a estudiarla. Empecé a seguir sistemáticamente  todas las noticias relacionadas con la misión de los robots y descubrí algo más insólito aun,  nadie a mí alrededor tenía el más mínimo conocimiento de que algo tan trascendental estuviera ocurriendo. La vida tan agitada que llevamos que apenas nos deja tiempo para leer un buen libro, no nos permite conocer ni el 90 % de lo que sucede en nuestro planeta Tierra.  Entonces  sentí la necesidad de al menos  compartir con mis amigos o conocidos  todas las historias que iba descubriendo sobre Marte y en general sobre el mundo astronómico que me rodeaba.  Realmente me aficione a todo lo relacionado con Marte,  las imágenes que nos enviaban las sondas espaciales que lo estudiaban,  la noticia de la posible existencia de agua en forma de hielo en el planeta. Y así surgió la necesidad de recopilar en un texto de manera sencilla toda esta información que llegaba hasta mí y que me obsesionaba no poderla compartir con todos. Por fin en el 2013 la Editorial Gente Nueva, aquí en Cuba,  hace realidad mi sueño y junto a un gran amigo el Sr. Bruno Henríquez  Pérez logramos publicar un libro titulado “Marte la exploración del cuarto planeta”, en este libro escribimos básicamente sobre Marte en la cultura, en la ciencia ficción, la exploración de Marte y las características físicas del planeta.  Por supuesto muchas cosas quedaron en el tintero y así me propuse escribir mi propia historia sobre un viaje a Marte y su posible colonización. Recuerdo que comencé a preguntarle a las personas que me rodeaban, que seleccionaran 10 artículos que llevarían a Marte si pudieran visitarlo por un mes. Las respuestas fueron inimaginables, asombrosas e insospechadas. Las más ingenuas  mencionaban  perros, gatos, un table para jugar o una cámara para tirar fotos.  Una señora me dijo que le gustaría llevar las cenizas de su esposo fallecido y dejarlas allá. Otros querían traer muestras de suelo marciano para guardarlas de recuerdo,  los más precavidos llevarían tanques de oxígeno de repuesto por si acaso, medicinas y un poco más de comida por si Marte les abría el apetito. Entonces pensé escribir un libro que no solo nos mostrara un viaje a Marte para satisfacer a la ciencia, sino viajar a Marte también para  llevar la vida común de las personas que hicieran el viaje.  El propósito del libro es que en la medida que lo vayas leyendo, entre párrafo y párrafo sin darte cuenta te sientas tú también un escritor de tu propio viaje a Marte. Yo estoy seguro que cada uno de nosotros puede tejer su propia historia, con tan solo echar andar su imaginación.

– Mucho se ha especulado durante los últimos años, no solo en cuanto a las posibles misiones tripuladas a Marte, sino barajando la posibilidad de establecer una colonia de voluntarios en el planeta rojo. ¿Cuánto de realidad y de ficción hay en un proyecto tan ambicioso?

– La llegada del hombre a Marte será en el futuro una realidad, si pensamos que será a corto plazo estaríamos engañándonos, pues es evidente que la tecnología necesaria para que el viaje sea seguro, aún no está disponible.  Quizás  en este punto este la línea que separa a los que dudan que pueda llevarse acabo este viaje y los que estén convencidos que si será posible. El desarrollo científico y tecnológico de la humanidad es exponencial , lo que  significa que cada día la tecnología avanza cada vez más rápido,  este desarrollo tecnológico nos llevará inexorablemente a la conquista de nuestro Sistema Solar en primer lugar  y en un futuro estoy convencido que llegaremos a otros sistemas solares, es decir hasta otras estrellas.  Por su puesto si pensamos que lo vamos a lograr con la tecnología que conocemos actualmente sería imposible, pero si nos convencemos que somos parte de la evolución inteligente del universo en que vivimos, viajar a Marte en el futuro no será nada, comparado con lo que seremos capaces de lograr gracias a nuestro desarrollo tecnológico evolutivo. Hay un proverbio que dice: “El camino más largo comienza por el primer paso”. El primer paso para llegar  hasta Marte es tener deseó de llegar, y eso es lo que ocurre actualmente , no solo científicos, astrónomos o apasionados a la exploración o a la aventura lo desean, yo estoy seguro que a usted mismo le gustaría ser testigo del arribo del primer hombre a Marte. Por otro lado sería muy triste que la vida en la Tierra hubiera evolucionado biológicamente hasta llegar al hombre actual, y que esta evolución biológica que en estos momentos se está convirtiendo en una evolución tecnológica, se quede encerrada para siempre en este pequeño planeta que orbita una estrella  común llamada Sol.

