De las aproximadamente 1.700 millones de webs creadas hasta ahora, 1.500 no han sobrevivido al paso del tiempo.
La muerte es una parte esencial de la vida. Pero un concepto parecido afecta también a todo aquello que es creado de forma artificial por el ser humano. De entre todas esas máquinas, utensilios o invenciones, Internet es sin duda aquel que acapara más atenciones y desarrollo, convirtiéndose en eje vertebrador de la sociedad, hasta tal punto que ha transformado la manera de relacionarnos y de tomar contacto con todo aquello que sucede en el mundo. Fuente de debate, información, conflictos y malentendidos, este mundo paralelo está sujeto a las mismas reglas que el resto de cosas que percibimos en nuestro día a día: el tiempo.
Todo aquello que es creado tiene un tiempo de vida útil, y luego es desechado o abandonado, en algunos casos desapareciendo en el proceso, o transformándose. El caso de las webs es paradigmático, pues viven un abandono total, a pesar de seguir ahí, esperando ser visitadas y usadas. De acuerdo con datos de Internet Live Stats, Internet ha crecido de forma exponencial desde 1992, cuando únicamente había alrededor de 10 páginas web. Hubo 2.4 millones en 1998 y 17.1 millones en 2000. La primera vez que la cantidad de webs llegó a mil millones fue en 2014. Pero aunque la cantidad de webs haya crecido, con el tiempo la mayoría se han convertido en zombis.
Según Internet Live Stats, de las 1.700 millones de páginas webs en Internet hoy en día, sólo alrededor de 200 millones están activas. En otras palabras, el 99,94% de Internet está muerto.
