Otra polémica que sacude las redes sociales, que da de comer a canales “especializados” de Youtube y que sirve para especular hasta puntos que cuesta aceptar. El culpable de esta nueva fuente de noticias es una esfera de metal de 1,5 metros de diámetro que ha aparecido en las playas de Enshu, en la ciudad japonesa de Hamamatsu. Sobre ese objeto se ha dicho de todo, y los vídeos difundidos sobre el hallazgo, con agentes uniformados acercándose al objeto como si se tratase de una amenaza han ayudado a que se desaten las habladurías.
¿Y qué se dice sobre la naturaleza de este objeto? Pues de todo, siendo lo más lógico y evidente lo que menos se señala. Un OVNI, un globo espía o un huevo de dragón son algunos ejemplos.
La policía comenzó a inspeccionar esta bola metálica de color marrón anaranjado y con signos evidentes de óxido, después de que una mujer local la viera mientras descansaba en la arena a pocos metros de la orilla. La policía decidió acordonar la zona para investigarla mejor.
Luego, los agentes se aproximaron al artefacto y más tarde admitirían que no tienen idea de qué es, pero sí que señalaron que no era algo que tuviera riesgo de explotar. Al parecer, los oficiales llamaron a expertos en explosivos vestidos con ropa protectora para investigar más a fondo y los temores de que pudiera ser una mina perdida fueron descartados al usar tecnología de rayos X para examinar el interior del objeto y descubrir que estaba hueco.
Una de las teorías más compartidas en las redes es que podría tratarse de un objeto similar al globo espía chino como el derribado sobre EEUU a principios de mes. Pero la realidad es que la esfera tiene dos asas elevadas en la superficie lo que indica que se puede enganchar a otra cosa. La explicación más realista es que se trate de una boya de amarre que simplemente se soltó y se alejó flotando. También el tono de color óxido en su superficie dan pistas de que el objeto se encontraba bajo el mar.
Lo que es seguro, por lo que han comunicado las autoridades, es que esta gran bola de metal se trasladará a una instalación donde será destruida si alguien no la reclama mientras las fuerzas armadas japonesas y los oficiales de la guardia costera la examinan a fondo.