– ¿Qué tipo de artefacto sería necesario para llevar a cabo una misión tripulada a nuestro planeta vecino?

– Para viajar hasta Marte, necesitamos perfeccionar el desarrollo de nuestras tecnologías en campos como el transporte, las comunicaciones, el soporte vital, etc. El ser humano necesita aire, agua, comida y temperaturas razonables para sobrevivir  en una colonia marciana. En primer lugar necesitaremos un potente cohete que pueda llevar hasta una órbita terrestre e imprimirle el impulso necesario  a las diferentes secciones o módulos que conformaran la futura colonia marciana. Un posible cohete para estos fines seria el SLS (Space Launch System o Sistema de lanzamiento espacial).  Este cohete actualmente está en fase de desarrollo por la NASA  y tendrá una capacidad de carga de 130 toneladas, suficiente para nuestro viaje a Marte. Las tripulaciones irían en una cápsula o módulo similar a la utilizada en el proyecto Apollo de la NASA, que llevó al primer hombre hasta la Luna, esta cápsula actualmente se encuentra en fase de pruebas y se conoce con el nombre de Orión. La construcción de la nave Orión reviste una importancia estratégica para la NASA ya que posibilitará la exploración del espacio profundo tripulado ya sea al planeta Marte o a un asteroide cercano. Está previsto que el primer prototipo del cohete SLS y la nave Orión estén listos para el 2021 – parece lejos pero es tan solo dentro de 4 años-,  con el objetivo de realizar un viaje de pruebas tripulado  de ida y vuelta a la Luna. Quizás demore un año más, pero lo cierto es que el proyecto está caminando y tiene financiamiento. Por supuesto  que el primer viaje tripulado hasta el planeta rojo estaría encargado de probar los diferentes sistemas recién diseñados, por lo que este no tendría previsto descender en el planeta con el objetivo de iniciar la construcción de la colonia, lo más sensato sería un viaje de ida y regreso con una pequeña estancia en Marte con el objetivo de ganar experiencia y comprobar in situ la tecnología necesaria para una futura colonia. Los rusos también están desarrollando su propio proyecto de envio de humanos a Marte pero quizás un poco más realistas, lo tienen previsto para después del 2030 y no precisamente con un humano sino con un macaco un género de primates, que sería el encargado de llevar nuestro primer mensaje hasta el planeta Marte.

– Hace poco salió la noticia de que el suelo marciano estaba contaminado de percloratos, que afectarían gravemente la vida bacteriana, haciéndola difícil a nivel de la superficie. ¿Sería una solución que se intentase colonizar a través de subsuelo?

– Evidentemente las amenazas que tendrá nuestra futura colonia marciana en la superficie serán mayores que si se instala en cuevas o sistemas de cavernas que abundan en la geología marciana. Los percloratos son las sales del ácido perclórico, un ácido muy fuerte altamente corrosivo, evidentemente nuestros módulos deberán ser construidos con un material resistente al ambiente marciano, uno de los inconvenientes que deberemos afrontar será la alta acides de su terreno. En la superficie, los colonos estarán expuestos además, a una mayor radiación cósmica que bajo la superficie del planeta, los módulos bajo tierra estarían protegidos también del impacto de micrometeoritos que podrían perforar las instalaciones de la colonia. Recordemos que Marte no tiene una atmosfera lo suficientemente  fuerte que los proteja de estos impactos como aquí en la Tierra. Las tormentas de polvo que pueden durar días, semanas o meses, sería un grave inconveniente para nuestra colonia, al menos en su etapa inicial. En nuestro planeta hay países como Canadá que han desarrollado en algunas de sus ciudades una urbanización secundaria bajo tierra que incluye avenidas, comercios, instituciones públicas con el objetivo de evitar las bajas temperaturas que se generan en la superficie en la temporada de invierno. Esta sería una propuesta lógica a desarrollar en Marte, que disminuiría considerablemente el porciento de riesgos al que estarían sometidos  los módulos y sus tripulaciones iniciales. Desarrollar una colonia bajo tierra con salidas al exterior para realizar paseos en vehículos todoterreno sería una idea muy interesante a tener en cuenta. Por supuesto inicialmente deberíamos estudiar en detalle estas galerías subterráneas que hoy no sabemos cuan resistentes puedan ser, pues en caso de colapsar alguna sección acabaría sepultando parcial o totalmente toda la colonia, como vez los pro y los contras siempre marchan de la mano en una empresa como esta.

