El nuevo artículo argumenta que podemos lograr lo primero y evitar lo segundo. Solo entonces la humanidad podrá convertirse en una especie verdaderamente interplanetaria en tan solo 200 años. La humanidad está atrapada en una pequeña roca con recursos limitados. Para salir de aquí será crucial que empecemos a usar mucho más las energías renovables y la nuclear. Siempre cuidando que se utilicen para los fines correctos, y no para hacer daño.
Lo que auguran los científicos para las próximas décadas no es un panorama favorable para nuestra especie. Los combustibles fósiles son una fuente de energía próxima a agotarse, pero la humanidad todavía tiene una oportunidad para cambiar el rumbo de su destino.
Nikolai Kardashev, un astrónomo soviético, propuso su esquema de medición en 1964. Este sistema luego fue modificado y mejorado por Carl Sagan para estimar la capacidad tecnológica de una especie inteligente. Todo se reduce a la energía y la cantidad que una especie puede utilizar para sus propios fines. La especie humana está muy por debajo del umbral de Tipo I, pero nuestro consumo de energía crece cada año. Pero consumir la energía en exceso no llevará a la humanidad a convertirse en una especie interplanetaria.
El peligro que representa el aumento del consumo de energía puede explicar por qué los científicos no han encontrado evidencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas.
Para poder convertirnos en una especie interplanetaria, tendremos que evitar la autodestrucción mientras aumentamos nuestro uso de energía. Pero alcanzar el estado multiplanetario requiere una enorme cantidad de energía, tanto para establecer colonias como para mantener ciudades autosuficientes.
Los autores del estudio marcaron las consecuencias que el uso continuo e incesante de combustibles fósiles está causando a la humanidad. Es importante que cambiemos rápidamente el suministro de energía a opciones nucleares y renovables, es la propuesta de estos científicos. Las fuentes de energía nuclear y renovable tienen el potencial de seguir creciendo en producción sin ejercer más presión sobre la biosfera. Con nuestro ritmo actual de consumo recién alcanzaremos el Tipo I en el año 2371, según las deducciones de los autores.