– En caso de que nuestra especie, en algún momento del futuro, pueda colonizar el planeta vecino, ¿la adaptación podría ser igual para cualquier mamífero?

– De todas las propuestas de colonización, lograr que la especie humana se adapte genéticamente a las condiciones físicas de Marte sería la más lejana y la menos probable, en un inicio cuando las condiciones de habitabilidad son las  mínimas, sería imposible enviar animales en sentido general ya que estos consumirían alimentos, agua y necesitarían un espacio minimo. De hecho se plantea que inicialmente solo se produzcan alimentos vegetales en la colonia dentro de invernaderos con parámetros físicos que se  asemejen a las condiciones de vida aquí en la Tierra, dígase humedad, presión, temperatura, luminosidad, etc. Una colonia más avanzada pudiera tener áreas para la cría de animales “comestibles”, que pudieran reproducirse en hábitat similares a las condiciones que tienen aquí en la Tierra. Pero llegado el caso que el desarrollo tecnológico en un futuro lejano ha llegado tan lejos que es capaz de modificar la genética de los animales incluyendo al ser humano, adaptándolos a condiciones físicas diferentes a las de nuestro planeta, supongo que los primeros experimentos comenzarían a realizarse precisamente en animales, así que estos serían los primeros en adaptarse y luego se ensayaría en humanos, esto que estamos hablando parece cosa de locos, pero el desarrollo tecnológico es inevitable e inimaginable. Pero existe una tercera posibilidad de colonización mediante la vida artificial, el conocido escritor y teórico de la complejidad James Gardner en su libro “ El Universo Inteligente” propone una teoría interesantísima de evolución de vida artificial, capaz de poner en marcha procesos evolutivos de selección natural en sistemas de hardware evolucionables capaces de reconfigurarse a ellos mismos. En otros palabras robots humanizados con inteligencia artificial similar a la nuestra -o hasta superior- capaces de reproducirse a ritmos diferentes bajo diferentes condiciones bajo la presión de la selección natural.  Claro esta variante nos priva del interés mediático y romántico de ver  seres humanos caminando por Marte y también nos obligaría a cuidar nuestra casa pues todos quedaríamos aquí observando como nuestras maquinas conquistan el universo haciéndose pasar por nosotros.

-¿La medición del tiempo sería igual a la tierra?

– La preocupación acerca de cómo contarán el tiempo quienes habiten el astro rojo en las futuras expediciones, incluso desde la época pre-humana en la que solo se muevan sobre su superficie los robots terrestres, ha existido desde hace mucho y se hace necesario un calendario para Marte porque su año es casi el doble del terrestre, los días marcianos no duran lo mismo que los días terrestres, y tanto los aparatos automáticos o robots inteligentes como quienes vivan en su superficie necesitaran una forma de contar el tiempo que se adapte a las salidas y puestas del Sol, la duración de los días marcianos y las estaciones del planeta, independientes del tiempo de la Tierra. La duración del día terrestre es de 23,93 horas (23 horas, 56 minutos)  y la del día marciano es de 1.03 día terrestre (24 horas 37 minutos 22.4 segundos) o sea el día marciano es casi 40 minutos más largo que el día terrestre. La duración del año marciano es la cantidad de días marcianos que demora en recorrer su órbita alrededor del sol, ya que el año es el tiempo que dura un planeta en orbitar una vez su estrella. El planeta Marte tiene un año que dura 669 días marcianos, equivalentes a 689 días terrestres. Aún no existen las semanas marcianas ni los meses tienen nombres definitivos, tampoco hay una referencia al calendario local marciano en los trabajos científicos. Para idear un reloj marciano práctico, sólo habría que tomar un reloj terrestre y desacelerarlo suficientemente. El reloj marciano por consiguiente constaría de las mismas unidades usadas  en la Tierra – 60 segundos por minuto, 60 minutos por hora, y 24 horas por sol – sin embargo, cada una de estas unidades de tiempo marcianas serían  ligeramente más larga que sus contrapartes terrestres. En cuanto a la duración de los meses sería un problema aun  mayor, si dividimos el año marciano en 12 meses sin considerar la velocidad de traslación variable del planeta a través de su órbita alrededor del Sol, el mes más largo seria el triple del mes más corto,  imagínense la dificultad que representaría calcular las nóminas de los colonos….

– ¿Cuáles serían los principales efectos que alterarían las condiciones físicas y mentales del ser humano?

– La escasa gravedad (un tercio de la terrestre), la ausencia de una atmosfera respirable que a su vez propiciaría que la radiación solar incida directamente sobre la superficie marciana serían más que suficiente para alterar las condiciones físicas de los primeros colonos. La convivencia en pequeños grupos, en espacios reducidos donde casi todo el tiempo estarían siendo observados involuntariamente por otro miembro del grupo, por cámaras o sensores, indudablemente a la larga le pasaría su factura negativa a la salud mental de los humanos que vivan en estas condiciones. El valor de la gravedad terrestre se ha mantenido constante en su magnitud desde que se formó el planeta, toda la evolución animal y vegetal ha transcurrido bajo el mismo valor de la gravedad (g) terrestre. Es decir desde que se desarrolló el primer organismo unicelular la gravedad ha influido en este desarrollo, si la gravedad disminuye el tamaño delas células aumenta, experimentos llevados a cabo recientemente demuestran que en espacios de baja gravedad las células inmunes humanas no son capaces de diferenciarse en células maduras, esto conlleva a que los organismos no puedan ser capaces de reproducirse correctamente al ser expuestos a gravedad cero por un tiempo muy prolongado. Esto indudablemente alteraría las actividades metabólicas y los procesos químicos de los organismos  vivos. Cabe recordar que los astronautas en la Estación Espacial están sometidos a periodos de ingravidez que no han superado los dos años, en nuestro caso estamos hablando de seres humanos que van a vivir decenas de años a un tercio dela gravedad terrestre. Por otro lado es evidente la conexión que existe entre la salud biológica y la mental. Según la NASA  los miembros de las tripulaciones espaciales  sufren perturbaciones fisiológicas importantes, incluyendo cambios en el sueño, exposición a la radiación, y cambios de gravedad. Viven en ambientes confinados con interacciones sociales limitadas y a largas distancias de su casa. Además, es un trabajo  de alto riesgo y bajo un intenso escrutinio público. Síntomas como la ansiedad, el  mareo, dolores de cabeza y congestión, representan el 40% de los eventos médicos que han surgido en el espacio. ¿Cómo manejar una crisis de salud mental en el espacio? Pues aunque usted no lo crea la NASA tiene reservas de antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos en el botiquín de la Estación Espacial Internacional, y un “sistema de restricción física está disponible” si llegara a ser necesario.

– ¿Sería nuestro actual sistema social, político y económico una regulación acertada para aplicarla en una posible colonización del suelo marciano?

– Si lleváramos algunos de nuestros sistemas sociales, políticos y económicos tal como los conocemos a Marte su efecto en la colonia sería más nocivo que la falta de atmosfera respirable que encontraremos en Marte. Evidentemente terminarían padeciendo las mismas crisis sociales, políticas y económicas que hoy padecemos aquí en la Tierra. Por otro lado desde que la humanidad existe nos hemos organizado dándole el poder a una sola persona o hemos elegido un representante o varios, algunas veces le hemos dado la tarea a alguna figura divina. Si esto es bueno o malo al menos nos ha llevado hasta el momento evolutivo en que nos encontramos. Siempre quedaría la posibilidad de una anarquía pero no pienso que sea saludable en una colonia marciana.  A la larga la colonia marciana no podrá depender eternamente de las decisiones que se tomen aquí en la Tierra. Fomentar una burocracia  marciana tampoco sería útil, más cuando deberán tomarse decisiones rápidas y acertadas, cosa que no hacen los burócratas. Una colonia compuesta por los que mandan y los que no mandan seria también complicado, se imaginan ustedes en medio de una tormenta de polvo un golpe de estado. Quizás en sus inicios un sistema jerárquico similar al militar sería el más acertado. Elon Musk, el fundador de la compañía de transporte aeroespacial SpaceX, propone una democracia directa; es decir, que no consistiría en elegir a representantes políticos como en la democracia representativa, sino que todo el mundo votaría directamente en las cuestiones a decidir. Pero eso generaría reuniones burocráticas al finalizar cada jornada laboral, cuando lo que todos desearían  es volver  a casa, mejor dicho a sus módulos. Quizás la tecnología resuelva estos problemas dándole solución ella sola sin la participación de los seres humanos a los problemas sociales, políticos y económicos que surjan en la colonia, creo que sería lo mejor.

Acabamos de saber que la NASA no tiene financiación para viajar al planeta rojo. Teniendo en cuenta esto, y la poca colaboración del nuevo presidente Donald Trump, ¿hasta cuándo podría retrasarse la primera misión tripulada a Marte?

– Las principales potencias económicas que tienen proyectos sólidos para enviar hombres a Marte se entretienen en dedicar  la mayor parte de sus presupuestos a gastos militares, el presupuesto que se le asigna a la NASA  es nada más y nada menos que el 1% del presupuesto que el gobierno le asigna al Pentágono. Si hubiera petróleo en Marte otra fuera la historia. Según Jorge Vago, responsable científico de la misión ‘ExoMars” no menos de 40 años tendremos que esperar para lograr una misión tripulada a Marte (eso sin contar con una reelección de Donald Trump, digo yo), sigue diciendo Jorge Vago “para hacer una misión a Marte de unos meses en la superficie, va a haber que tener sistemas lanzados antes que permitan sintetizar agua para beber o combustible para el camino de vuelta. Todas esas cosas las estamos estudiando hoy, pero todavía no las tenemos lo suficientemente desarrolladas como para utilizarlas en una misión.” Según la NASA que siempre se equivoca en sus plazos, la primera misión a la superficie marciana tendría lugar entre 2039 y 2042.  Como dijera el astrofísico y divulgador Daniel Marín en su blog  Eureka: “Los hábitats interplanetarios, etapas de propulsión iónica, módulos de aterrizaje marciano y otros elementos de una eventual misión tripulada a Marte se hallan todavía para la NASA, en la etapa de Power Point”.  Pero lo más importante pese a todo es que la comunidad científica  sigue trabajando y desarrollando su anhelado plan para viajar hasta Marte.

– Un reciente estudio ha detectado que las radiaciones gamma afectan al cerebro de ratones, provocando a largo plazo daños neuronales equiparables al Alzheimer y la pérdida de inteligencia, sospechándose que también afectarían al cerebro humano. ¿Cuánto tiempo necesita un humano para ser afectado por los rayos gamma?

– La radiación gamma o rayos gamma es un tipo de radiación electromagnética constituida por fotones, generada en fenómenos físicos de gran violencia como explosiones de estrellas. Esta radiación es capaz de penetrar en lo más profundo de la materia debido a la alta energía que posee, causándole daño al núcleo de las células. Estas radiaciones por suerte para nosotros no llegan a la superficie terrestre pues son absorbidas por la atmosfera. El plomo es uno de los elementos químicos que más nos puede proteger de las radiaciones gamma en un viaje espacial, pero imagínense una nave espacial recubierta con una pared de varios centímetros  de plomo,  ya sería un problema llevarla hasta la rampa de lanzamiento. El efecto en nuestra salud depende de la actividad y energía de la radiación, de la duración de la exposición, del área del cuerpo afectada y de si la fuente está dentro o fuera del cuerpo. Es importante saber que aquí en la Tierra utilizamos rayos gamma de baja potencia para esterilizar equipos médicos e incluso para eliminar bacterias en productos alimenticios sin causar el mas mínimo trastorno a nuestro cuerpo. Según datos médicos tras una exposición severa  de 10 minutos a los rayos gamma pueden presentarse náuseas, vómitos, mareos, debilidad y presión baja. Los daños a la medula ósea y a los órganos internos son inmediatos, que terminan generando células cancerosas o mutaciones en la piel. La exposición a una fuente severa de rayos gamma conllevaría a la muerte inmediata. Para tener una idea más precisa las dosis de radiación se cuantifican en unidades de REM (Roentgen Equivalent for Men) , una radiografía dental típica significa una exposición de aproximadamente 0.5 mRem. Una exposición cercana a los 600 Rem seria mortal para casi cualquier ser humano, los rayos gamma no solo afectarían a los humanos en Marte, un viaje hasta Marte expuesto a altas radiaciones también sería fatal para la tripulación de las naves .

– ¿Realmente Marte reunió los requisitos para la vida en algún momento del pasado?

– Se piensa que hace millones de años el agua en su estado líquido fluyó por la superficie de Marte, esto también conlleva a suponer que por aquel entonces la presión atmosférica en Marte era muy similar a la nuestra, la temperatura debió estar por encima del punto de congelación del agua. Todos estos parámetros no son posibles si no existe algún tipo de atmósfera que a su vez propicie que se establezca el ciclo del agua que todos conocemos aquí en la Tierra. Hay un axioma que dice: “donde hay agua hay vida”, por lo que al menos debemos suponer que algún tipo de vida debió existir en esos inmensos mares y lagos de agua que hoy se encuentran congelados  bajo la superficie marciana, alejados de la influencia de la radiación solar y de la acides de dichos  suelos. En los inicios de su historia, Marte pudo haber sido muy parecido a la Tierra. Al igual que en nuestro planeta la mayoría de su dióxido de carbono se utilizó para formar carbonatos en las rocas. Pero al carecer de una tectónica de placas como la nuestra  fue incapaz de reciclar hacia la atmósfera nada de este dióxido de carbono y así no pudo mantener un efecto invernadero significativo que mantuviera la temperatura adecuada. Actualmente no se han encontrado vestigios de vida en Marte, no porque no exista, sino porque no se ha buscado en los lugares donde quizás pueda existir.

– De haber sido un planeta propicio para la vida, ¿cuáles eran sus condiciones?

– Para responder esta pregunta tendríamos que basarnos solo en suposiciones, pues la exploración que hemos llevado a cabo hasta el momento en el planeta no aporta los datos suficientes como para tener una idea precisa y exacta del pasado marciano. Sabemos qué hace 4300 millones de años el agua cubría gran parte del planeta, y estuvo presente en su superficie por espacio de 1000 millones de años. Según John Grotzinger, el director de la misión del robot  Curiosity, esta agua fue potable, un dato importante a tener en cuenta para que la vida tal como la conocemos hubiese podido desarrollarse. Si tuvo agua entonces tuvo una gruesa atmosfera lo suficientemente caliente para soportar el agua en su fase liquida. Si hubo algún tipo de vegetación o vida animal no lo sabemos pues no hemos encontrado sus huellas, suponer que hubo vida es una conclusión que carece de valor científico. Según la NASA “Es posible que la atmósfera más densa hubiera mantenido algunas partes del planeta lo suficientemente calientes como para que la vida microbiana pudiera vivir”. Así que tenemos tres posibilidades o escenarios en Marte: es posible que nunca existieran seres vivos, es posible que existieran y que se extinguieran cuando se quedó sin agua o la más improbable, que siguen ahí adaptados a ese terreno, escondida bajo tierra a grandes profundidades.

– Sabemos que Marte ha sido uno de los principales objetivos en la búsqueda de vida extraterrestre. ¿Podría ser tarde para mantener la esperanza de encontrar vida bajo el suelo marciano?

– Las posibilidades de encontrar vida bajo el suelo marciano son casi nulas, al menos de la forma en que la conocemos aquí en la Tierra. El planeta lleva en estas condiciones de esterilidad millones de años, es demasiado tiempo para que alguna forma de vida pueda subsistir a tanta radiación solar, acides, falta de humedad y demás factores adversos para la vida. Pienso que la posibilidad de encontrar algún fósil o alguna marca de metabolismo producido por  alguna forma de la vida, tiene mayores posibilidades de ser encontrado decenas de metros bajo la superficie marciana. Informes recientes indican que los niveles de sustancia toxicas encontrados en el el suelo marciano serían capaces de destruir cualquier organismo vivo que habite en el lugar. La esperanza de encontrar vida podía estar a más de tres metros debajo de la superficie, donde un eventual organismo vivo pudiera protegerse de la intensa radiación; a esas profundidades, es posible que la vida marciana pueda sobrevivir. Solo debemos esperar que futuras misiones al planeta tengan la capacidad tecnológica para realizar perforaciones en el suelo varios metros y extraer muestras, para ser analizada en el mismo planeta o aquí en la Tierra

– Como idea generalizada, ¿qué podríamos extraer de todas las misiones realizadas en Marte con el objetivo de encontrar vida, o restos de vida en un remoto pasado?

– Las misiones que hasta ahora han llegado hasta Marte con el objetivo de encontrar vida no han logrado dar una respuesta afirmativa a esta pregunta. Esto no significa que no pueda existir aun vida en el planeta rojo, siempre cabe la posibilidad de no haber investigado en el lugar correcto o con los instrumentos adecuados.  Si una misión extraterrestre mandara un robot a la Tierra y este aterrizara en  medio del desierto de Sahara, luego con sus cámaras fotografiara el entorno y una pala recogiera un puñado de arena para analizar una muestra del tamaño de una cucharada, probablemente llegue a la conclusión que en el planeta Tierra no hay vida. Salvando las analogías, algo parecido sucede con Marte, todas las misiones que han arribado al planeta han realizado sus observaciones en zonas estériles recogiendo muestras de la superficie expuestas a la radiación, si tomáramos una muestra de hielo de agua sumergida a varios metros de profundidad o dentro de una caverna a decenas de metros bajo la superficie podríamos ser más precisos en nuestras afirmaciones de si existe o existió vida en Marte.

– Volviendo al futuro, en Vivir en Marte, de la editorial Odeón, detallas los entresijos que recubren la idea de la colonización del planeta. ¿Qué novedosos datos y conceptos serán los que podrán extraer tus lectores?

– En el  libro Vivir en Marte los lectores tendrán la posibilidad de encontrar en un solo volumen datos sobre el planeta rojo, conocerán en orden cronológico quienes fueron los principales  defensores  de la supuesta civilización que construía canales en Marte,  de forma amena y sin pretensiones científicas  podrán conocer las misiones espaciales que han llegado hasta el planeta, con sus éxitos y fracasos, las futuras misiones que se están preparando para visitarlo, incluyendo aquellas que prevén mandar humanos. Vivir en Marte, nos sugerirá como se construirán las colonias marcianas, en que orden, como será la vida de los primeros colonos los peligros que deberán afrontar, sus creencias, su gobierno, su cultura; todo basado en los avances tecnológicos que poseemos y los que están en proceso de desarrollo, no pretendemos que el libro se convierta en una novela de ciencia ficción. Queremos que el lector también saque sus propias conclusiones, quizás sus ideas de colonización muestren aspectos que a nadie se les ha ocurrido, pretendemos  que al concluir el libro el lector comente con sus amigos cosas que estos no sabían y que despertaran sin duda ese sentimiento de conquistador o aventurero que todos llevamos dentro. Por encima de cualquier pretensión científica, el objetico fundamental del libro es divulgar ciencia, quizás muchos no se hayan percatado que ciencia también se escribe con “c” de cultura.

– Comentario personal

– En estos tiempos tan convulsos y agitados que todos vivimos, no hay espacio para enterarnos de todo lo que pasa a nuestro alrededor. A veces nos asombramos cuando escuchamos una noticia relacionada con un avance tecnológico, pues la asociamos a la ciencia ficción, impresoras laser que pueden crear órganos humanos como una oreja, chip que pueden ser implantados en el cerebro o viajar por nuestro torrente sanguíneo no parecen noticias de este mundo. El desarrollo tecnológico de nuestra civilización avanza tan rápido que no podemos seguirlo. Divulgar ciencia es una forma de acercar la tecnología al lector. Un amigo en broma me decía, que los buenos científicos eran malos escritores y que los buenos escritores eran malos científicos, entonces aquellos que se dedicaban a divulgar ciencia tenían la suerte de ser……. malos en las dos cosas.

El libro Vivir en Marte llega a ustedes también por el deseo de editoriales como Odeón, que tienen la voluntad y el propósito de entregarle a sus lectores libros que al menos contribuyan a enriquecer sus vidas, sus sueños y sus aspiraciones. El libro Vivir en Marte es una gota de agua en el océano de la sabiduría de la especie humana.

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